Pregunta

¿Qué debes hacer si careces de sabiduría (Santiago 1:5)?

Respuesta
La sabiduría es fundamental para la vida cristiana, un tesoro más valioso que el oro y la plata (Proverbios 16:16). Se motiva a los seguidores de Jesús a buscar la sabiduría, adquirir conocimientos y alcanzar la comprensión adecuada. Todo el libro de Proverbios está dedicado a este objetivo. Sin embargo, ¿qué debemos hacer si nos falta esta cualidad de la sabiduría?

Santiago 1:5 nos da una respuesta, especialmente ante las pruebas, aunque el principio se aplica a la toma de decisiones cotidianas: "Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada".

Según Santiago 1:5, la sabiduría que necesitamos (y a veces nos falta) proviene de Dios. Esto es distinto de la sabiduría natural, que surge únicamente del entendimiento humano y de las perspectivas mundanas. Esta última a menudo sirve para satisfacer los deseos humanos a expensas de la verdad divina. En Santiago 3:13-17, el apóstol contrasta los dos tipos de sabiduría:

¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que muestre por su buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tienen celos amargos y ambición personal en su corazón, no sean arrogantes y mientan así contra la verdad. Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica. Porque donde hay celos y ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala. Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos frutos, sin vacilación, sin hipocresía.

Otros pasajes de la Biblia enfatizan la superioridad de la sabiduría divina sobre su contraparte mundana. En 1 Corintios 1:25, Pablo afirma que "la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres". Esto no implica que Dios pueda ser necio o débil. Más bien, demuestra que incluso lo que puede parecer necio o débil desde una perspectiva humana es mejor que la sabiduría y la fuerza humanas. El enfoque principal de este pasaje es el evangelio. La crucifixión de Cristo parece necia y débil, pero en realidad es el poder y la sabiduría de Dios (1 Corintios 1:18).

¿Está mal ser inteligente o usar nuestro intelecto? ¡Claro que no! Estamos llamados a amar a Dios con nuestra mente (Mateo 22:37-38). Sin embargo, confiar únicamente en el intelecto humano nos alejará inevitablemente del camino de Dios, llevándonos a hacer lo que nos parece correcto (Proverbios 12:15; 14:12; 16:25). Los capítulos finales del libro de los Jueces muestran los peligros de hacer lo que nos place.

Necesitamos la sabiduría de Dios y, afortunadamente, Él es generoso al dárnosla. Él no actúa como si estuviéramos sobrepasando los límites al pedirle Su sabiduría. Dios es generoso, y poseer sabiduría divina está de acuerdo con Su voluntad para nosotros (Proverbios 2:6; 4:7). Mientras que la sabiduría mundana es egocéntrica, la sabiduría divina glorifica a Dios. También conduce a las buenas obras y a una vida santa (Efesios 5:15-17; Santiago 3:13).

Por último, la petición de sabiduría a Dios debe ir siempre acompañada de fe. Confía en que Dios responderá y no ser como una "ola del mar, impulsada por el viento" (Santiago 1:6).