Pregunta
¿Cómo podemos "dar a conocer Sus obras" a los demás (Salmo 105:1)?
Respuesta
Al alabar al Señor, el autor del Salmo 105 (probablemente Asaf y sus parientes) exhorta a los lectores: "Den a conocer Sus obras entre los pueblos" (Salmo 105:1, NBLA) y luego muestra de manera hermosa cómo hacerlo.
Podemos cantar alabanzas a Dios y hablar de Sus maravillas (Salmo 105:2) Nuestras canciones y nuestras palabras son medios para "dar a conocer sus obras". Podemos gloriarnos en Su nombre (Salmo 105:3a). Lo que valoramos es lo que queremos hablar y compartir. Si nos gloriamos en el nombre de Dios, si encontramos nuestro gozo y nuestro asombro en Él, eso significará que estamos mucho mejor preparados y predispuestos para "dar a conocer sus obras". Este principio se ve reforzado por el estímulo que sigue inmediatamente después:
"Alégrese el corazón de los que buscan al Señor" (Salmo 105:3b). Los corazones alegres están dispuestos a expresar su alegría a los demás. El autor instruye a los lectores a buscar continuamente a Dios y a recordar todo lo que Él ha hecho (Salmo 105:45), y les recuerda algunas de esas obras memorables (Salmo 105:6-45). En conclusión, el salmista exhorta a los lectores a alabar al Señor (Salmo 105:45).
Primera de Crónicas 16 proporciona el contexto del Salmo 105, cuando David encargó a Asaf y a sus parientes que dieran gracias al Señor y dieran a conocer sus obras (1 Crónicas 16:7). Ese contexto comienza con la misma advertencia de "dar a conocer sus obras" entre los pueblos. El salmo fue cantado a todo el pueblo de Israel, y al concluir, el pueblo dijo: "Amén", y alabó al Señor (1 Crónicas 16:36).
El Salmo 105 ofrece un excelente ejemplo de cómo podemos "dar a conocer sus obras" a los demás. El salmo instruye a los lectores sobre prioridades y acciones específicas, y recuerda en detalle algunas de las grandes obras históricas de Dios. Para comunicarnos bien y dar a conocer Sus obras a los demás, primero debemos estar familiarizados con ellas. Esas obras son evidentes en la creación (Romanos 1:18-21), pero se revelan y relatan principalmente en las Escrituras. Al aprender allí lo que Él ha hecho, estamos equipados para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17), incluyendo darlo a conocer a los demás.
Isaías profetiza que llegará un día en que Israel dará gracias al Señor y dará a conocer Sus obras entre los pueblos. Recordarán que Su nombre es exaltado (Isaías 12:4). Mientras tanto, se dice a los lectores de Isaías que alaben al Señor con cánticos porque ha hecho cosas excelentes que deben darse a conocer en toda la tierra (Isaías 12:5).
El tema de dar a conocer a Dios a través del canto es prominente en las Escrituras. Pablo explica que una de las formas en que los creyentes se enseñan unos a otros es a través de salmos, himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16). Añade que debemos hablarnos unos a otros de esa manera y cantar al Señor en nuestro corazón (Efesios 5:19).
El canto es una forma magnífica de tener comunión unos con otros y con Dios. También es un método probado a lo largo del tiempo para "dar a conocer Sus obras" a los demás.
Podemos cantar alabanzas a Dios y hablar de Sus maravillas (Salmo 105:2) Nuestras canciones y nuestras palabras son medios para "dar a conocer sus obras". Podemos gloriarnos en Su nombre (Salmo 105:3a). Lo que valoramos es lo que queremos hablar y compartir. Si nos gloriamos en el nombre de Dios, si encontramos nuestro gozo y nuestro asombro en Él, eso significará que estamos mucho mejor preparados y predispuestos para "dar a conocer sus obras". Este principio se ve reforzado por el estímulo que sigue inmediatamente después:
"Alégrese el corazón de los que buscan al Señor" (Salmo 105:3b). Los corazones alegres están dispuestos a expresar su alegría a los demás. El autor instruye a los lectores a buscar continuamente a Dios y a recordar todo lo que Él ha hecho (Salmo 105:45), y les recuerda algunas de esas obras memorables (Salmo 105:6-45). En conclusión, el salmista exhorta a los lectores a alabar al Señor (Salmo 105:45).
Primera de Crónicas 16 proporciona el contexto del Salmo 105, cuando David encargó a Asaf y a sus parientes que dieran gracias al Señor y dieran a conocer sus obras (1 Crónicas 16:7). Ese contexto comienza con la misma advertencia de "dar a conocer sus obras" entre los pueblos. El salmo fue cantado a todo el pueblo de Israel, y al concluir, el pueblo dijo: "Amén", y alabó al Señor (1 Crónicas 16:36).
El Salmo 105 ofrece un excelente ejemplo de cómo podemos "dar a conocer sus obras" a los demás. El salmo instruye a los lectores sobre prioridades y acciones específicas, y recuerda en detalle algunas de las grandes obras históricas de Dios. Para comunicarnos bien y dar a conocer Sus obras a los demás, primero debemos estar familiarizados con ellas. Esas obras son evidentes en la creación (Romanos 1:18-21), pero se revelan y relatan principalmente en las Escrituras. Al aprender allí lo que Él ha hecho, estamos equipados para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17), incluyendo darlo a conocer a los demás.
Isaías profetiza que llegará un día en que Israel dará gracias al Señor y dará a conocer Sus obras entre los pueblos. Recordarán que Su nombre es exaltado (Isaías 12:4). Mientras tanto, se dice a los lectores de Isaías que alaben al Señor con cánticos porque ha hecho cosas excelentes que deben darse a conocer en toda la tierra (Isaías 12:5).
El tema de dar a conocer a Dios a través del canto es prominente en las Escrituras. Pablo explica que una de las formas en que los creyentes se enseñan unos a otros es a través de salmos, himnos y cánticos espirituales (Colosenses 3:16). Añade que debemos hablarnos unos a otros de esa manera y cantar al Señor en nuestro corazón (Efesios 5:19).
El canto es una forma magnífica de tener comunión unos con otros y con Dios. También es un método probado a lo largo del tiempo para "dar a conocer Sus obras" a los demás.