Pregunta
¿Se menciona Pompeya en la Biblia?
Respuesta
Pompeya era una antigua ciudad costera de Italia, ubicada a unos 24 kilómetros al suroeste de la actual Nápoles. Fue destruida el 24 de agosto del año 79 d.C. por la repentina erupción del volcán Vesubio. La ciudad quedó sepultada bajo toneladas de ceniza y gases tóxicos, lo que causó la muerte instantánea de sus habitantes.
Cuando fue excavada en el siglo XVIII, los arqueólogos descubrieron que la erupción había sido tan súbita que los pompeyanos murieron mientras realizaban sus tareas cotidianas. Aunque los cuerpos se descompusieron con el tiempo, sus siluetas quedaron grabadas en la roca endurecida, preservando una escena de la vida romana congelada en el tiempo.
Pompeya no se menciona en la Biblia. La mayor parte del Nuevo Testamento ya había sido escrita para el año 79 d.C., y no existe ninguna profecía que anuncie su destrucción. Sin embargo, los cristianos de la época compararon la catástrofe con la de Sodoma y Gomorra, debido a la inmoralidad que caracterizaba a la ciudad. De hecho, en una de las paredes excavadas se encontraron las palabras "Sodoma y Gomorra" escritas, posiblemente por algún creyente o judío que presenció la tragedia.
Algunos han sugerido que la caída de "la gran ciudad" mencionada en Apocalipsis 18 podría referirse a Pompeya, pero esto es improbable, ya que la Biblia reserva ese título para ciudades con relevancia espiritual e histórica, como Jerusalén o Roma. Aun así, la destrucción de Pompeya ilustra cuán repentinamente Dios puede permitir que una gran civilización o ciudad sea destruida, ya sea por medios naturales o sobrenaturales. Apocalipsis 18:17 describe un juicio similar que ocurrirá "en una hora", es decir, de forma repentina.
El fin de Pompeya debe servir como una advertencia para toda generación. Así como aquella ciudad confiaba en su prosperidad y estabilidad, muchos hoy ponen su seguridad en sistemas humanos o estructuras materiales. La historia de Pompeya nos recuerda que nada de eso es permanente, y que todo se puede desmoronar en un instante conforme a la voluntad de Dios.
Cuando fue excavada en el siglo XVIII, los arqueólogos descubrieron que la erupción había sido tan súbita que los pompeyanos murieron mientras realizaban sus tareas cotidianas. Aunque los cuerpos se descompusieron con el tiempo, sus siluetas quedaron grabadas en la roca endurecida, preservando una escena de la vida romana congelada en el tiempo.
Pompeya no se menciona en la Biblia. La mayor parte del Nuevo Testamento ya había sido escrita para el año 79 d.C., y no existe ninguna profecía que anuncie su destrucción. Sin embargo, los cristianos de la época compararon la catástrofe con la de Sodoma y Gomorra, debido a la inmoralidad que caracterizaba a la ciudad. De hecho, en una de las paredes excavadas se encontraron las palabras "Sodoma y Gomorra" escritas, posiblemente por algún creyente o judío que presenció la tragedia.
Algunos han sugerido que la caída de "la gran ciudad" mencionada en Apocalipsis 18 podría referirse a Pompeya, pero esto es improbable, ya que la Biblia reserva ese título para ciudades con relevancia espiritual e histórica, como Jerusalén o Roma. Aun así, la destrucción de Pompeya ilustra cuán repentinamente Dios puede permitir que una gran civilización o ciudad sea destruida, ya sea por medios naturales o sobrenaturales. Apocalipsis 18:17 describe un juicio similar que ocurrirá "en una hora", es decir, de forma repentina.
El fin de Pompeya debe servir como una advertencia para toda generación. Así como aquella ciudad confiaba en su prosperidad y estabilidad, muchos hoy ponen su seguridad en sistemas humanos o estructuras materiales. La historia de Pompeya nos recuerda que nada de eso es permanente, y que todo se puede desmoronar en un instante conforme a la voluntad de Dios.