Pregunta
¿Por qué se considera un castigo la falta de visiones y adivinaciones (Miqueas 3:6)?
Respuesta
Miqueas 3:6 pronuncia estas misteriosas palabras como castigo: "Por tanto, para ustedes será noche sin visión, y oscuridad sin adivinación" (NBLA). ¿Por qué se consideraría un castigo la falta de visiones y adivinaciones?
La respuesta está en identificar al público original al que se dirigía el mensaje. El versículo 5 hace referencia a "los profetas que hacen errar a mi pueblo" (NBLA). Estos falsos profetas judíos serían castigados al dejar de recibir visiones o comunicaciones de parte de Dios para transmitir al pueblo. Es decir, su oficio llegaría a su fin, y ellos quedarían "avergonzados" (versículo 7).
Miqueas 3:5 detalla la magnitud de la maldad de estos profetas: "Los cuales cuando tienen algo que morder, proclaman: "Paz". Pero contra aquel que no les pone nada en la boca, declaran guerra santa" (NBLA). Estos falsos profetas estaban practicando una especie de extorsión espiritual. Proferían mensajes positivos para quienes les ofrecían sustento, pero si alguien se negaba a pagarles, estos profetas a sueldo proclamaban oráculos negativos o incluso violentos contra esa persona. En otras palabras, estaban abusando de su rol, y sus mensajes no provenían del Señor, sino de lo que más les convenía. Ver también el versículo 11.
Por eso Dios pronuncia juicio contra ellos. No solo dejarían de recibir visiones de cualquier tipo, sino que su mensaje de "paz" quedaría demostrado como falso. La ciudad capital sería destruida: "Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas" (Miqueas 3:12, NBLA).
La Ley de Moisés ya había advertido sobre el destino de quienes pretendieran ser profetas del Señor, pero dieran mensajes falsos: "Pero el profeta que hable con orgullo en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá" (Deuteronomio 18:20, NBLA). La predicción de Miqueas reforzaba esta advertencia de la Ley. Miqueas, un verdadero profeta de Dios, dijo la verdad: Judá fue atacada por los asirios bajo el rey Senaquerib en el año 701 a.C. Más tarde, en el 586 a.C., Babilonia conquistó Judá y destruyó Jerusalén.
La respuesta está en identificar al público original al que se dirigía el mensaje. El versículo 5 hace referencia a "los profetas que hacen errar a mi pueblo" (NBLA). Estos falsos profetas judíos serían castigados al dejar de recibir visiones o comunicaciones de parte de Dios para transmitir al pueblo. Es decir, su oficio llegaría a su fin, y ellos quedarían "avergonzados" (versículo 7).
Miqueas 3:5 detalla la magnitud de la maldad de estos profetas: "Los cuales cuando tienen algo que morder, proclaman: "Paz". Pero contra aquel que no les pone nada en la boca, declaran guerra santa" (NBLA). Estos falsos profetas estaban practicando una especie de extorsión espiritual. Proferían mensajes positivos para quienes les ofrecían sustento, pero si alguien se negaba a pagarles, estos profetas a sueldo proclamaban oráculos negativos o incluso violentos contra esa persona. En otras palabras, estaban abusando de su rol, y sus mensajes no provenían del Señor, sino de lo que más les convenía. Ver también el versículo 11.
Por eso Dios pronuncia juicio contra ellos. No solo dejarían de recibir visiones de cualquier tipo, sino que su mensaje de "paz" quedaría demostrado como falso. La ciudad capital sería destruida: "Jerusalén se convertirá en un montón de ruinas" (Miqueas 3:12, NBLA).
La Ley de Moisés ya había advertido sobre el destino de quienes pretendieran ser profetas del Señor, pero dieran mensajes falsos: "Pero el profeta que hable con orgullo en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá" (Deuteronomio 18:20, NBLA). La predicción de Miqueas reforzaba esta advertencia de la Ley. Miqueas, un verdadero profeta de Dios, dijo la verdad: Judá fue atacada por los asirios bajo el rey Senaquerib en el año 701 a.C. Más tarde, en el 586 a.C., Babilonia conquistó Judá y destruyó Jerusalén.