Pregunta

¿Qué es la circuncisión de Cristo (Colosenses 2:11)?

Respuesta
Todas las personas nacen con un corazón pecaminoso. Esto significa que su mente, voluntad y emociones están naturalmente separadas de Dios y se oponen a Él (Romanos 3:23; 5:10; Efesios 2:3). Afortunadamente, Jesucristo es capaz de transformar el corazón de una persona mediante el Evangelio (Marcos 1:15). En Colosenses 2:11, el apóstol Pablo se refiere simbólicamente a esta transformación utilizando la imagen de la circuncisión: "También en Él ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo" (Colosenses 2:11, NBLA). Al igual que la circuncisión física elimina el prepucio del varón, la fe en Jesús elimina la separación y hostilidad innatas del pecador hacia Dios.

Dios prescribió el acto literal de la circuncisión-la extirpación del prepucio del varón- como símbolo de Su pacto con Israel. Dijo a Abraham, el padre de los israelitas: "Serán circuncidados en la carne de su prepucio, y esto será la señal de Mi pacto con ustedes" (Génesis 17:11, NBLA). La circuncisión desempeñó un papel fundamental en importantes relatos del Antiguo Testamento, como el éxodo de los israelitas de Egipto (Éxodo 4:24-26) y la entrada de la nación en la Tierra Prometida (Josué 5:1).

Específicamente, la Ley de Moisés prescribía la circuncisión al octavo día después del nacimiento (Levítico 12:3) y proporcionaba orientación sobre prácticas relacionadas, como si los no israelitas debían circuncidarse (Éxodo 12:48-49). Sin embargo, la finalidad última de la circuncisión era espiritual, ya que simbolizaba la fidelidad de Dios a los israelitas mediante el pacto que hizo con ellos.

Moisés es el primer escritor bíblico que se refiere a la circuncisión simbólicamente: "Circunciden, pues, su corazón, y no sean más tercos" (Deuteronomio 10:16, NBLA; cf. 30:6). Jeremías adoptó más tarde esta imagen, advirtiendo a los israelitas de su tiempo: "Circuncídense para el Señor, y quiten los prepucios de sus corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que Mi furor salga como fuego y arda y no haya quien lo apague, a causa de la maldad de sus obras" (Jeremías 4:4, NBLA; cf. 9:25-26).

La circuncisión también es un tema importante en el Nuevo Testamento. Cuando Dios extendió Su gracia salvadora a los gentiles incircuncisos (Hechos 10:44-48), se produjo un debate sobre las distinciones entre personas limpias e impuras (Hechos 11:1-18). En el Concilio de Jerusalén, Pedro argumentó que Dios había dado el Espíritu Santo a los creyentes incircuncisos y había "purificando por la fe sus corazones" (Hechos 15:9, NBLA). Añadió que exigirles que se circuncidaran sería poner a prueba a Dios: "Ahora pues, ¿por qué tientan a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?". (Hechos 15:10, NBLA). Como líder del consejo, Santiago reafirmó el argumento de Pedro en contra de exigir la circuncisión a los gentiles, declarando: "Por tanto, yo opino que no debemos molestar a los que de entre los gentiles se convierten a Dios" (Hechos 15:19, NBLA).

Pablo también utiliza la imagen de la circuncisión para describir la transformación interior en Colosenses 2. En el contexto, el apóstol anima a los creyentes a vivir su identidad en Cristo (Colosenses 2:6-7). Tras advertirles de las falsas enseñanzas y recordarles su condición en Cristo (Colosenses 2:8-10), invoca la imagen de la circuncisión. Cuando Pablo escribe: "También en Él ustedes fueron circuncidados con una circuncisión no hecha por manos", se refiere a su conversión mediante el Evangelio (versículo 11). El "quitar el cuerpo de la carne" es la eliminación de su naturaleza pecaminosa, de forma similar a como la circuncisión elimina el prepucio del varón. Esta nueva realidad se produce mediante "la circuncisión de Cristo", llamada así porque se lleva a cabo mediante Su muerte y resurrección. La NTV expresa Colosenses 2:11 de esta manera: "Cuando ustedes llegaron a Cristo, fueron circuncidados, pero no mediante un procedimiento corporal. Cristo llevó a cabo una circuncisión espiritual, es decir, les quitó la naturaleza pecaminosa".

En el Nuevo Testamento, la expresión externa de la nueva vida de un cristiano y de su relación con Dios es el bautismo en agua (por ejemplo, Hechos 2:38). El bautismo simboliza que una persona ha muerto con Jesús y ha resucitado a una nueva vida con Él (Romanos 6:3-4). La circuncisión era la señal del Antiguo Pacto, y el bautismo es la señal del Nuevo Pacto, pero ambos señalan el amor de Dios por los pecadores y la gracia que les extiende (Juan 3:16; Efesios 2:8-9).