Pregunta

¿Qué significa que con sabiduría se construye una casa (Proverbios 24:3)?

Respuesta
El rey Salomón fue uno de los promotores inmobiliarios más prolíficos de la historia bíblica y estaba más que cualificado para decir: "Con sabiduría se edifica una casa" (Proverbios 24:3, NBLA). Construyó la "casa del Señor", o el templo de Jerusalén, en el monte Moriah (2 Crónicas 3:1), un proyecto gigantesco que llevó siete años y que resultó ser una de las maravillas del mundo antiguo. También construyó su propio palacio magnífico, "la Casa del Bosque del Líbano" (1 Reyes 7:1-3, NBLA), así como jardines, carreteras, murallas, infraestructuras y muchos edificios gubernamentales.

Sin embargo, una residencia física no era la única estructura que Salomón tenía en mente cuando dijo: "Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable" (Proverbios 24:3-4, NBLA). Salomón comprendió que la virtud de la sabiduría tiene cualidades constructivas y vivificantes. Su máxima se asemeja mucho a Proverbios 3:19: "Con sabiduría fundó el Señor la tierra, con inteligencia estableció los cielos" (NBLA). La sabiduría inicia la vida, produce fruto e inaugura maravillas creativas. La sabiduría crea, nutre, fomenta, establece y llena una casa, ya sea que la "casa" sea un edificio de ladrillo y cemento, un hogar, una familia, una empresa, una compañía, la reputación de un individuo o el carácter personal. En Proverbios 14:1 (NBLA), "La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la derriba con sus manos".

En Proverbios 24:3 y en otros pasajes, las Escrituras personifican la sabiduría como una mujer productiva y trabajadora: "La Sabiduría edificó su casa; labró sus siete pilares. Preparó un gran banquete, mezcló los vinos y puso la mesa" (Proverbios 9:1-2, NTV). Aunque la sabiduría es una cualidad intangible, Salomón la describe poéticamente, como si fuera una persona real. Al hacerlo, Salomón comunica de forma vívida la disponibilidad de la sabiduría y los beneficios de buscarla y encontrarla.

"Todo bien preciado y deseable" que llenan las habitaciones de Proverbios 24:4 (NBLA) podrían ser literales —los sabios manejarán bien las finanzas—, pero también simbolizan bendiciones como la armonía, la unidad, las relaciones familiares amorosas y la sensación de seguridad, protección, bienestar y estabilidad. "Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio", dice Proverbios 21:20, NBLA.

La Biblia dice que los creyentes son "la casa de Dios". A través de la sabiduría, nosotros, como hijos de Dios, somos edificados en una "casa" sólida y segura para el Señor: "pero Cristo, como Hijo, está a cargo de toda la casa de Dios; y nosotros somos la casa de Dios si nos armamos de valor y permanecemos confiados en nuestra esperanza en Cristo" (Hebreos 3:6, NTV).

El apóstol Pablo enseñó que somos miembros de "la familia de Dios. Juntos constituimos su casa, la cual está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas. Y la piedra principal es Cristo Jesús mismo. Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu" (Efesios 2:19-22, NBLA). Como miembros individuales del cuerpo de Cristo, estamos siendo edificados juntos en un templo santo en el Señor (1 Corintios 3:17).

La piedra más importante de cualquier edificio es la piedra angular. Por esta razón, a Jesucristo se le llama la piedra angular de la iglesia. Él es el fundamento firme e inamovible sobre el que se establece, se sustenta, se apoya y se construye todo el edificio. Él establece el patrón para toda la estructura. Cristo es "el poder de Dios y la sabiduría de Dios" sobre la que estamos edificados (1 Corintios 1:24, NBLA).

Pedro animó a los creyentes a acercarse a Dios por medio de Jesucristo para que pudieran ser edificados como una casa espiritual para Dios: "Y viniendo a Él, como a una piedra viva, desechada por los hombres, pero escogida y preciosa delante de Dios, también ustedes, como piedras vivas, sean edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo...Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable" (1 Pedro 2:4-5, 9, NBLA).

La obra de Dios perdurará. Sin Él, estamos dando vueltas en círculo: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican" (Salmo 127:1, NBLA). Debemos depender de la sabiduría del Señor (ver Lucas 6:48), pero ¿cómo la obtenemos? Primero recibimos la sabiduría de Dios cuando somos llenos de su Espíritu Santo en el momento de la salvación (1 Corintios 2:6-15). Después de eso, Santiago nos dice que la sabiduría se obtiene pidiéndosela a Dios (Santiago 1:5). Obtenemos la sabiduría buscándola, persiguiéndola y valorándola (Proverbios 2:2, 4-5; 4:8). Del mismo modo, obtenemos sabiduría pasando tiempo en la Palabra de Dios (Salmo 19:7; Proverbios 4:5-7; 2 Timoteo 3:15).

La sabiduría del Señor es infalible. La "casa" de Dios está construida con la sabiduría y el poder de Dios, y Jesús es la piedra angular. Podemos confiar en que nunca se derrumbará ni colapsará (Mateo 16:18).