Pregunta
¿Por qué el libro de los Salmos está dividido en cinco libros?
Respuesta
El libro de los Salmos es el más extenso de la Biblia, con 150 "capítulos" que en realidad son salmos o cantos individuales. Este libro está dividido en cinco secciones:
Libro 1: Salmos 1-41
Libro 2: Salmos 42-72
Libro 3: Salmos 73-89
Libro 4: Salmos 90–106
Libro 5: Salmos 107-150
No se sabe con certeza por qué el libro fue dividido en cinco partes. Algunas fuentes, como ciertas tradiciones del midrash judío, sugieren que esta división refleja los cinco libros de la Torá (Génesis a Deuteronomio). Sin embargo, la división de los Salmos no sigue un orden cronológico ni está basada en los autores, ya que muchos de ellos están distribuidos en diferentes secciones sin seguir un patrón definido.
David es mencionado como autor de 73 salmos, Asaf de 12, y los hijos de Coré de 11. Otros salmos fueron escritos por Salomón, Hemán el ezraíta, Etán el ezraíta y Moisés (autor del Salmo 90). La copia más antigua conservada del libro de los Salmos proviene de los Rollos del Mar Muerto, del siglo I d.C. Esta evidencia demuestra que la división en cinco libros ya existía en ese tiempo, y probablemente desde mucho antes.
Lo más probable es que Esdras y otros líderes religiosos judíos hayan recopilado los salmos en el orden que conocemos durante el tiempo de Esdras, en el siglo IV a.C. Curiosamente, el libro de los Salmos fue uno de los escritos más populares hallados entre los Rollos del Mar Muerto, con unos treinta rollos que contenían el libro completo o partes de él. En general, los Salmos son el libro del Antiguo Testamento con mayor cantidad de manuscritos hebreos disponibles para el estudio, lo que refleja su importancia tanto para judíos como para cristianos.
Cada uno de los cinco libros o secciones termina con una doxología, es decir, una expresión de alabanza. El último versículo del salmo que concluye cada sección incluye expresiones como "¡Aleluya!" o "Amén". Por ejemplo, el último versículo del Salmo 41 dice: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, / Desde la eternidad hasta la eternidad. / Amén y amén" (NBLA). El Salmo 150, que cierra todo el libro, es una gran doxología final que concluye con estas palabras: "Todo lo que respira alabe al Señor. / ¡Aleluya!" (NBLA).
Libro 1: Salmos 1-41
Libro 2: Salmos 42-72
Libro 3: Salmos 73-89
Libro 4: Salmos 90–106
Libro 5: Salmos 107-150
No se sabe con certeza por qué el libro fue dividido en cinco partes. Algunas fuentes, como ciertas tradiciones del midrash judío, sugieren que esta división refleja los cinco libros de la Torá (Génesis a Deuteronomio). Sin embargo, la división de los Salmos no sigue un orden cronológico ni está basada en los autores, ya que muchos de ellos están distribuidos en diferentes secciones sin seguir un patrón definido.
David es mencionado como autor de 73 salmos, Asaf de 12, y los hijos de Coré de 11. Otros salmos fueron escritos por Salomón, Hemán el ezraíta, Etán el ezraíta y Moisés (autor del Salmo 90). La copia más antigua conservada del libro de los Salmos proviene de los Rollos del Mar Muerto, del siglo I d.C. Esta evidencia demuestra que la división en cinco libros ya existía en ese tiempo, y probablemente desde mucho antes.
Lo más probable es que Esdras y otros líderes religiosos judíos hayan recopilado los salmos en el orden que conocemos durante el tiempo de Esdras, en el siglo IV a.C. Curiosamente, el libro de los Salmos fue uno de los escritos más populares hallados entre los Rollos del Mar Muerto, con unos treinta rollos que contenían el libro completo o partes de él. En general, los Salmos son el libro del Antiguo Testamento con mayor cantidad de manuscritos hebreos disponibles para el estudio, lo que refleja su importancia tanto para judíos como para cristianos.
Cada uno de los cinco libros o secciones termina con una doxología, es decir, una expresión de alabanza. El último versículo del salmo que concluye cada sección incluye expresiones como "¡Aleluya!" o "Amén". Por ejemplo, el último versículo del Salmo 41 dice: "Bendito sea el Señor, Dios de Israel, / Desde la eternidad hasta la eternidad. / Amén y amén" (NBLA). El Salmo 150, que cierra todo el libro, es una gran doxología final que concluye con estas palabras: "Todo lo que respira alabe al Señor. / ¡Aleluya!" (NBLA).