Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre manipular o la manipulación?

Respuesta
La Biblia tiene mucho que decir sobre la manipulación. A través de ejemplos, principios y mandatos directos, la Escritura nos advierte tanto contra manipular a otros como contra permitir que otros nos manipulen.

En esencia, la manipulación es un tipo de mentira. Cuando alguien habla falsamente con el propósito de engañar, está siendo manipulador, porque engañar es inducir a alguien a pensar o actuar de cierta manera. Así que todas las prohibiciones bíblicas contra la mentira se pueden aplicar a la manipulación. Mentir es un pecado terrible.

Satanás es el "padre de la mentira" (Juan 8:44, NBLA). También podríamos llamarlo el "maestro de la manipulación". Él manipuló a Eva, usando medias verdades y apelando a su deseo de sabiduría, para engañarla y llevarla a desobedecer a Dios. Hasta hoy, Satanás manipula a las personas para que caigan en las trampas que les tiende. Se "disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:14, NBLA). Aprovecha nuestras debilidades, alimenta nuestro orgullo y nos asegura que seguir un camino pecaminoso es lo mejor para nosotros. Es insidioso en su astucia y tiene muchas estrategias para ponernos bajo su control.

Sansón fue víctima de la manipulación en más de una ocasión. En su banquete de bodas, propuso un acertijo a los filisteos asistentes: si podían responderlo correctamente, les daría "treinta vestidos de lino y treinta mudas de ropa" (Jueces 14:12, NBLA). Los filisteos, incapaces de resolverlo, acudieron a la esposa de Sansón para que le sacara la respuesta. Ella "lloró delante de él, y dijo: "Solo me aborreces y no me quieres. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo, y no me la has declarado"... ella lloró delante de él los siete días que duró su banquete" (vv. 16–17, NBLA). Finalmente, Sansón cedió a la presión y le reveló la respuesta, que ella enseguida comunicó a sus compatriotas. Más tarde, Sansón volvió a caer en manos de otra manipuladora, Dalila, y perdió la vida por ello (Jueces 16).

La Biblia también advierte contra quienes buscan manipularnos en asuntos espirituales. El Nuevo Testamento contiene muchas advertencias para que los cristianos estén atentos a los falsos maestros. No debemos dejarnos engañar con facilidad (Gálatas 3:1; 2 Pedro 2). Pablo denunció a manipuladores "que se meten en las casas y se llevan cautivas a mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas pasiones" (2 Timoteo 3:6, NBLA). Jesús advirtió: "Cuídense de los falsos profetas, que vienen a ustedes con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces" (Mateo 7:15, NBLA).

Está claro que los cristianos no debemos participar en la manipulación ni aprovecharnos de los demás de ninguna forma. "Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablen verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros" (Efesios 4:25, NBLA). Igualmente importante, no debemos permitir que nos manipulen. Jesús dijo: "Sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas" (Mateo 10:16, NBLA). "Astutos como serpientes"—no dejes que se aprovechen de ti; "inocentes como las palomas"—no manipules a otros.

Algunas personas son naturalmente más manipuladoras; tienen una voluntad fuerte y personalidades que inspiran confianza. Debemos ser cuidadosos al tratar con ellas, especialmente cuando se encuentran dentro de nuestra propia familia. En todas nuestras relaciones, la confianza es esencial. Debemos hablar la verdad con amor y exigir lo mismo de los demás.