Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre donar sangre o las donaciones de sangre?
Respuesta
La Biblia no dice nada directamente sobre donar sangre o recibir una transfusión, ya que esos procedimientos médicos no existían en la época en que fue escrita. Sin embargo, podemos aplicar otros principios de la Palabra de Dios sobre la sangre y la vida para llegar a conclusiones sabias respecto a lo que Dios piensa acerca de donar sangre.
Desde Génesis 9:4, aprendemos que Dios considera la sangre como una representación física de la vida. Dios le ordenó a Noé no comer carne que aún tuviera sangre. Esta prohibición se repite en Deuteronomio 12:23–24, cuando Dios dio la Ley a Israel. En Génesis 9:5–6, Dios dijo: "De la sangre de ustedes, de la vida de ustedes, ciertamente pediré cuenta: a cualquier animal, y a cualquier hombre, pediré cuenta; de cada hombre pediré cuenta de la vida de un ser humano. El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre" (NBLA). Este pasaje sienta las bases para comprender el valor que Dios da a la vida humana y a la sangre, una verdad que sería plenamente revelada cuando Él mismo dio Su vida por nosotros (Hebreos 10:22; 1 Juan 1:7).
Algunas religiones, como los Testigos de Jehová, creen erróneamente que la Biblia prohíbe las transfusiones de sangre. Citan muchos de los pasajes mencionados anteriormente como supuesta evidencia. Sin embargo, está claro que esos pasajes se refieren a comer sangre, no a donarla para que otra persona pueda vivir. Esas religiones ponen un énfasis no bíblico en la sangre misma, más que en el propósito espiritual detrás de la prohibición de consumirla. En su sitio web, los Testigos de Jehová afirman: "La Biblia prohíbe el consumo de sangre. Por tanto, los cristianos no debemos comerla. Tampoco debemos aceptar transfusiones de sangre ni de alguno de sus componentes principales". Eso representa un gran salto—de "comer" a "transfundir"—que no está respaldado por la Escritura. Contrario a lo que afirman los Testigos de Jehová y otras religiones similares, no hay nada en la Biblia que prohíba donar o recibir sangre.
Donar sangre, de hecho, es una imagen de lo que Jesús hizo por nosotros al derramar Su sangre para que tengamos vida. Cuando donamos sangre, estamos ofreciendo una parte de nuestra vida para salvar la vida de otra persona. Es una forma de obedecer el segundo mandamiento más importante: amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Marcos 12:31). Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que este: que uno dé su vida por sus amigos" (Juan 15:13, NBLA). Si estamos llamados a entregar nuestras vidas por otros, con más razón podemos donar un poco de nuestra sangre para ayudarles a vivir.
Desde Génesis 9:4, aprendemos que Dios considera la sangre como una representación física de la vida. Dios le ordenó a Noé no comer carne que aún tuviera sangre. Esta prohibición se repite en Deuteronomio 12:23–24, cuando Dios dio la Ley a Israel. En Génesis 9:5–6, Dios dijo: "De la sangre de ustedes, de la vida de ustedes, ciertamente pediré cuenta: a cualquier animal, y a cualquier hombre, pediré cuenta; de cada hombre pediré cuenta de la vida de un ser humano. El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a imagen de Dios hizo Él al hombre" (NBLA). Este pasaje sienta las bases para comprender el valor que Dios da a la vida humana y a la sangre, una verdad que sería plenamente revelada cuando Él mismo dio Su vida por nosotros (Hebreos 10:22; 1 Juan 1:7).
Algunas religiones, como los Testigos de Jehová, creen erróneamente que la Biblia prohíbe las transfusiones de sangre. Citan muchos de los pasajes mencionados anteriormente como supuesta evidencia. Sin embargo, está claro que esos pasajes se refieren a comer sangre, no a donarla para que otra persona pueda vivir. Esas religiones ponen un énfasis no bíblico en la sangre misma, más que en el propósito espiritual detrás de la prohibición de consumirla. En su sitio web, los Testigos de Jehová afirman: "La Biblia prohíbe el consumo de sangre. Por tanto, los cristianos no debemos comerla. Tampoco debemos aceptar transfusiones de sangre ni de alguno de sus componentes principales". Eso representa un gran salto—de "comer" a "transfundir"—que no está respaldado por la Escritura. Contrario a lo que afirman los Testigos de Jehová y otras religiones similares, no hay nada en la Biblia que prohíba donar o recibir sangre.
Donar sangre, de hecho, es una imagen de lo que Jesús hizo por nosotros al derramar Su sangre para que tengamos vida. Cuando donamos sangre, estamos ofreciendo una parte de nuestra vida para salvar la vida de otra persona. Es una forma de obedecer el segundo mandamiento más importante: amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Marcos 12:31). Jesús dijo: "Nadie tiene mayor amor que este: que uno dé su vida por sus amigos" (Juan 15:13, NBLA). Si estamos llamados a entregar nuestras vidas por otros, con más razón podemos donar un poco de nuestra sangre para ayudarles a vivir.