Pregunta

¿Qué significa “Santidad al Señor” en Zacarías 14:20?

Respuesta
En Zacarías 14, el profeta habla de un tiempo en el que el Mesías reinará en Jerusalén sobre la tierra. En ese tiempo, la nación de Israel será liberada de sus enemigos, y el juicio caerá sobre quienes se hayan opuesto a ella. Israel cumplirá su llamado a ser "santo al Señor" (por ejemplo, Deuteronomio 7:6), como se predice en Zacarías 14:20: "En aquel día estará grabado en los cascabeles de los caballos: "Santidad al Señor". Y serán las ollas en la casa del Señor como los tazones delante del altar" (NBLA). Aun los objetos más comunes—como los cascabeles de los caballos y las ollas de cocina—serán consagrados al Señor.

Se acerca un día en el que el Mesías será Rey sobre toda la tierra (Zacarías 14:9). En ese tiempo, no habrá más maldición sobre Israel, y el pueblo vivirá seguro (Zacarías 14:10). No obstante, el reinado del Mesías comenzará con un período intenso de juicio, plagas y muerte contra quienes hayan luchado contra Jerusalén (Zacarías 14:11–15). Entre las naciones habrá sobrevivientes que no serán juzgados y viajarán a Jerusalén para adorar (Zacarías 14:16–19). Será en esos días que hasta los cascabeles de los caballos llevarán la inscripción "Santidad al Señor" (Zacarías 14:20), y las ollas comunes serán santas para el Señor de los ejércitos (Zacarías 14:21).

Estos pasajes nos recuerdan que un día el Mesías reinará sobre todos. También muestran cuán importante es la santidad para el Señor. Aunque ese futuro reinado mesiánico aún no ha llegado, la santidad sigue siendo esencial hoy. De hecho, la santidad de los creyentes es tan importante para Dios que, antes de la fundación del mundo, nos escogió en Cristo para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él (Efesios 1:4). Los creyentes, como iglesia, estamos siendo edificados juntos como un templo santo en el Señor (Efesios 2:21). Como dice Pedro: "Sean ustedes santos en toda su manera de vivir" (1 Pedro 1:15, NBLA).

La frase "Santidad al Señor" no se limita a una esperanza futura. Aunque hay un cumplimiento literal que está por venir, esta también debe ser la marca distintiva de la vida del creyente hoy. En nuestra posición en Cristo, ya hemos sido apartados como santos para Dios, y Pablo nos exhorta a vivir de acuerdo con ese llamado (Efesios 4:1).