Pregunta
¿Cuántas veces ha sido destruida Jerusalén?
Respuesta
Jerusalén, la "ciudad de la paz", ha conocido su parte de dolor y guerra. Ubicada en una encrucijada estratégica del mundo antiguo y considerada sagrada por las tres principales religiones monoteístas, ha estado involucrada en conflictos durante la mayor parte de sus más de 3.000 años de historia. Cuando los arqueólogos comenzaron a excavar en la ciudad, se sorprendieron al descubrir capa tras capa de escombros, lo que revelaba que partes de Jerusalén habían sido destruidas al menos 40 veces. En algunos lugares, las capas de destrucción alcanzan más de 18 metros de profundidad.
Según Eric Cline, en su libro Jerusalem Besieged: From Ancient Canaan to Modern Israel, Jerusalén ha sido escenario de al menos 118 conflictos a lo largo de los siglos, comenzando alrededor del año 1350 a.C. entre Abdi-Heba, el gobernante de Jerusalén, y un pueblo al que llamó los Habiru. En una carta al faraón de Egipto (una de las tablillas de Amarna), Abdi-Heba le pidió ayuda porque el país circundante había sido tomado por los Habiru. Este hecho se relaciona con el registro de Josué 10, que describe el comienzo del control israelita sobre Jerusalén.
Cline afirma que la ciudad fue destruida por completo al menos dos veces: una por los babilonios, bajo Nabucodonosor, y otra por los romanos, bajo Tito, en el año 70 d.C. (2 Reyes 25:8–10). También señala que los mongoles destruyeron parte de la ciudad alrededor del año 1260 d.C., y que el emperador romano Adriano la arrasó nuevamente en el año 135 d.C. En total, Jerusalén fue capturada más de 40 veces y sitiada en 23 ocasiones a lo largo de la historia.
Durante gran parte de su existencia, los ejércitos que rodearon Jerusalén no buscaban destruirla, sino controlarla. Esta lucha por el dominio continúa incluso en la actualidad. Desde el Mandato Británico de 1922 hasta nuestros días, la pregunta "¿quién gobierna Jerusalén?", ha sido una de las más polémicas en la política internacional. La ciudad ha sido reclamada por judíos, cristianos y musulmanes, y sus zonas más antiguas han estado divididas en barrios armenio, cristiano, judío y musulmán.
Tras la guerra de 1948, que llevó a la independencia de Israel, Jerusalén Occidental fue tomada por Israel, mientras que Jerusalén Oriental quedó bajo control de Jordania. En 1967, Israel capturó Jerusalén Este y la anexionó, aunque gran parte de la comunidad internacional sigue considerándola territorio palestino bajo ocupación militar.
Aunque hoy el pueblo judío vive y gobierna en Jerusalén, la Biblia enseña que las naciones gentiles seguirán luchando por ella. Zacarías 14:2–5 profetiza una última gran batalla en la que Jerusalén será atacada: "Porque Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando Él peleó el día de la batalla. Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente".
Sin embargo, ese conflicto culminará con la victoria final del Señor. Las profecías en Joel 3:16–20, Sofonías 3:14–20 y Zacarías 12:6 anuncian la restauración y la paz eterna que reinarán cuando Cristo derrote definitivamente a todos los enemigos de Su pueblo. Hasta ese día, Dios nos manda: "Oren ustedes por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman" (Salmo 122:6).
Según Eric Cline, en su libro Jerusalem Besieged: From Ancient Canaan to Modern Israel, Jerusalén ha sido escenario de al menos 118 conflictos a lo largo de los siglos, comenzando alrededor del año 1350 a.C. entre Abdi-Heba, el gobernante de Jerusalén, y un pueblo al que llamó los Habiru. En una carta al faraón de Egipto (una de las tablillas de Amarna), Abdi-Heba le pidió ayuda porque el país circundante había sido tomado por los Habiru. Este hecho se relaciona con el registro de Josué 10, que describe el comienzo del control israelita sobre Jerusalén.
Cline afirma que la ciudad fue destruida por completo al menos dos veces: una por los babilonios, bajo Nabucodonosor, y otra por los romanos, bajo Tito, en el año 70 d.C. (2 Reyes 25:8–10). También señala que los mongoles destruyeron parte de la ciudad alrededor del año 1260 d.C., y que el emperador romano Adriano la arrasó nuevamente en el año 135 d.C. En total, Jerusalén fue capturada más de 40 veces y sitiada en 23 ocasiones a lo largo de la historia.
Durante gran parte de su existencia, los ejércitos que rodearon Jerusalén no buscaban destruirla, sino controlarla. Esta lucha por el dominio continúa incluso en la actualidad. Desde el Mandato Británico de 1922 hasta nuestros días, la pregunta "¿quién gobierna Jerusalén?", ha sido una de las más polémicas en la política internacional. La ciudad ha sido reclamada por judíos, cristianos y musulmanes, y sus zonas más antiguas han estado divididas en barrios armenio, cristiano, judío y musulmán.
Tras la guerra de 1948, que llevó a la independencia de Israel, Jerusalén Occidental fue tomada por Israel, mientras que Jerusalén Oriental quedó bajo control de Jordania. En 1967, Israel capturó Jerusalén Este y la anexionó, aunque gran parte de la comunidad internacional sigue considerándola territorio palestino bajo ocupación militar.
Aunque hoy el pueblo judío vive y gobierna en Jerusalén, la Biblia enseña que las naciones gentiles seguirán luchando por ella. Zacarías 14:2–5 profetiza una última gran batalla en la que Jerusalén será atacada: "Porque Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén; y será tomada la ciudad y serán saqueadas las casas y violadas las mujeres. La mitad de la ciudad será desterrada, pero el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando Él peleó el día de la batalla. Sus pies se posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al oriente".
Sin embargo, ese conflicto culminará con la victoria final del Señor. Las profecías en Joel 3:16–20, Sofonías 3:14–20 y Zacarías 12:6 anuncian la restauración y la paz eterna que reinarán cuando Cristo derrote definitivamente a todos los enemigos de Su pueblo. Hasta ese día, Dios nos manda: "Oren ustedes por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman" (Salmo 122:6).