Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre la resiliencia?

Respuesta
La resiliencia es la capacidad de adaptarse a los cambios estresantes de la vida y de "recuperarse" de la adversidad. La resiliencia es una respuesta ante una tragedia, crisis u otros cambios drásticos que nos permite seguir adelante a pesar de la pérdida. Mostrar resiliencia no significa que una persona no se vea afectada o que no le importe el cambio que ha vivido. La resiliencia es la capacidad del corazón humano de sufrir profundamente y aun así crecer a partir de ello. Vemos ejemplos de resiliencia nacional, como la que mostraron los Estados Unidos después de los eventos del 11 de septiembre de 2001. También observamos resiliencia personal cada día en personas que enfrentan discapacidades, la muerte de seres queridos y otras pérdidas. Cuando las personas se niegan a rendirse ante sí mismas y ante el mundo, incluso después de la desgracia, están mostrando resiliencia.

La resiliencia es la norma bíblica para los cristianos. La Biblia contiene muchas exhortaciones a seguir adelante (Filipenses 3:13–15), a vencer las dificultades y las tentaciones (Romanos 12:21), y a perseverar frente a las pruebas (Santiago 1:12). También nos da numerosos ejemplos de personas que sufrieron enormemente, pero continuaron siguiendo el plan de Dios para sus vidas. Proverbios 24:16 podría considerarse el versículo temático para la resiliencia:

"Porque el justo cae siete veces, y vuelve a levantarse,

Pero los impíos caerán en la desgracia" (NBLA).

Pablo mostró una gran resiliencia después de su encuentro transformador con Jesús (Hechos 9). Cuando pasó de ser un fariseo religioso a un cristiano radical, muchos no aceptaron su mensaje. Fue golpeado, apedreado, criticado, encarcelado y casi asesinado muchas veces (2 Corintios 11:24–27). Un incidente especialmente ilustra su excepcional resiliencia. En Listra, en Asia Menor, fue apedreado, arrastrado fuera de la ciudad y dejado por muerto, pero cuando sus enemigos se fueron, Pablo simplemente se levantó y volvió a entrar en la ciudad (Hechos 14:19–20). Sus esfuerzos misioneros continuaron sin interrupción. La resiliencia piadosa nos permite mantenernos firmes en nuestra misión, sin importar la oposición.

En el Antiguo Testamento, Job demostró una gran resiliencia, y Dios lo honró por ello. Después de perderlo todo, Job sufrió una profunda agonía en el alma y en el cuerpo, pero se negó a maldecir al Señor o a rendirse: "En todo esto Job no pecó ni culpó a Dios" (Job 1:22). Más adelante, cuando el sufrimiento se intensificó, la esposa de Job le aconsejó: "Maldice a Dios y muérete" (Job 2:9), pero Job ni siquiera consideró hacerlo. A pesar de su sufrimiento, Job sabía que Dios tenía el control, y ese conocimiento le ayudó a mantener su resiliencia en lugar de entregarse a la derrota. Su fe dio como resultado su resiliencia.

El creyente en Jesucristo es sostenido por el poder de Dios, y por eso es naturalmente resiliente. "Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos" (2 Corintios 4:8–9, NBLA). Los cristianos seguimos levantándonos. La clave de la resiliencia es la fe en el Señor:

"Por el Señor son ordenados los pasos del hombre,

Y el Señor se deleita en su camino.

Cuando caiga, no quedará derribado,

Porque el Señor sostiene su mano" (Salmo 37:23-24, NBLA).

Un enemigo de la resiliencia es la suposición equivocada de que sabemos cómo terminarán las cosas. Cuando una situación parece fuera de control o no parece ir en la dirección correcta, tendemos a escribir "Fin" sobre la historia. Pensamos que conocemos el resultado final, y en lugar de ejercer resiliencia, nos rendimos o tomamos las cosas en nuestras propias manos. Proverbios 3:5–6 es un pasaje excelente al cual aferrarse cuando solo podemos ver desastre por delante:

"Confía en el Señor con todo tu corazón,

Y no te apoyes en tu propio entendimiento.

Reconócelo en todos tus caminos,

Y Él enderezará tus sendas" (NBLA).

Elegir confiar en el Señor en lugar de depender de nuestro propio entendimiento es la mejor manera de mantener la resiliencia.