Pregunta

¿Cuál es la definición de exhortación?

Respuesta
La exhortación se define como "un llamado o estímulo hecho por alguien que está cerca". Pablo instruye a Timoteo diciendo: "Entre tanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza" (1 Timoteo 4:13, NBLA). La palabra más comúnmente traducida como "exhortar" o "exhortación" proviene del término griego paráklēsis, que significa "llamar a alguien al lado; invitar, animar, amonestar, rogar". Exhortar implica desarrollar relaciones con otros creyentes con el propósito de animarlos en su crecimiento espiritual. Parte del trabajo de Timoteo como joven pastor era animar y amonestar a quienes estaban bajo su cuidado. Dios responsabiliza a los pastores por el bienestar espiritual de las personas que se les han confiado (Hebreos 13:17), y la exhortación es parte de mantenerlas espiritualmente saludables.

La exhortación también es uno de los dones espirituales mencionados en Romanos 12:6-8: "Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada... el que exhorta, en la exhortación" (NBLA). El Espíritu Santo concede a los creyentes distintas capacidades sobrenaturales para servir a Cristo y a los demás. El don de exhortación es la capacidad especial de animar y edificar a otros. La persona con este don disfruta encontrar pasajes bíblicos que aplican a una situación concreta y enseñar cómo aplicarlos. Suele estar involucrada en ministerios de enseñanza, consejería y discipulado. Los exhortadores son de los primeros en acercarse a creyentes que están tambaleando en su fe. Caminan junto a los más débiles para animarlos, confrontarlos si es necesario y mostrar con su ejemplo cómo vivir en victoria.

A diferencia de los profetas, que suelen proclamar la verdad de manera directa, quienes tienen el don de exhortación invierten tiempo en cultivar relaciones. Suelen hacer pequeños gestos adicionales que marcan la diferencia cuando alguien está atravesando dificultades. En lugar de decir simplemente: "Deberías leer los Salmos todos los días", un exhortador podría decir: "¿Qué tal si hacemos juntos un estudio bíblico de los Salmos? Te invito a tomar un café el martes por la mañana". La Biblia nos instruye a desear ardientemente los dones espirituales (1 Corintios 12:31; 14:1), lo que implica que, si somos fieles con los dones que ya tenemos, Dios nos confiará más. Independientemente de cuáles sean nuestros dones principales, todos los cristianos deberíamos procurar crecer en la exhortación para edificar a los más débiles, animar a quienes lideran y fortalecer el Cuerpo de Cristo (1 Tesalonicenses 5:14; 2 Corintios 1:4).