Pregunta
¿Por qué la esposa de Lot se convirtió en una estatua de sal?
Respuesta
Génesis 19 relata la destrucción de Sodoma y Gomorra. Lot, el sobrino de Abraham, vivía en Sodoma con su familia. Sus hijas estaban comprometidas con hombres del lugar. Cuando dos ángeles llegaron a la ciudad, Lot estaba sentado a la entrada, donde se realizaban transacciones judiciales y comerciales. Al verlos, los invitó a hospedarse en su casa. Después de una noche bastante agitada, los ángeles se aseguraron de que Lot, su esposa y sus dos hijas salieran antes de que Dios destruyera la ciudad (Génesis 19:13). Al huir, los ángeles les dieron una advertencia clara: "Huye por tu vida. No mires detrás de ti y no te detengas en ninguna parte del valle. Escapa al monte, no sea que perezcas" (Génesis 19:17, NBLA).
Lot obedeció y corrió con sus hijas. "Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal" (Génesis 19:26). Se quedó atrás. Se dio la vuelta y contempló cómo el fuego y azufre caían del cielo, consumiendo todo lo que valoraba. Y entonces, eso también la consumió a ella. El hebreo para "miró hacia atrás" implica más que un simple vistazo; significa "contemplar, considerar, prestar atención". La Biblia no especifica si su muerte fue un castigo por valorar tanto su antigua vida que dudó en obedecer, o si fue simplemente una consecuencia de su lentitud para dejarla atrás. Ya sea porque se identificaba demasiado con la ciudad—y compartió su destino—, o porque no obedeció plenamente la advertencia de Dios, terminó muriendo.
Nosotros también recibimos advertencias similares. Efesios 4:22–24 nos llama a despojarnos del viejo hombre, corrompido por los deseos engañosos, y a renovarnos en el espíritu de nuestra mente, revistiéndonos del nuevo hombre, creado según Dios. De manera parecida, 1 Juan 5:16 señala que el pecado deliberado puede llevar a la muerte. La esposa de Lot no pudo aceptar eso. Lo que ella valoraba en su corazón la llevó a pecar, y su pecado la llevó a la muerte.
La Biblia no detalla si la esposa de Lot fue cubierta por la sal que cayó con el azufre o si sus restos quedaron cubiertos de sal después. Pero es interesante que se la describa como una "estatua" o "columna". El término hebreo hace referencia a una especie de puesto de vigilancia o centinela: algo que permanece firme observando. La imagen de la esposa de Lot como una figura estática en la zona del mar Muerto—donde aún hoy la vida es prácticamente inexistente—es un recordatorio poderoso de que no debemos mirar atrás ni apartarnos de la fe que hemos profesado, sino seguir a Cristo sin titubeos y permanecer en Su amor (Lucas 17:32).
Lot obedeció y corrió con sus hijas. "Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal" (Génesis 19:26). Se quedó atrás. Se dio la vuelta y contempló cómo el fuego y azufre caían del cielo, consumiendo todo lo que valoraba. Y entonces, eso también la consumió a ella. El hebreo para "miró hacia atrás" implica más que un simple vistazo; significa "contemplar, considerar, prestar atención". La Biblia no especifica si su muerte fue un castigo por valorar tanto su antigua vida que dudó en obedecer, o si fue simplemente una consecuencia de su lentitud para dejarla atrás. Ya sea porque se identificaba demasiado con la ciudad—y compartió su destino—, o porque no obedeció plenamente la advertencia de Dios, terminó muriendo.
Nosotros también recibimos advertencias similares. Efesios 4:22–24 nos llama a despojarnos del viejo hombre, corrompido por los deseos engañosos, y a renovarnos en el espíritu de nuestra mente, revistiéndonos del nuevo hombre, creado según Dios. De manera parecida, 1 Juan 5:16 señala que el pecado deliberado puede llevar a la muerte. La esposa de Lot no pudo aceptar eso. Lo que ella valoraba en su corazón la llevó a pecar, y su pecado la llevó a la muerte.
La Biblia no detalla si la esposa de Lot fue cubierta por la sal que cayó con el azufre o si sus restos quedaron cubiertos de sal después. Pero es interesante que se la describa como una "estatua" o "columna". El término hebreo hace referencia a una especie de puesto de vigilancia o centinela: algo que permanece firme observando. La imagen de la esposa de Lot como una figura estática en la zona del mar Muerto—donde aún hoy la vida es prácticamente inexistente—es un recordatorio poderoso de que no debemos mirar atrás ni apartarnos de la fe que hemos profesado, sino seguir a Cristo sin titubeos y permanecer en Su amor (Lucas 17:32).