Pregunta

¿Está mal jurar por Dios?

Respuesta
Usar la frase "Lo juro por Dios" puede estar bien o mal dependiendo del contexto. En un tribunal, por ejemplo, es común que la persona que va a testificar ponga la mano sobre una Biblia y jure ante Dios decir la verdad. En ese caso, se invoca la santidad y el poder de Dios como testigo del acto, recordándole a quien declara que está bajo la mirada del Señor y que Su justicia es el estándar. Sin embargo, en muchos casos, "lo juro por Dios" se usa como una muletilla o incluso en broma, sin pensar en el carácter de Dios. Esto está mal. Es parecido al uso superficial de expresiones como "¡Oh, Dios mío!", tan comunes hoy en día.

Uno de los primeros mandamientos que Dios dio fue: "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano" (Éxodo 20:7, NBLA). Hay muchas formas de hacerlo, y una de ellas es usar el nombre de Dios como una exclamación o para dar énfasis ("¡Por Dios, no voy a hacer eso!"). Este uso es irrespetuoso y demuestra poca conciencia del Ser santo, cuyo nombre se pronuncia a la ligera.

Tampoco debemos invocar el nombre de Dios para darle peso a afirmaciones exageradas, como si añadir Su nombre hiciera nuestras palabras más creíbles: "¡Era el pez más grande del lago, lo juro por Dios!". Este uso frívolo del nombre de Dios se debe evitar, al igual que expresiones como "Es la verdad de Dios" o "Dios es testigo".

Jesús habló directamente sobre este tema: "También han oído que se dijo a los antepasados: "No jurarás falsamente, sino que cumplirás tus juramentos al Señor". Pero Yo les digo: no juren de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de Sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni jurarás por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni un solo cabello. Antes bien, sea el hablar de ustedes: "Sí, sí" o "No, no"; porque lo que es más de esto, procede del mal" (Mateo 5:33-37, NBLA). En resumen, Jesús enseña que nuestras palabras deberían ser tan confiables que no sea necesario añadir juramentos. Un "sí" debe significar "sí" y un "no" debe significar "no".

La Biblia no prohíbe hacer votos formales, promesas solemnes o firmar contratos. Usar "lo juro por Dios" en este tipo de contextos serios puede ser apropiado. No se nos desanima de hacer promesas bien pensadas, como los votos matrimoniales.

"Alaben Tu nombre grande y temible; Él es santo" (Salmo 99:3, NBLA). El nombre de Dios debe ser alabado, no usado como muletilla o exclamación sin sentido. Si juramos por Dios, debe ser únicamente en el contexto de un voto formal, tratándolo siempre con la reverencia y el honor que merece (Hebreos 12:28-29).