Pregunta

¿Qué es "el día de la visitación" en 1 Pedro 2:12?

Respuesta
Primera de Pedro 2:12 instruye a los creyentes: "Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación" (NBLA). Aquí, Pedro enfatiza la importancia de vivir de una manera que refleje el carácter de Cristo, particularmente ante los ojos de aquellos que no creen ("los gentiles"). Menciona "el día de la visitación" como parte de lo que motiva a los creyentes a vivir con honor.

El día de la visitación es cuando Dios interviene. La intervención podría ser el día en que un pecador se convierte a Cristo y es salvo. O la intervención podría ser el día final en que el Señor regresa para juzgar la tierra. De cualquier manera, Dios es quien visita. El final de 1 Pedro 2:12 se traduce alternativamente como "el día de su [Dios] visitación" (NVI) y "cuando él [Dios] juzgue al mundo" (NTV). El día de la visitación nos llama a vivir con integridad y piedad, sabiendo que la visita divina de Dios revelará el verdadero impacto de nuestras vidas.

El día de la visitación puede verse como un día de rendición de cuentas (ver Isaías 10:3). En toda la Escritura, la visitación de Dios a menudo significa que Él aparecerá para juzgar el pecado, traer la salvación o poner las cosas en orden. Ezequiel tiene en mente el juicio, llamándolo "el día de la ira del Señor" (Ezequiel 7:19, NBLA). El día de la visitación también podría ser un tiempo de gracia y salvación; en el Concilio de Jerusalén, Santiago dice que Dios "visitó por primera vez a los gentiles para tomar de entre ellos un pueblo para sí mismo" (Hechos 15:14, NTV). Cuando un grupo de personas fue testigo de uno de los milagros de Jesús, respondieron: "Dios ha visitado a Su pueblo" (Lucas 7:16, NBLA).

Lucas 19:44 registra el lamento de Jesús por Jerusalén, diciendo: "no conociste el tiempo de tu visitación" (NBLA). Aquí, Jesús se refiere a Su presencia entre los judíos como su Mesías. Deberían haber visto que las profecías se estaban cumpliendo; deberían haber reconocido a su Señor, pero no lo hicieron. Debido a que la nación en general lo rechazó en el día de su visitación, perdieron su oportunidad de redención.

Pedro exhorta a los creyentes en 1 Pedro 2 a vivir de manera honorable y justa. Incluso si los creyentes son calumniados y difamados, deben seguir viviendo de tal manera que sus enemigos no puedan evitar notar sus buenas obras. Cuando llegue el día de la visitación, los incrédulos recordarán la vida justa de los cristianos y se sentirán impulsados a glorificar a Dios. La exhortación de Pedro es que nuestras acciones pueden influir en la respuesta de las personas a la oferta de salvación de Dios. Esto refleja la enseñanza de Jesús cuando dice: "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos" (Mateo 5:16, NBLA).

Saber que el día de la visitación se acerca debería inspirar a los creyentes a vivir con integridad y propósito. El objetivo es que, cuando Dios visite, ya sea trayendo a las personas a la fe o en el juicio final, aquellos que una vez se opusieron o malinterpretaron a los hijos de Dios habrán visto sus buenas obras y glorificarán a Dios. Nuestras vidas pueden ser un testimonio de la gracia de Dios, y podemos ayudar a preparar a las personas para recibirlo cuando llegue el día de la visitación.

Dios siempre está obrando, incluso cuando las personas parecen resistirse al evangelio. En 1 Pedro 2:12, la idea es que los no creyentes pueden hablar en contra de nosotros ahora, pero en el futuro pueden glorificar a Dios por lo que han observado en nuestras vidas. Esto sugiere que la visitación de Dios puede traer una transformación inesperada. Nuestras buenas obras, incluso cuando no se aprecian en el momento, pueden plantar semillas que Dios puede utilizar más adelante. Gálatas 6:9 nos anima: "No nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos" (NBLA). El día de la visitación podría ser cuando Dios haga fructificar esas semillas, llevando a las personas a glorificarlo.