Pregunta
¿Qué significa Corbán en Marcos 7:11?
Respuesta
La palabra Corbán solo aparece en Marcos 7:11, y su significado se explica en el mismo versículo: "es decir, ofrenda a Dios" (NBLA). El término se usaba para describir algo que se ofrecía a Dios o se destinaba al tesoro sagrado del templo. Si algo era Corbán, estaba consagrado y apartado para el uso de Dios.
En el contexto de Marcos 7:1–13, Jesús está hablando con los fariseos sobre los rituales vacíos, sin sinceridad ni obediencia real. Los fariseos le habían preguntado por qué los discípulos no se lavaban las manos según la tradición ritual de los ancianos (Marcos 7:5). Este lavado no tenía que ver con limpieza higiénica como la entendemos hoy, sino que era un ritual simbólico que pretendía mostrar pureza religiosa.
En respuesta, Jesús les dice que habían dejado de lado el mandamiento de Dios para aferrarse a sus propias tradiciones (Marcos 7:6–9). Como prueba, Jesús menciona su uso corrupto del Corbán. Moisés había ordenado al pueblo de Dios: "Honra a tu padre y a tu madre" (Éxodo 20:12, NBLA), pero los fariseos anularon ese mandamiento enseñando que podían declarar su dinero como Corbán—es decir, "consagrado a Dios"—y de esa manera evitar ayudar a sus padres necesitados. Decir: "Esto es Corbán" eximía a la persona de la responsabilidad de sostener a sus padres. En otras palabras, los fariseos tomaban un principio legítimo (consagrar algo a Dios) y lo usaban de forma ilegítima y perversa para evadir sus deberes familiares—e incluso enriquecerse. Así, anulaban la Palabra de Dios con su tradición.
Jesús denuncia que el mal uso del Corbán era una excusa piadosa para desobedecer lo que debían hacer. Dios nunca tuvo la intención de que el buen principio de dedicar algo al templo se usara para deshonrar a los padres. Esa práctica era ritualismo sin sinceridad, sin justicia y sin relación con Dios. Jesús enseñó que, sin una relación personal con Dios, el ritual no tiene valor, y que las tradiciones humanas jamás deben reemplazar la autoridad de la Palabra de Dios.
En el contexto de Marcos 7:1–13, Jesús está hablando con los fariseos sobre los rituales vacíos, sin sinceridad ni obediencia real. Los fariseos le habían preguntado por qué los discípulos no se lavaban las manos según la tradición ritual de los ancianos (Marcos 7:5). Este lavado no tenía que ver con limpieza higiénica como la entendemos hoy, sino que era un ritual simbólico que pretendía mostrar pureza religiosa.
En respuesta, Jesús les dice que habían dejado de lado el mandamiento de Dios para aferrarse a sus propias tradiciones (Marcos 7:6–9). Como prueba, Jesús menciona su uso corrupto del Corbán. Moisés había ordenado al pueblo de Dios: "Honra a tu padre y a tu madre" (Éxodo 20:12, NBLA), pero los fariseos anularon ese mandamiento enseñando que podían declarar su dinero como Corbán—es decir, "consagrado a Dios"—y de esa manera evitar ayudar a sus padres necesitados. Decir: "Esto es Corbán" eximía a la persona de la responsabilidad de sostener a sus padres. En otras palabras, los fariseos tomaban un principio legítimo (consagrar algo a Dios) y lo usaban de forma ilegítima y perversa para evadir sus deberes familiares—e incluso enriquecerse. Así, anulaban la Palabra de Dios con su tradición.
Jesús denuncia que el mal uso del Corbán era una excusa piadosa para desobedecer lo que debían hacer. Dios nunca tuvo la intención de que el buen principio de dedicar algo al templo se usara para deshonrar a los padres. Esa práctica era ritualismo sin sinceridad, sin justicia y sin relación con Dios. Jesús enseñó que, sin una relación personal con Dios, el ritual no tiene valor, y que las tradiciones humanas jamás deben reemplazar la autoridad de la Palabra de Dios.