Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre los cristianos que cazan animales por deporte?
Respuesta
La referencia más cercana a la caza deportiva se encuentra en Proverbios 12:27: "El indolente no asa su presa, pero la posesión más preciosa del hombre es la diligencia" (NBLA). La caza deportiva no era una práctica habitual en los tiempos bíblicos. La razón de ello es que el hombre cazaba para alimentarse. Para poner comida en la mesa, había que cultivarla, cazarla, y, en algunos casos, comprarla o intercambiarla. Las pieles se utilizaban para confeccionar ropa o se vendían para comprar cosas, y en muchos casos las pieles de los animales eran una moneda de cambio. Así era en el caso de los primeros estadounidenses. En aquellos tiempos, simplemente no se practicaba la caza deportiva. Es difícil convertir en deporte, algo que se hacía todos los días.
Hoy en día es muy distinto. La caza simplemente no se practica como forma de vida en los países occidentales, con pocas excepciones. Hay mercados fácilmente disponibles y las culturas civilizadas tienen moneda. La caza deportiva ha evolucionado simplemente porque el hombre siempre ha cazado, y está en su naturaleza. Las Escrituras no indican de ninguna manera si está bien o no cazar animales por diversión o por deporte, ni indican un principio que suponga que es un pecado o una práctica impía. En Génesis leemos que los animales fueron creados para el beneficio del hombre. A Adán se le concedió el privilegio de darles nombre, y estaban ahí para su disfrute, ayuda, y, posteriormente, como fuente de alimento.
Al principio de la creación, los animales servían principalmente como ayudantes y para el disfrute, y no como alimento, porque tanto Adán como los animales eran vegetarianos (Génesis 1:29-30). También hay que tener en cuenta que el hombre debía dominar la tierra y someterla. La tierra y todo lo que había en ella estaban destinados a satisfacer las necesidades del hombre. No fue hasta después del diluvio, en Génesis 9, cuando la carne se convirtió en una fuente de alimento tanto para los animales como para el hombre. Puesto que los animales y las plantas de la tierra fueron puestos bajo el control del hombre, Dios le dio la responsabilidad de aprender y utilizarlos a su antojo. Por eso es aceptable utilizar animales en la investigación, porque están destinados a ser utilizados en vez de los seres humanos. Los animales no tienen la misma forma de alma eterna y es probable que no prueben una vida después de la muerte. Esto no significa que podamos ser crueles y tener malas intenciones hacia ellos.
Todos los conservacionistas estarían de acuerdo en que la caza deportiva es valiosa para mantener bajo control la población de algunos animales. No hay nada bíblicamente incorrecto en ello; sin embargo, también es un asunto que cada persona debe decidir por sí misma. Los cristianos tienen la libertad de hacerlo o no hacerlo. Si no te sientes cómodo con la caza deportiva, entonces busca por qué y abstente de practicarla.
Hoy en día es muy distinto. La caza simplemente no se practica como forma de vida en los países occidentales, con pocas excepciones. Hay mercados fácilmente disponibles y las culturas civilizadas tienen moneda. La caza deportiva ha evolucionado simplemente porque el hombre siempre ha cazado, y está en su naturaleza. Las Escrituras no indican de ninguna manera si está bien o no cazar animales por diversión o por deporte, ni indican un principio que suponga que es un pecado o una práctica impía. En Génesis leemos que los animales fueron creados para el beneficio del hombre. A Adán se le concedió el privilegio de darles nombre, y estaban ahí para su disfrute, ayuda, y, posteriormente, como fuente de alimento.
Al principio de la creación, los animales servían principalmente como ayudantes y para el disfrute, y no como alimento, porque tanto Adán como los animales eran vegetarianos (Génesis 1:29-30). También hay que tener en cuenta que el hombre debía dominar la tierra y someterla. La tierra y todo lo que había en ella estaban destinados a satisfacer las necesidades del hombre. No fue hasta después del diluvio, en Génesis 9, cuando la carne se convirtió en una fuente de alimento tanto para los animales como para el hombre. Puesto que los animales y las plantas de la tierra fueron puestos bajo el control del hombre, Dios le dio la responsabilidad de aprender y utilizarlos a su antojo. Por eso es aceptable utilizar animales en la investigación, porque están destinados a ser utilizados en vez de los seres humanos. Los animales no tienen la misma forma de alma eterna y es probable que no prueben una vida después de la muerte. Esto no significa que podamos ser crueles y tener malas intenciones hacia ellos.
Todos los conservacionistas estarían de acuerdo en que la caza deportiva es valiosa para mantener bajo control la población de algunos animales. No hay nada bíblicamente incorrecto en ello; sin embargo, también es un asunto que cada persona debe decidir por sí misma. Los cristianos tienen la libertad de hacerlo o no hacerlo. Si no te sientes cómodo con la caza deportiva, entonces busca por qué y abstente de practicarla.