Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre los hermafroditas (intersexuales)?
Respuesta
Los bebés que nacen con órganos sexuales masculinos y femeninos, o con características de ambos, son llamados hermafroditas o intersexuales. Un niño que se encuentra en estado intersexual suele clasificarse en una de tres categorías: 1) hermafrodita verdadero: un bebé que nace con ovarios y testículos y presenta órganos sexuales tanto masculinos como femeninos. 2) pseudohermafrodita femenino: una mujer genética con órganos sexuales externos masculinos. 3) pseudohermafrodita masculino: un hombre genético cuyos órganos sexuales externos no se desarrollan correctamente, resultando en características físicas femeninas o mixtas.
En tiempos pasados, los médicos solían realizar cirugías sin antes hacer pruebas para determinar el verdadero sexo del bebé, y en ocasiones el niño crecía siendo evidentemente un hombre, pero con genitales femeninos. Hoy en día, los especialistas pueden realizar ecografías, análisis de sangre, estudios cromosómicos e incluso cirugías exploratorias para identificar el sexo real del bebé. Sin embargo, el tratamiento sigue siendo un tema controvertido.
Algunos creen que la cirugía y/o la terapia hormonal se deben realizar en los primeros 15 meses de vida; otros opinan que estas intervenciones se deben posponer hasta que el niño sea lo suficientemente mayor para decidir por sí mismo. Hay argumentos a favor y en contra de cada postura. En cualquier caso, toda familia con un bebé intersexual debería recibir consejería desde el principio, al igual que el niño cuando tenga la edad suficiente.
Durante el desarrollo en el vientre materno, todos los bebés comienzan con órganos sexuales que se asemejan a los femeninos. Si el bebé es varón, comienza a producir testosterona y, si la hormona llega correctamente a los tejidos, los genitales externos se convierten en escroto y pene. Anomalías cromosómicas u hormonales pueden producir un estado intersexual. También puede deberse a una condición llamada hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad que bloquea el metabolismo del bebé. No es tan raro como se piensa: aproximadamente 1 de cada 2.000 recién nacidos nace en estado intersexual.
Los bebés no nacen con trastornos físicos como un castigo para sus padres. Aunque Dios creó la tierra de manera perfecta, pronto vino la destrucción con la entrada del pecado humano (Romanos 5:12). Antes del diluvio de Génesis 7, que acabó con casi toda la vida sobre la tierra, las personas tenían la posibilidad de vivir varios cientos de años.
Después del diluvio, la duración de la vida humana se fue acortando progresivamente, lo que indica un cambio en el ambiente que dañó la estructura genética humana. Esto también explica por qué el incesto fue necesario al inicio para poblar la tierra, pero más tarde fue prohibido en las leyes de Levítico (18:6-18). Ahora, miles de años después, mientras el pecado sigue impregnando el mundo, la raza humana ha sido afectada con toda clase de enfermedades, trastornos, defectos congénitos y problemas de salud.
Es muy posible que un niño nacido con ambos órganos sexuales crezca con una visión saludable de la sexualidad y establezca relaciones exitosas. Desde temprano, debe ser enseñado a comprender lo valioso, amado y aceptado que es por su familia y por Dios. No es una víctima de juicio divino; Dios tiene un plan para cada uno de nosotros que traerá gloria a Su nombre, como aprendemos del hombre que fue sanado por Jesucristo:
"Y Sus discípulos le preguntaron: "Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?". Jesús respondió: Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él" (Juan 9:2-3, NBLA).
En tiempos pasados, los médicos solían realizar cirugías sin antes hacer pruebas para determinar el verdadero sexo del bebé, y en ocasiones el niño crecía siendo evidentemente un hombre, pero con genitales femeninos. Hoy en día, los especialistas pueden realizar ecografías, análisis de sangre, estudios cromosómicos e incluso cirugías exploratorias para identificar el sexo real del bebé. Sin embargo, el tratamiento sigue siendo un tema controvertido.
Algunos creen que la cirugía y/o la terapia hormonal se deben realizar en los primeros 15 meses de vida; otros opinan que estas intervenciones se deben posponer hasta que el niño sea lo suficientemente mayor para decidir por sí mismo. Hay argumentos a favor y en contra de cada postura. En cualquier caso, toda familia con un bebé intersexual debería recibir consejería desde el principio, al igual que el niño cuando tenga la edad suficiente.
Durante el desarrollo en el vientre materno, todos los bebés comienzan con órganos sexuales que se asemejan a los femeninos. Si el bebé es varón, comienza a producir testosterona y, si la hormona llega correctamente a los tejidos, los genitales externos se convierten en escroto y pene. Anomalías cromosómicas u hormonales pueden producir un estado intersexual. También puede deberse a una condición llamada hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad que bloquea el metabolismo del bebé. No es tan raro como se piensa: aproximadamente 1 de cada 2.000 recién nacidos nace en estado intersexual.
Los bebés no nacen con trastornos físicos como un castigo para sus padres. Aunque Dios creó la tierra de manera perfecta, pronto vino la destrucción con la entrada del pecado humano (Romanos 5:12). Antes del diluvio de Génesis 7, que acabó con casi toda la vida sobre la tierra, las personas tenían la posibilidad de vivir varios cientos de años.
Después del diluvio, la duración de la vida humana se fue acortando progresivamente, lo que indica un cambio en el ambiente que dañó la estructura genética humana. Esto también explica por qué el incesto fue necesario al inicio para poblar la tierra, pero más tarde fue prohibido en las leyes de Levítico (18:6-18). Ahora, miles de años después, mientras el pecado sigue impregnando el mundo, la raza humana ha sido afectada con toda clase de enfermedades, trastornos, defectos congénitos y problemas de salud.
Es muy posible que un niño nacido con ambos órganos sexuales crezca con una visión saludable de la sexualidad y establezca relaciones exitosas. Desde temprano, debe ser enseñado a comprender lo valioso, amado y aceptado que es por su familia y por Dios. No es una víctima de juicio divino; Dios tiene un plan para cada uno de nosotros que traerá gloria a Su nombre, como aprendemos del hombre que fue sanado por Jesucristo:
"Y Sus discípulos le preguntaron: "Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?". Jesús respondió: Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él" (Juan 9:2-3, NBLA).