Pregunta

¿Qué significa creer en el nombre del Hijo de Dios (1 Juan 5:13)?

Respuesta
En 1 Juan 5:13 encontramos esta profunda afirmación: "Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna" (NBLA). Jesús es "el Hijo de Dios", cuyo nombre menciona Juan en este pasaje. Juan, discípulo fiel del Señor, enfatizó constantemente la importancia de creer en Jesús, el Hijo de Dios que vino en carne.

El nombre Jesús es una transliteración griega del nombre hebreo Yeshúa, relacionado etimológicamente con Josué. Su significado es "Yavé salva" o "Yavé es salvación". En la antigüedad, los nombres tenían un peso significativo, y no fue casualidad que al Hijo de Dios se le diera el nombre Jesús. Él es nuestro Salvador, el Señor que trae salvación, tal como se declara en Hechos 4:12: "En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos" (NBLA).

Sin embargo, no es solo el nombre lo que importa, sino la Persona que está detrás de él. Jesús era un nombre común entre los hombres judíos, pero el Hijo de Dios adoptó ese nombre común para revelar Su propósito. Cuando invocamos el nombre de Jesús, nos referimos específicamente al Mesías divino que nos redimió con Su sangre, cumpliendo así la profecía que el ángel le dio a José en Mateo 1:21: "Y dará a luz un Hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados" (NBLA).

Más allá de la salvación y el perdón de pecados, el nombre del Hijo de Dios también tiene una autoridad inmensa. Como declaró Pablo, el nombre del Hijo de Dios es "sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra" (Filipenses 2:9–10, NBLA). Esta autoridad se evidencia cuando los apóstoles realizaban milagros en el nombre de Jesús (Hechos 3:1–6), cuando los creyentes eran bautizados en Su nombre (Hechos 2:38), y cuando nuestras oraciones son elevadas en Su nombre (Juan 14:13–14).

Por tanto, aunque muchos hombres judíos llevaban el nombre Jesús o Josué, solo el Hijo de Dios encarnó plenamente lo que ese nombre significa. Solo Él proveyó salvación y perdón de pecados. Solo Él tiene la autoridad suprema; solo Él reconcilia a las personas con Dios; y solo Él merece toda adoración.

Dado el peso del nombre del Hijo de Dios, todos los que profesan ser Sus seguidores deben tenerlo en la más alta estima. Honrar el nombre del Hijo de Dios va más allá de tratar la palabra con respeto; implica honrar a la Persona que lleva ese nombre. Y lo hacemos alineándonos con Sus enseñanzas y mandamientos, guiados y capacitados por el Espíritu.