Pregunta

¿Qué significan los dolores de parto en la Biblia?

Respuesta
Los dolores de parto son un trabajo duro, especialmente cuando causan dolor o requieren un esfuerzo adicional. La palabra "dolores de parto" se utiliza a menudo en la Biblia, en traducciones como la Reina-Valera 1960, la Nueva Biblia de las Américas y la Nueva Traducción Viviente, para referirse al esfuerzo y el dolor que una mujer experimenta al dar a luz (por ejemplo, Génesis 38:27; Salmo 48:6; Jeremías 22:23; Juan 16:21; 1 Tesalonicenses 5:3). Otras traducciones utilizan palabras como "esfuerzo", "trabajo", "angustia", en lugar de "dolores de parto".

Más allá de su significado físico, "dolores de parto" también puede tener implicaciones psicológicas, como en "los dolores del alma". Isaías 53:11 utiliza la palabra trabajo penoso en referencia a la agonía del alma que sufriría el Mesías cuando cargara con los pecados del mundo. El trabajo de Jesús es evidente en el jardín de Getsemaní, justo antes de Su arresto: "Y estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra" (Lucas 22:44).

Pablo expresó su trabajo espiritual y emocional cuando escribió a los gálatas: "Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes, quisiera estar presente con ustedes ahora y cambiar mi tono, pues estoy perplejo en cuanto a ustedes" (Gálatas 4:19-20). Pablo también habló de su "trabajo y dolores" al describir el arduo trabajo que realizaba para pagar sus propios gastos y no ser una carga financiera para nadie (2 Tesalonicenses 3:8).

El salmista describe al malvado como alguien que se esfuerza por hacer el mal: "Miren, el impío con la maldad sufre dolores, y concibe la iniquidad y da a luz el engaño" (Salmo 7:14). Sin embargo, todo el trabajo duro y la planificación de los malvados serán en vano: "Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su violencia descenderá sobre su coronilla" (versículo 16).

Cuando oramos fervientemente por algo o alguien, estamos teniendo "dolores de parto" en la oración (Santiago 5:16). Puede ser una tarea agonizante interceder por aquellos que están en crisis, orar por los perdidos o buscar orientación para tomar decisiones críticas. Dios honra a aquellos que tienen dolores de parto en la oración, como lo demuestra su respuesta a las tres semanas que Daniel pasó buscando Sus respuestas (Daniel 10:1-14).

Los dolores, tanto físicos como emocionales, son parte de la vida en este mundo caído (Eclesiastés 2:23). De hecho, toda la creación de Dios sufre bajo la maldición: "Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto" (Romanos 8:22). Pero Jesús nos dejó este estímulo en Juan 16:33: "Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo".