Pregunta

¿Por qué se enojó Jonás cuando los ninivitas se arrepintieron? (Jonás 4:1-2)

Respuesta
Puede parecer extraño que un predicador se enoje porque sus oyentes se arrepintieron de su pecado, pero esa fue exactamente la reacción de Jonás ante el arrepentimiento de los habitantes de Nínive. Jonás 4:2 nos dice por qué: "¡Ah Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis. Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal anunciado" (NBLA). Jonás sabía desde el principio que Dios es compasivo y misericordioso. Entendía que, si los ninivitas se arrepentían, Dios los perdonaría. Y lo que lo enfurecía era justamente eso: Jonás prefería verlos destruidos.

Hay varias posibles razones por las que Jonás deseaba la destrucción de Nínive. En primer lugar, Nínive era la capital de Asiria, un pueblo despiadado y violento, enemigo de Israel. Su destrucción habría sido vista como una victoria para el pueblo israelita. En segundo lugar, Jonás probablemente quería ver la caída de Nínive por un sentido personal de justicia. Después de todo, los ninivitas sí merecían el juicio de Dios. En tercer lugar, al no cumplirse el juicio anunciado, Jonás quizás sintió que su mensaje quedaba desacreditado, como si su profecía no se hubiese cumplido.

Podemos aprender de este ejemplo negativo de Jonás que debemos alabar a Dios por Su bondad. Primero, nuestro Dios es misericordioso y está dispuesto a perdonar a todos los que se arrepienten (ver 2 Pedro 3:9). Los ninivitas eran gentiles, pero aun así Dios les ofreció salvación. En Su bondad, Dios les advirtió antes de enviar juicio, dándoles la oportunidad de arrepentirse.

Segundo, Dios se interesa por las personas de todas las naciones. Por naturaleza, Él es Salvador. En Lucas 15, las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido revelan el corazón de Dios por redimir a todos los que se acercan a Él. Además, la Gran Comisión en Mateo 28:18-20 subraya el llamado de Dios a llevar Su mensaje de buenas noticias a todas las naciones. Romanos 1:16 también enfatiza la importancia de compartir el evangelio tanto con judíos como con no judíos.

Tercero, Dios se preocupa por quienes nunca han oído el mensaje de Su salvación. Cuando en Jonás 4:11 se menciona a "más de 120,000 personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda" (NBLA), lo más probable es que se refiera a personas que no conocían la verdad espiritual. En lo que respecta a Dios, no sabían discernir entre lo bueno y lo malo. Dios se compadece de la ceguera espiritual de los paganos. Él desea extender Su salvación a todos los que estén dispuestos a arrepentirse y volverse a Él.