Pregunta
¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre los alimentos genéticamente modificados?
Respuesta
La Biblia no menciona específicamente los alimentos genéticamente modificados, pero sí aborda el papel que debemos desempeñar en el cuidado de la tierra. Génesis 1:26-30 nos dice que Dios creó a Adán y Eva y les ordenó multiplicarse, llenar la tierra, someterla y gobernar sobre todo ser viviente que se mueve sobre ella. También les dijo que toda planta y árbol que da semilla sería para alimento.
Génesis 2:15-17 nos relata que Adán cultivaba y cuidaba el huerto de Edén, y que podían comer libremente de cualquier árbol, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Así que, antes del pecado de Adán y Eva, trabajar la tierra no implicaba fatiga ni arduo esfuerzo, ya que el suelo aún no había sido maldecido. El papel que Dios les asignó era ser buenos administradores de la creación. Génesis 3:17-19 explica que solo después de que Adán y Eva desobedecieron a Dios comiendo del árbol prohibido, Él maldijo la tierra y le dijo a Adán que, a partir de entonces, comería de ella solo mediante trabajo y esfuerzo.
Estos pasajes nos muestran el papel de la humanidad en la tierra y cómo ese papel cambió tras la entrada del pecado en el mundo. Plantas, animales y árboles aún sufren hoy las consecuencias de ese pecado original y son vulnerables a enfermedades, sequías e insectos. La modificación genética de alimentos es una manera en que el ser humano intenta contrarrestar los efectos de la maldición original. Al alterar la composición genética de organismos como plantas, animales o bacterias para hacerlos más resistentes a plagas, temperaturas extremas o enfermedades, científicos y agricultores trabajan juntos para mejorar las fuentes de alimento para la población mundial.
Sin embargo, estas alteraciones genéticas pueden implicar riesgos para los seres humanos, animales y plantas, y solo con el tiempo se sabrá si esta práctica resultará beneficiosa o perjudicial a largo plazo. Romanos 8:18-23 nos recuerda que, al igual que toda la humanidad, la creación entera gime y anhela ser liberada de la muerte y la corrupción; y que esto solo ocurrirá en el futuro, cuando Dios redima físicamente a Sus hijos y a toda Su creación. En ese momento, todo lo que Él creó será restaurado a su estado perfecto original.
Dado que la Biblia no menciona de forma específica los alimentos genéticamente modificados, debemos tener cuidado de no ir más allá de lo que la Palabra de Dios dice sobre este tema. La mejor manera de abordarlo es comprendiendo nuestro papel en la tierra y siguiendo las pautas bíblicas que Dios nos ha dado para nuestra vida. Ese entendimiento solo se obtiene pasando tiempo con el Señor, en Su Palabra y en oración diaria, creciendo y madurando en nuestro caminar con Él.
Génesis 2:15-17 nos relata que Adán cultivaba y cuidaba el huerto de Edén, y que podían comer libremente de cualquier árbol, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Así que, antes del pecado de Adán y Eva, trabajar la tierra no implicaba fatiga ni arduo esfuerzo, ya que el suelo aún no había sido maldecido. El papel que Dios les asignó era ser buenos administradores de la creación. Génesis 3:17-19 explica que solo después de que Adán y Eva desobedecieron a Dios comiendo del árbol prohibido, Él maldijo la tierra y le dijo a Adán que, a partir de entonces, comería de ella solo mediante trabajo y esfuerzo.
Estos pasajes nos muestran el papel de la humanidad en la tierra y cómo ese papel cambió tras la entrada del pecado en el mundo. Plantas, animales y árboles aún sufren hoy las consecuencias de ese pecado original y son vulnerables a enfermedades, sequías e insectos. La modificación genética de alimentos es una manera en que el ser humano intenta contrarrestar los efectos de la maldición original. Al alterar la composición genética de organismos como plantas, animales o bacterias para hacerlos más resistentes a plagas, temperaturas extremas o enfermedades, científicos y agricultores trabajan juntos para mejorar las fuentes de alimento para la población mundial.
Sin embargo, estas alteraciones genéticas pueden implicar riesgos para los seres humanos, animales y plantas, y solo con el tiempo se sabrá si esta práctica resultará beneficiosa o perjudicial a largo plazo. Romanos 8:18-23 nos recuerda que, al igual que toda la humanidad, la creación entera gime y anhela ser liberada de la muerte y la corrupción; y que esto solo ocurrirá en el futuro, cuando Dios redima físicamente a Sus hijos y a toda Su creación. En ese momento, todo lo que Él creó será restaurado a su estado perfecto original.
Dado que la Biblia no menciona de forma específica los alimentos genéticamente modificados, debemos tener cuidado de no ir más allá de lo que la Palabra de Dios dice sobre este tema. La mejor manera de abordarlo es comprendiendo nuestro papel en la tierra y siguiendo las pautas bíblicas que Dios nos ha dado para nuestra vida. Ese entendimiento solo se obtiene pasando tiempo con el Señor, en Su Palabra y en oración diaria, creciendo y madurando en nuestro caminar con Él.