Pregunta
¿Qué significa "en lugares de delicados pastos me hará descansar" (Salmo 23:2)?
Respuesta
El Salmo 23 ofrece consuelo con sus palabras apacibles y la seguridad que hay en el Pastor. Su atractivo poético cautiva incluso a los no creyentes, mientras que su imaginería pastoral proviene de la experiencia de David como pastor, con la intención de evocar una sensación de tranquilidad. A lo largo del Salmo 23 se desarrolla una verdad eterna sobre Dios y Su relación con Su pueblo. Un ejemplo de ello se encuentra en el versículo 2: "En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará".
Para profundizar en la imagen que David pinta en el Salmo 23:2, debemos considerar cómo los pastores cuidaban a sus ovejas en los tiempos bíblicos. En lugar de "conducirlas" con un palo desde atrás, como solemos imaginar, los pastores guiaban a las ovejas, yendo delante de ellas hasta llevarlas a buenos pastos. Sin un pastor, las ovejas se morirían de hambre o serían presa de algún depredador. De igual forma, el pastor conducía a las ovejas hacia las fuentes de agua. Al usar esta analogía, David expresa su total dependencia de Dios para suplir todas sus necesidades, mostrando una profunda adoración a Dios como el Proveedor por excelencia.
Es interesante que Jesús se refiera a sí mismo como el Buen Pastor en múltiples ocasiones en los Evangelios, en clara relación con los Salmos (Juan 10:11, 14–15; Mateo 18:12–14; Lucas 15:3–7). Sin duda, Sus oyentes conocían bien el Antiguo Testamento y entendieron la referencia. Tal vez por eso algunos pensaron que estaba loco (Juan 10:19–20). No obstante, la verdad sigue siendo clara: Jesús es Dios, el Buen Pastor a quien seguimos fielmente.
Los delicados pastos y las aguas de reposo simbolizan tanto las necesidades espirituales como las físicas. Como el Buen Pastor, Cristo cuidó primero de nuestras necesidades espirituales al "dar su vida por las ovejas" (Juan 10:15). Isaías utiliza una imagen parecida al proclamar: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros" (Isaías 53:6, NBLA). Los cristianos descansan en el verde pasto de la gracia de Dios y junto a las aguas tranquilas de la salvación, sabiendo que estas bendiciones vienen por la guía del Buen Pastor.
Más allá de nuestras necesidades espirituales, el Buen Pastor también cuida de nuestras demás necesidades. Esto plantea una pregunta evidente: ¿por qué hay cristianos que aún carecen de lo básico? La confianza de David en la provisión de Dios no contradice otros pasajes que reconocen que la pobreza persistirá en este mundo caído hasta que Dios lo renueve por completo (Mateo 26:11; Marcos 14:7; Juan 12:8). Diversos factores pueden causar pobreza, y la promesa de Dios de suplir nuestras necesidades no implica una vida de constante abundancia ni la ausencia de dificultades, al menos en esta vida. Muchos salmos reflejan la angustia del salmista, quien sentía que Dios lo había abandonado en momentos clave; y es humano que nosotros también nos sintamos así. Sin embargo, el poder de Dios se manifiesta tanto en la abundancia como en la escasez.
Así como lo hizo el salmista, nosotros también podemos declarar con confianza que en lugares de delicados pastos Él nos hará descansar: seguros, satisfechos y sin temor. Cristo, nuestro Buen Pastor, suple nuestras necesidades de manera profunda.
Para profundizar en la imagen que David pinta en el Salmo 23:2, debemos considerar cómo los pastores cuidaban a sus ovejas en los tiempos bíblicos. En lugar de "conducirlas" con un palo desde atrás, como solemos imaginar, los pastores guiaban a las ovejas, yendo delante de ellas hasta llevarlas a buenos pastos. Sin un pastor, las ovejas se morirían de hambre o serían presa de algún depredador. De igual forma, el pastor conducía a las ovejas hacia las fuentes de agua. Al usar esta analogía, David expresa su total dependencia de Dios para suplir todas sus necesidades, mostrando una profunda adoración a Dios como el Proveedor por excelencia.
Es interesante que Jesús se refiera a sí mismo como el Buen Pastor en múltiples ocasiones en los Evangelios, en clara relación con los Salmos (Juan 10:11, 14–15; Mateo 18:12–14; Lucas 15:3–7). Sin duda, Sus oyentes conocían bien el Antiguo Testamento y entendieron la referencia. Tal vez por eso algunos pensaron que estaba loco (Juan 10:19–20). No obstante, la verdad sigue siendo clara: Jesús es Dios, el Buen Pastor a quien seguimos fielmente.
Los delicados pastos y las aguas de reposo simbolizan tanto las necesidades espirituales como las físicas. Como el Buen Pastor, Cristo cuidó primero de nuestras necesidades espirituales al "dar su vida por las ovejas" (Juan 10:15). Isaías utiliza una imagen parecida al proclamar: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, nos apartamos cada cual por su camino; pero el Señor hizo que cayera sobre Él la iniquidad de todos nosotros" (Isaías 53:6, NBLA). Los cristianos descansan en el verde pasto de la gracia de Dios y junto a las aguas tranquilas de la salvación, sabiendo que estas bendiciones vienen por la guía del Buen Pastor.
Más allá de nuestras necesidades espirituales, el Buen Pastor también cuida de nuestras demás necesidades. Esto plantea una pregunta evidente: ¿por qué hay cristianos que aún carecen de lo básico? La confianza de David en la provisión de Dios no contradice otros pasajes que reconocen que la pobreza persistirá en este mundo caído hasta que Dios lo renueve por completo (Mateo 26:11; Marcos 14:7; Juan 12:8). Diversos factores pueden causar pobreza, y la promesa de Dios de suplir nuestras necesidades no implica una vida de constante abundancia ni la ausencia de dificultades, al menos en esta vida. Muchos salmos reflejan la angustia del salmista, quien sentía que Dios lo había abandonado en momentos clave; y es humano que nosotros también nos sintamos así. Sin embargo, el poder de Dios se manifiesta tanto en la abundancia como en la escasez.
Así como lo hizo el salmista, nosotros también podemos declarar con confianza que en lugares de delicados pastos Él nos hará descansar: seguros, satisfechos y sin temor. Cristo, nuestro Buen Pastor, suple nuestras necesidades de manera profunda.