Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre el Limbo?
Respuesta
La palabra limbo proviene del latín limbus, que significa "borde" o "orilla", como el borde de un manto. Por lo tanto, el término sugiere un lugar en el límite entre dos realidades. En un sentido amplio, limbo se refiere a una zona intermedia entre dos lugares definidos. Sin embargo, la Biblia no menciona ningún lugar con ese nombre ni describe directamente una realidad con esas características.
Una tradición dentro del catolicismo romano habla de un "limbo" como el destino de los niños que mueren sin haber sido bautizados o de personas que mueren fuera de la Iglesia Católica. Esta idea no tiene base bíblica; es una especulación teológica que ha sido transmitida por ciertos sectores del pensamiento católico. Para un análisis más profundo sobre el destino eterno de los niños, recomendamos estudiar el tema de la "edad de la responsabilidad" a la luz de las Escrituras.
Lo más cercano a un concepto similar al "limbo" en la Biblia aparece en la parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19–31), donde Jesús menciona dos destinos diferentes después de la muerte: el seno de Abraham y un lugar de tormento. Algunos consideran que esta parábola tiene un propósito simbólico relacionado con el Reino de Dios, pero incluso en una parábola, Jesús no utilizaría elementos completamente ficticios. Las parábolas están basadas en realidades reconocibles. Antes de la muerte y resurrección de Jesucristo, parece que había dos lugares a los que las almas podían ir al morir: El seno de Abraham o paraíso, donde iban aquellos que habían muerto con fe en el Mesías prometido, como Abraham mismo, y eran considerados justos por su fe (Génesis 15:4–6; Romanos 4:13–24). Y un lugar de tormento, donde iban los incrédulos, lo que comúnmente se asocia con el término "infierno".
Sin embargo, incluso estos lugares son temporales. La Biblia enseña que todos comparecerán ante Dios en el juicio final. Aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida serán arrojados al lago de fuego (Apocalipsis 20:11–15). Esta será su condenación definitiva. Por lo tanto, cualquier noción de "limbo" como una tercera opción entre el cielo y el infierno no tiene respaldo bíblico. Lo único que podría entenderse como un "lugar intermedio" en las Escrituras es el Seol (en hebreo) o Hades (en griego), que se presenta como un lugar de espera temporal para los muertos antes del juicio final.
Una tradición dentro del catolicismo romano habla de un "limbo" como el destino de los niños que mueren sin haber sido bautizados o de personas que mueren fuera de la Iglesia Católica. Esta idea no tiene base bíblica; es una especulación teológica que ha sido transmitida por ciertos sectores del pensamiento católico. Para un análisis más profundo sobre el destino eterno de los niños, recomendamos estudiar el tema de la "edad de la responsabilidad" a la luz de las Escrituras.
Lo más cercano a un concepto similar al "limbo" en la Biblia aparece en la parábola del rico y Lázaro (Lucas 16:19–31), donde Jesús menciona dos destinos diferentes después de la muerte: el seno de Abraham y un lugar de tormento. Algunos consideran que esta parábola tiene un propósito simbólico relacionado con el Reino de Dios, pero incluso en una parábola, Jesús no utilizaría elementos completamente ficticios. Las parábolas están basadas en realidades reconocibles. Antes de la muerte y resurrección de Jesucristo, parece que había dos lugares a los que las almas podían ir al morir: El seno de Abraham o paraíso, donde iban aquellos que habían muerto con fe en el Mesías prometido, como Abraham mismo, y eran considerados justos por su fe (Génesis 15:4–6; Romanos 4:13–24). Y un lugar de tormento, donde iban los incrédulos, lo que comúnmente se asocia con el término "infierno".
Sin embargo, incluso estos lugares son temporales. La Biblia enseña que todos comparecerán ante Dios en el juicio final. Aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida serán arrojados al lago de fuego (Apocalipsis 20:11–15). Esta será su condenación definitiva. Por lo tanto, cualquier noción de "limbo" como una tercera opción entre el cielo y el infierno no tiene respaldo bíblico. Lo único que podría entenderse como un "lugar intermedio" en las Escrituras es el Seol (en hebreo) o Hades (en griego), que se presenta como un lugar de espera temporal para los muertos antes del juicio final.