Pregunta

¿Por qué Juan el Bautista se refirió a los fariseos como una camada de víboras?

Respuesta
Juan el Bautista condenó a los fariseos y saduceos como "camada de víboras" en Mateo 3:7. Una "camada de víboras" es una "familia de serpientes". Dado que las víboras son venenosas, Juan estaba esencialmente llamando a los líderes religiosos "hijos mortíferos de serpientes". Es una denuncia bastante dura, que Jesús repitió a los fariseos en Mateo 12:34.

Los fariseos y saduceos eran los líderes religiosos de Israel en la época de Juan el Bautista y Jesús. Los fariseos eran los guardianes de la ley y los promotores de la tradición, y los saduceos formaban la clase dominante más rica. A lo largo de los siglos, estos grupos bienintencionados se habían corrompido, se habían vuelto legalistas e hipócritas y, finalmente, serían responsables de crucificar al Hijo de Dios. Se ganaron el calificativo de "camada de víboras", un sobrenombre con un significado más profundo de lo que parece a primera vista.

La víbora era considerada una criatura malvada. Su veneno era mortal y también era astuta: la víbora que mordió a Pablo se escondía en la leña (Hechos 28:3). Las Escrituras hebreas, que los fariseos conocían bien, asocian a la serpiente con Satanás en Génesis 3. Que Juan llamara a los fariseos "camada de víboras" implica que tenían cualidades satánicas. Esta idea la expresa claramente Jesús en Juan 8:44, donde dice que los judíos incrédulos "son de su padre, el diablo". Cuando Juan y Jesús llamaron a los fariseos "camada de víboras", estaban señalando que esos hombres eran engañosos, peligrosos y malvados: engañosos porque eran hipócritas (Mateo 23:15); peligrosos porque eran ciegos que guiaban a otros ciegos (Mateo 15:14); y malvados porque sus corazones estaban llenos de homicidio (Juan 8:37).

Otro detalle fascinante se encuentra en el uso que hace Jesús del epíteto "camada de víboras" para describir a los fariseos. En Mateo 23:33, dice: "¡Serpientes! ¡Camada de víboras ! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno?". Los agricultores, tanto entonces como ahora, solían quemar los rastrojos de sus campos para preparar la tierra para la siguiente temporada de siembra. Cuando el fuego se acercaba a las madrigueras de las víboras, estas se escabullían de las llamas, pero a menudo no lograban escapar de ellas. Las serpientes huyendo del fuego eran una imagen habitual, y es probable que las palabras de Jesús a los fariseos les trajeran ese recuerdo a la mente. ¿Cómo podían pensar que escaparían del fuego del juicio de Dios confiando en sus propias obras, que no eran en absoluto honestas ni buenas? Juan y Jesús los llamaron "camada de víboras" para hacerles conscientes de su propia maldad y llamarlos al arrepentimiento.