Pregunta
¿Quién era el capitán del ejército del Señor en Josué 5:14?
Respuesta
En Josué 5:13-15 (NBLA), el líder de Israel, Josué, tiene una conversación con el "capitán del ejército del Señor" (versículo 14). Este capitán se le apareció a Josué cerca de Jericó, antes de la fatídica primera batalla en la conquista de Canaán. El personaje sostenía una espada desenvainada en la mano.
Josué se acercó a él y le preguntó: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?" (Josué 5:13, NBLA). La respuesta del hombre fue curiosa: "No", dijo, "más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor" (versículo 14). La pregunta de Josué era bastante natural. Al encontrarse con un hombre armado en vísperas de una batalla, le pregunta: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?". La respuesta del hombre es clave: no es ni israelita ni cananeo. Es el capitán del ejército del Señor. La mejor pregunta que Josué podría haberle hecho era: "¿Estamos nosotros de tu lado?".
Cuando el hombre se identificó como el capitán del ejército del Señor, "Josué se postró en tierra, le hizo reverencia" (Josué 5:14, NBLA). Abram tuvo la misma reacción al encontrarse en presencia de Dios (Génesis 17:1-3). Es significativo que el comandante no le diga a Josué que no lo adore, sino que le diga que se quite las sandalias, "porque el lugar donde estás es santo" (versículo 15). Esto es exactamente lo que el Señor Dios le dijo a Moisés en el encuentro con la zarza ardiente (Éxodo 3:5). Josué se dirige al hombre utilizando una palabra hebrea que significa "amo" o "señor", lo que indica el nivel de respeto que Josué tenía por la persona con la que hablaba.
Basándonos en esta información, solo hay una identidad posible para esta persona. El capitán del ejército del Señor era una teofanía, una aparición visible del mismo Dios. Dos versículos más adelante (en Josué 6:2, NBLA), es claramente Yavé quien le dice a Josué: "Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey con sus valientes guerreros". El capitán del ejército del Señor no es otro que Dios Todopoderoso.
No es la primera vez en las Escrituras que Dios da a conocer Su presencia de forma física. El Señor Dios se aparece a Abram en Génesis 17:1 y de nuevo en Génesis 18:1. El "ángel del Señor" se aparece a Agar en Génesis 16:7, tras lo cual ella afirma haber visto a Dios (versículo 13). El "hombre" que lucha con Jacob en Génesis 32 tiene características divinas, y Jacob concluye: "He visto a Dios cara a cara" (versículo 30). En cada caso, tenemos una interacción humana con Dios Hijo, el Logos, a través del cual Dios se comunicó a los demás.
Josué, entonces, se encuentra con una aparición preencarnada de Jesucristo. El hecho de que Jesús se identifique a sí mismo como el capitán del ejército del Señor le enseña a Josué quién está realmente al mando. Josué puede ser el capitán humano de Israel, pero el verdadero líder es el Capitán que está delante de él con la espada desenvainada. Josué comprendió su papel, respondió con adoración e hizo la única pregunta apropiada: "¿Qué quieres que haga tu siervo?" (Josué 5:14, NTV).
Jesús es el Señor de los ejércitos, y es Él quien debe librar la batalla si queremos ganar. Tenemos muchos enemigos contra los que luchar: Satanás, el mundo, el pecado y la carne. Necesitamos que Cristo vaya delante de nosotros, con la espada en la mano, a la batalla. Él es el comandante del ejército del Señor, el capitán de nuestra salvación (Hebreos 2:10) y aquel por quien se nos concede la victoria (1 Corintios 15:57). Solo el capitán del ejército del Señor tiene la sabiduría, el armamento y los medios para salir victorioso sobre nuestros verdaderos enemigos.
Josué se acercó a él y le preguntó: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?" (Josué 5:13, NBLA). La respuesta del hombre fue curiosa: "No", dijo, "más bien yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor" (versículo 14). La pregunta de Josué era bastante natural. Al encontrarse con un hombre armado en vísperas de una batalla, le pregunta: "¿Es usted de los nuestros o de nuestros enemigos?". La respuesta del hombre es clave: no es ni israelita ni cananeo. Es el capitán del ejército del Señor. La mejor pregunta que Josué podría haberle hecho era: "¿Estamos nosotros de tu lado?".
Cuando el hombre se identificó como el capitán del ejército del Señor, "Josué se postró en tierra, le hizo reverencia" (Josué 5:14, NBLA). Abram tuvo la misma reacción al encontrarse en presencia de Dios (Génesis 17:1-3). Es significativo que el comandante no le diga a Josué que no lo adore, sino que le diga que se quite las sandalias, "porque el lugar donde estás es santo" (versículo 15). Esto es exactamente lo que el Señor Dios le dijo a Moisés en el encuentro con la zarza ardiente (Éxodo 3:5). Josué se dirige al hombre utilizando una palabra hebrea que significa "amo" o "señor", lo que indica el nivel de respeto que Josué tenía por la persona con la que hablaba.
Basándonos en esta información, solo hay una identidad posible para esta persona. El capitán del ejército del Señor era una teofanía, una aparición visible del mismo Dios. Dos versículos más adelante (en Josué 6:2, NBLA), es claramente Yavé quien le dice a Josué: "Mira, he entregado en tu mano a Jericó, y a su rey con sus valientes guerreros". El capitán del ejército del Señor no es otro que Dios Todopoderoso.
No es la primera vez en las Escrituras que Dios da a conocer Su presencia de forma física. El Señor Dios se aparece a Abram en Génesis 17:1 y de nuevo en Génesis 18:1. El "ángel del Señor" se aparece a Agar en Génesis 16:7, tras lo cual ella afirma haber visto a Dios (versículo 13). El "hombre" que lucha con Jacob en Génesis 32 tiene características divinas, y Jacob concluye: "He visto a Dios cara a cara" (versículo 30). En cada caso, tenemos una interacción humana con Dios Hijo, el Logos, a través del cual Dios se comunicó a los demás.
Josué, entonces, se encuentra con una aparición preencarnada de Jesucristo. El hecho de que Jesús se identifique a sí mismo como el capitán del ejército del Señor le enseña a Josué quién está realmente al mando. Josué puede ser el capitán humano de Israel, pero el verdadero líder es el Capitán que está delante de él con la espada desenvainada. Josué comprendió su papel, respondió con adoración e hizo la única pregunta apropiada: "¿Qué quieres que haga tu siervo?" (Josué 5:14, NTV).
Jesús es el Señor de los ejércitos, y es Él quien debe librar la batalla si queremos ganar. Tenemos muchos enemigos contra los que luchar: Satanás, el mundo, el pecado y la carne. Necesitamos que Cristo vaya delante de nosotros, con la espada en la mano, a la batalla. Él es el comandante del ejército del Señor, el capitán de nuestra salvación (Hebreos 2:10) y aquel por quien se nos concede la victoria (1 Corintios 15:57). Solo el capitán del ejército del Señor tiene la sabiduría, el armamento y los medios para salir victorioso sobre nuestros verdaderos enemigos.