Pregunta
¿Qué es el Monte de la Transfiguración?
Respuesta
El Monte de la Transfiguración es la montaña en la que Jesús fue transfigurado (Mateo 17; Marcos 9; Lucas 9). Se desconoce la ubicación real del monte.
En Mateo 16, Jesús les dice a los discípulos que morirá y resucitará (v. 21). Pedro lo reprende diciendo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá" (v. 22). Jesús tiene que reprender a Pedro y luego explica que cualquiera que quiera ser Su discípulo debe "tomar su cruz", es decir, estar dispuesto a morir también. En el último versículo del capítulo 16, Jesús hace una declaración bastante enigmática: "En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en Su reino" (v. 28; ver también Lucas 9:27).
En el siguiente evento registrado en Mateo y Lucas, Jesús lleva consigo a Pedro, Jacobo y Juan a un "monte alto". A esta montaña sin nombre se le llama hoy el Monte de la Transfiguración, por lo que ocurre a continuación: "Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él" (Mateo 17:2–3).
La transfiguración de Jesús en el monte es significativa porque dio a esos tres discípulos un vistazo de la gloria que Jesús tenía antes de la encarnación y que volvería a tener. Quizás también fue el cumplimiento de la profecía de Jesús de que algunos discípulos lo verían venir en Su reino antes de morir (Mateo 16:28).
Lo que sucedió en el Monte de la Transfiguración tiene paralelos con lo que ocurrió en el Sinaí. Moisés subió a un monte para encontrarse con el Señor y volvió con el rostro resplandeciente (Éxodo 34). En el Nuevo Testamento, Jesús sube a un monte y se encuentra con Moisés; sin embargo, una voz del cielo deja claro que Jesús es el personaje principal, no Moisés: "Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él. Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: Levántense y no teman. Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo" (Mateo 17:5–8). Así como el encuentro en el Sinaí entre Moisés y el Señor marcó una nueva era en el trato de Dios con Su pueblo, este encuentro entre el Señor y Moisés señala una nueva era en la historia de la redención.
El "monte alto" que llamamos Monte de la Transfiguración nunca se identifica claramente en la Escritura. Tanto el monte Tabor como el monte Hermón han sido identificados como el Monte de la Transfiguración por distintas tradiciones. El monte Tabor tiene poco menos de 600 metros de altura, pero es el único en la zona. La tradición más antigua identifica al Tabor como el Monte de la Transfiguración, y allí se encuentra la Iglesia de la Transfiguración, construida sobre las ruinas de una iglesia del siglo IV. El monte Hermón es mucho más alto, con casi 3.000 metros, y está más cerca de Cesarea de Filipo, donde ocurrieron los acontecimientos de Mateo 16. Por estas razones, algunos eruditos consideran que el Hermón es un candidato más probable para ser el Monte de la Transfiguración.
En última instancia, simplemente no sabemos cuál es el Monte de la Transfiguración. Podría ser el Tabor, el Hermón o algún otro monte que nadie ha sugerido. El hecho de que la transfiguración haya ocurrido en un monte es un punto importante en la recapitulación del encuentro de Moisés en el monte Sinaí. Sin embargo, la importancia de la transfiguración no depende del lugar donde ocurrió.
Años después, Pedro hace referencia a este evento: "Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. Pues cuando Él recibió honor y gloria de Dios Padre, la Majestuosa Gloria le hizo esta declaración: Este es Mi Hijo amado en quien me he complacido. Nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo cuando estábamos con Él en el monte santo" (2 Pedro 1:16–18).
Lamentablemente, existen demasiadas "fábulas ingeniosamente inventadas" que intentan identificar ubicaciones específicas en Tierra Santa, como el lugar del Monte de la Transfiguración, mientras pierden de vista los asuntos realmente importantes.
En Mateo 16, Jesús les dice a los discípulos que morirá y resucitará (v. 21). Pedro lo reprende diciendo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso nunca te acontecerá" (v. 22). Jesús tiene que reprender a Pedro y luego explica que cualquiera que quiera ser Su discípulo debe "tomar su cruz", es decir, estar dispuesto a morir también. En el último versículo del capítulo 16, Jesús hace una declaración bastante enigmática: "En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en Su reino" (v. 28; ver también Lucas 9:27).
En el siguiente evento registrado en Mateo y Lucas, Jesús lleva consigo a Pedro, Jacobo y Juan a un "monte alto". A esta montaña sin nombre se le llama hoy el Monte de la Transfiguración, por lo que ocurre a continuación: "Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él" (Mateo 17:2–3).
La transfiguración de Jesús en el monte es significativa porque dio a esos tres discípulos un vistazo de la gloria que Jesús tenía antes de la encarnación y que volvería a tener. Quizás también fue el cumplimiento de la profecía de Jesús de que algunos discípulos lo verían venir en Su reino antes de morir (Mateo 16:28).
Lo que sucedió en el Monte de la Transfiguración tiene paralelos con lo que ocurrió en el Sinaí. Moisés subió a un monte para encontrarse con el Señor y volvió con el rostro resplandeciente (Éxodo 34). En el Nuevo Testamento, Jesús sube a un monte y se encuentra con Moisés; sin embargo, una voz del cielo deja claro que Jesús es el personaje principal, no Moisés: "Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es Mi Hijo amado en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él. Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: Levántense y no teman. Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo" (Mateo 17:5–8). Así como el encuentro en el Sinaí entre Moisés y el Señor marcó una nueva era en el trato de Dios con Su pueblo, este encuentro entre el Señor y Moisés señala una nueva era en la historia de la redención.
El "monte alto" que llamamos Monte de la Transfiguración nunca se identifica claramente en la Escritura. Tanto el monte Tabor como el monte Hermón han sido identificados como el Monte de la Transfiguración por distintas tradiciones. El monte Tabor tiene poco menos de 600 metros de altura, pero es el único en la zona. La tradición más antigua identifica al Tabor como el Monte de la Transfiguración, y allí se encuentra la Iglesia de la Transfiguración, construida sobre las ruinas de una iglesia del siglo IV. El monte Hermón es mucho más alto, con casi 3.000 metros, y está más cerca de Cesarea de Filipo, donde ocurrieron los acontecimientos de Mateo 16. Por estas razones, algunos eruditos consideran que el Hermón es un candidato más probable para ser el Monte de la Transfiguración.
En última instancia, simplemente no sabemos cuál es el Monte de la Transfiguración. Podría ser el Tabor, el Hermón o algún otro monte que nadie ha sugerido. El hecho de que la transfiguración haya ocurrido en un monte es un punto importante en la recapitulación del encuentro de Moisés en el monte Sinaí. Sin embargo, la importancia de la transfiguración no depende del lugar donde ocurrió.
Años después, Pedro hace referencia a este evento: "Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. Pues cuando Él recibió honor y gloria de Dios Padre, la Majestuosa Gloria le hizo esta declaración: Este es Mi Hijo amado en quien me he complacido. Nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo cuando estábamos con Él en el monte santo" (2 Pedro 1:16–18).
Lamentablemente, existen demasiadas "fábulas ingeniosamente inventadas" que intentan identificar ubicaciones específicas en Tierra Santa, como el lugar del Monte de la Transfiguración, mientras pierden de vista los asuntos realmente importantes.