Pregunta

¿Debe un cristiano aportar al Seguro Social y/o aceptar pagos del Seguro Social?

Respuesta
Para quienes viven en los Estados Unidos, los impuestos del Seguro Social (parte de los impuestos FICA) son deducciones obligatorias del salario. Muchos otros países tienen programas muy similares. Estos fondos se usan, en teoría, para proporcionar una red de seguridad financiera a los ancianos. Una vez que una persona alcanza cierta edad, es elegible para recibir pagos del Seguro Social. Así, el Seguro Social es una forma básica de jubilación socializada: todos aportan al sistema y todos reciben de él. Quienes tienen menos ingresos pagan proporcionalmente mucho menos que quienes tienen más, y reciben un beneficio mayor (en proporción a su ingreso laboral) que aquellos con mayores ingresos.

Aceptar o no los pagos del Seguro Social es una decisión personal del cristiano. Si una persona se opone al sistema por razones morales o fiscales, no existe un mandato bíblico que le obligue a tomar ese dinero. Dicho esto, sería deseable que tal cristiano siguiera el ejemplo de pasajes como Mateo 25:14–28 y, al menos, destinara lo que se le ofrezca a alguna causa digna. Tomar o no los fondos es, en última instancia, una cuestión de su interacción con el Espíritu Santo.

Pagar los impuestos del Seguro Social, por otro lado, no es tan opcional, aunque ciertamente sea menos popular. Una de las declaraciones más conocidas de Cristo sobre los impuestos está en Mateo 22:15–22. Los fariseos y herodianos intentaron tenderle una trampa delante de la multitud, preguntándole si era "lícito" pagar tributo al César. Con esa pregunta, enfrentaban el odio judío hacia los impuestos romanos con la hostilidad romana hacia quienes quebrantaban la ley. En lugar de dar la respuesta que muchos desearíamos—"no, no paguen impuestos al César"—Jesús dijo explícitamente que se debían pagar los impuestos.

Otros pasajes del Nuevo Testamento ordenan a los creyentes someterse a la autoridad del gobierno, aunque haya límites a nuestra obediencia (Romanos 13:1–7; Hechos 5:28–29). De hecho, en Romanos, Pablo dice claramente que debemos pagar tributo a quien se le debe. Y, nos guste o no, las leyes de Estados Unidos requieren el pago de los impuestos del Seguro Social, al menos para la mayoría de los trabajadores.

Nuestra responsabilidad de pagar el impuesto del Seguro Social no significa necesariamente que tales impuestos sean justos, responsables o eficaces. Tampoco significa que la tributación sea injusta o inmoral. Significa que, bíblicamente, los cristianos tenemos la obligación de pagar los impuestos requeridos mientras estemos bajo el gobierno de los Estados Unidos. La opinión personal sobre si el sistema actual de impuestos es la mejor forma de cuidar a los ancianos es irrelevante.

Los estadounidenses que se oponen a estos impuestos tienen opciones relativamente poderosas, en comparación con otros en el mundo. El voto y el contacto con los representantes electos son medios para cambiar las leyes fiscales. Ya que pagar impuestos no es inmoral en sí mismo, y tenemos una instrucción clara en la Biblia para hacerlo, los cristianos debemos pagarlos hasta que dejen de ser requeridos.