Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre la nutrición?
Respuesta
La Biblia no aborda directamente el tema de la nutrición tal como lo entendemos hoy en día—es decir, no habla sobre calorías ni sobre el equilibrio entre grasas, proteínas y carbohidratos que una persona necesita. Tampoco menciona los organismos genéticamente modificados (OGM) ni los beneficios de consumir alimentos integrales frente a alimentos procesados, porque en aquel tiempo la producción de alimentos aún no había sido industrializada. Además, no existía un conocimiento científico sobre los elementos que componen los alimentos y lo que hacen en el cuerpo humano y para él. Sin embargo, a partir de principios bíblicos podemos deducir que es beneficioso, e incluso moralmente correcto, darle importancia a una dieta saludable.
En primer lugar, la Biblia nos anima a cuidar nuestros cuerpos, y una buena nutrición forma parte natural de eso. A Dios le importa el bienestar y la comodidad física del ser humano (Éxodo 22:27). Pablo argumenta que, dado que el cuerpo del creyente es templo del Espíritu Santo, debe huir de la inmoralidad sexual, que daña el cuerpo que fue comprado por la sangre de Cristo (1 Corintios 6:18–20). Este argumento se puede aplicar también a otros aspectos, como el abuso de drogas y alcohol, y también a cómo tratamos los alimentos. La comida es combustible. No fue diseñada únicamente para el placer, porque si así fuera, podríamos alimentarnos solo de chocolate y pizza con queso y aun así estar saludables. La comida tiene el propósito de nutrirnos y promover una buena salud.
Nuestros cuerpos se pueden considerar máquinas que nos transportan de un lugar a otro mientras llevamos a cabo la obra que Dios ha preparado para nosotros (Efesios 2:10). Un cuerpo poco saludable nos vuelve lentos, apáticos y propensos a enfermedades y lesiones. Una buena nutrición es fundamental para el buen funcionamiento del cerebro y el equilibrio hormonal; consumir los alimentos adecuados influye en gran medida en nuestra capacidad de pensar con claridad y en nuestra calidad de vida en general. Por lo tanto, una buena nutrición puede ayudarnos a servir mejor al Señor.
Dios nos da los alimentos, así como se los da a los animales del reino animal (Salmo 147:9; 104:27; 136:25). La tierra ha sido creada para producir alimentos llenos de vitaminas, minerales y aminoácidos que el cuerpo necesita para sobrevivir y estar saludable. La comida es un regalo de Dios; es Su provisión. ¿Por qué los alimentos enteros y sin procesar contienen la mayor cantidad de nutrientes? Porque vienen directamente de la mano de Dios.
En primer lugar, la Biblia nos anima a cuidar nuestros cuerpos, y una buena nutrición forma parte natural de eso. A Dios le importa el bienestar y la comodidad física del ser humano (Éxodo 22:27). Pablo argumenta que, dado que el cuerpo del creyente es templo del Espíritu Santo, debe huir de la inmoralidad sexual, que daña el cuerpo que fue comprado por la sangre de Cristo (1 Corintios 6:18–20). Este argumento se puede aplicar también a otros aspectos, como el abuso de drogas y alcohol, y también a cómo tratamos los alimentos. La comida es combustible. No fue diseñada únicamente para el placer, porque si así fuera, podríamos alimentarnos solo de chocolate y pizza con queso y aun así estar saludables. La comida tiene el propósito de nutrirnos y promover una buena salud.
Nuestros cuerpos se pueden considerar máquinas que nos transportan de un lugar a otro mientras llevamos a cabo la obra que Dios ha preparado para nosotros (Efesios 2:10). Un cuerpo poco saludable nos vuelve lentos, apáticos y propensos a enfermedades y lesiones. Una buena nutrición es fundamental para el buen funcionamiento del cerebro y el equilibrio hormonal; consumir los alimentos adecuados influye en gran medida en nuestra capacidad de pensar con claridad y en nuestra calidad de vida en general. Por lo tanto, una buena nutrición puede ayudarnos a servir mejor al Señor.
Dios nos da los alimentos, así como se los da a los animales del reino animal (Salmo 147:9; 104:27; 136:25). La tierra ha sido creada para producir alimentos llenos de vitaminas, minerales y aminoácidos que el cuerpo necesita para sobrevivir y estar saludable. La comida es un regalo de Dios; es Su provisión. ¿Por qué los alimentos enteros y sin procesar contienen la mayor cantidad de nutrientes? Porque vienen directamente de la mano de Dios.