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Pregunta: ¿Por qué estaba Dios tan enojado con David por hacer el censo?

Respuesta:
Segunda Samuel 24:1 dice: "Volvió a encenderse la ira del Señor contra Israel, e incitó a David contra ellos, diciendo: 'Ve y haz un censo de Israel y Judá'". Sin embargo, la cuenta paralela del incidente en torno al censo revela que fue Satanás quien incitó a David a llevar a cabo el censo: "Entonces se levantó Satanás contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel" (1 Crónicas 21:1). Esta discrepancia se explica a menudo entendiendo que, para lograr Sus propósitos, a veces Dios permite soberanamente a Satanás actuar. Dios puede usar a Satanás de varias maneras, siendo el resultado la refinación, disciplina y purificación de los creyentes desobedientes (Lucas 22:31-32; 1 Corintios 5:1-5; 2 Corintios 12:7-10). Quizás fue el caso con David. Dios permitió que Satanás lo tentara, y David pecó, revelando su orgullo, y Dios entonces trató a David en consecuencia.

Hay otras consideraciones en torno a los pasajes que relacionan el pecado del censo de David. Aquí está 2 Samuel 24:1 en cuatro traducciones:

"Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos...".

"De nuevo se encendió la ira de Jehová contra Israel, e incitó a David contra ellos...".

"Y volvió el furor de Jehová a encenderse contra Israel; e incitó a David contra ellos...".

"Una vez más la ira de Jehová se encendió contra Israel, e incitó a David contra ellos...".

Notese que la versión LBLA dice “incitó” (la ira de Jehová) es lo que causó que David hiciera el censo. Las otras traducciones dicen “incitó” (el Señor) hizo la incitación. La razón de las diferencias en la traducción es que, en el lenguaje original, no hay un sujeto para el verbo incitó. La realidad es que no se nos dice quién exactamente movió a David para hacer el censo. Para traducir el versículo literalmente, diríamos: "Hubo quien movió a David contra ellos" o "Porque uno movió a David contra ellos". Las traducciones anteriores han interpretado esto como que fue Dios o su ira la que causó que David hiciera el censo. Pero hay otras opciones:

– Lo que no se mencionó y que movió a David a llevar a cabo el censo podría haber sido su propia maldad.

– El “uno” que movió a David podría ser Satanás, como dice 1 Crónicas 21:1.

– El “adversario” (el significado de la palabra Satanás) mencionado en 1 Crónicas podría ser alguien más que no sea el diablo; podría haber sido un consejero sin nombre para David que lo impulsó a una acción tonta (o pecaminosa).

En cuanto a por qué Dios estaba enojado con David, en aquellos tiempos, un hombre sólo tenía derecho a contar o numerar lo que le pertenecía. Israel no pertenecía a David; Israel pertenecía a Dios. En Éxodo 30:12, Dios le dijo a Moisés: "Cuando hagas un censo de los hijos de Israel, cada uno dará a Jehová el rescate por su persona cuando sean contados, para que no haya entre ellos mortandad cuando sean contados". Dios tenía que ordenar un censo, y si David contaba, sólo debería haberlo hecho por orden de Dios, recibiendo un rescate para "expiar" por el recuento. Esto es por lo que Dios volvió a estar enojado con Israel y también por lo que David "se conmovió su corazón" después de haber contado a Israel. David sabía que estaba mal y le rogó a Dios que quitara la culpa de su pecado (2 Samuel 24:10).

Dios le dio a David una elección de tres castigos por su pecado, tres años de hambre, tres meses de huida ante sus enemigos, o tres días de plaga. David eligió el tercero, y luego el Señor castigó a Israel con una plaga que mató a 70.000 hombres desde Dan en el norte hasta Beersheba en el sur. En cuanto a por qué Dios castigó a toda la nación por el pecado del rey, esa es exactamente la pregunta que David hace en 2 Samuel 24:17. ¿Por qué, cuando él era el que había pecado, el pueblo tenía que sufrir? Incluso pidió que la mano de Dios estuviera contra él y su familia solamente, y que Dios perdonara al pueblo. Pero, al igual que con el relato de Job, Dios decidió no dar una razón para sus acciones. Quizás fue debido a los pecados multiplicados de Israel y su rebelión contra Dios a lo largo de los siglos. Quizás fue una lección para el pueblo (y para nosotros también) de que el pueblo sufre cuando sus líderes se desvían. La realidad es que Dios no justificó sus acciones con una razón, ni tiene que hacerlo.

De las tres opciones presentadas a David, las dos primeras habrían involucrado algún nivel de dependencia de la misericordia del hombre: la guerra, por supuesto, sería tan severa como el enemigo quisiera que fuera; el hambre requeriría que Israel buscara comida de otras naciones, dependiendo de la compasión de sus vecinos. En lugar de depender de la misericordia de cualquier humano, David optó por depender de la misericordia de Dios, la pestilencia era, después de todo, la forma más directa de castigo de Dios, y en la plaga sólo podían buscar alivio en Dios.

El salmista nos dice: "En cuanto a Dios, perfecto es su camino" (Salmo 18:30). Si los caminos de Dios son "perfectos", entonces podemos confiar en que todo lo que Él hace, y todo lo que Él permite, también es perfecto. Nuestra responsabilidad ante Dios es obedecerle, confiar en él y someternos a su voluntad, tanto si la entendemos como si no.

Como vemos en 2 Samuel 24:16, Dios estaba afligido por las cosas que estaban sucediendo a su pueblo, y puso fin al castigo. Incluso en su reprensión, Dios muestra su amor y misericordia.

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