Pregunta
¿Qué quiere decir la Biblia cuando se refiere a las emulaciones/celos?
Respuesta
Emular es imitar. Emulaciones, tal y como se utiliza en algunas traducciones antiguas de la Biblia, es una palabra obsoleta que significa "competencia celosa" o "ambición impulsada por la envidia". La emulación pecaminosa es un deseo impulsado por la codicia de "imitar" el éxito de alguien o compartir su riqueza; es "no ser menos que los demás", sumergido en la codicia.
En la Biblia NBLA, una forma de la palabra emulaciones (celos) se utiliza en dos lugares: uno positivo y otro negativo. Gálatas 5:19-21 enumera las obras de la carne. El versículo 20 menciona los pecados de idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, además de otros.
La emulación no es el breve aumento de los sentimientos de celos que todos tenemos de vez en cuando. Los pecados enumerados en Gálatas 5:19-20 son los que definen a una persona. El versículo 21 continúa diciendo que "los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios". Las emulaciones pecaminosas son pensamientos y acciones celosas que hacen que una persona viva en un estado de odio y envidia.
En otro pasaje, Pablo utiliza una forma de la palabra "emulaciones" para referirse a una "envidia" beneficiosa que llevaría a sus hermanos judíos a buscar a Dios. Romanos 11:14 dice: "si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos". Pablo se refiere al hecho de que había sido enviado por Dios como misionero a los gentiles (Hechos 28:28; Romanos 11:13). Debido al sentido de superioridad étnica y privilegio divino de los judíos, les horrorizaba la idea de que su Mesías también hubiera venido a salvar a los gentiles. La esperanza de Pablo era que, al ver a los gentiles entrar en una relación de pacto con Dios, sus hermanos judíos se sintieran provocados a la envidia y se dieran cuenta de su error al no aceptar a Jesús como su Mesías. En ese caso, la emulación tendría un resultado positivo.
Cuando imitamos a alguien, lo hacemos porque admiramos alguna cualidad de su carácter o comportamiento. Pablo instruyó repetidamente a los nuevos creyentes que lo imitaran como él imitaba a Cristo (1 Corintios 4:16; 11:1; Filipenses 3:17). Nuestra meta como cristianos es imitar a Jesús como Él imitó al Padre (Juan 5:19; 14:12). Las emulaciones o celos pecaminosos, están relacionados con la codicia, la contienda y las emociones fuertes y negativas (ver Proverbios 27:4). Los corazones llenos de celos impulsaron a los hermanos de José a tratarlo mal (Génesis 37:4). Los celos llevaron a la caída de Giezi (2 Reyes 5:15-27). Las mentiras que dijeron Ananías y Safira se debieron probablemente al deseo pecaminoso de esa pareja de alcanzar el lugar de honor que Bernabé se había ganado en la iglesia (Hechos 4:36-5:10). Sin embargo, al imitar la generosidad de Bernabé, Ananías y Safira no imitaron su honestidad.
Cuando deseamos imitar a los malvados o albergamos envidia hacia los demás, no podemos vivir en amor y humildad como Dios nos ordena (Efesios 5:2; Salmo 73:2-3). Las imitaciones pecaminosas no cumplirán el propósito de Dios en nuestras vidas, y debemos evitar que la envidia o los celos habiten en nuestros corazones.
En la Biblia NBLA, una forma de la palabra emulaciones (celos) se utiliza en dos lugares: uno positivo y otro negativo. Gálatas 5:19-21 enumera las obras de la carne. El versículo 20 menciona los pecados de idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, además de otros.
La emulación no es el breve aumento de los sentimientos de celos que todos tenemos de vez en cuando. Los pecados enumerados en Gálatas 5:19-20 son los que definen a una persona. El versículo 21 continúa diciendo que "los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios". Las emulaciones pecaminosas son pensamientos y acciones celosas que hacen que una persona viva en un estado de odio y envidia.
En otro pasaje, Pablo utiliza una forma de la palabra "emulaciones" para referirse a una "envidia" beneficiosa que llevaría a sus hermanos judíos a buscar a Dios. Romanos 11:14 dice: "si en alguna manera puedo causar celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos". Pablo se refiere al hecho de que había sido enviado por Dios como misionero a los gentiles (Hechos 28:28; Romanos 11:13). Debido al sentido de superioridad étnica y privilegio divino de los judíos, les horrorizaba la idea de que su Mesías también hubiera venido a salvar a los gentiles. La esperanza de Pablo era que, al ver a los gentiles entrar en una relación de pacto con Dios, sus hermanos judíos se sintieran provocados a la envidia y se dieran cuenta de su error al no aceptar a Jesús como su Mesías. En ese caso, la emulación tendría un resultado positivo.
Cuando imitamos a alguien, lo hacemos porque admiramos alguna cualidad de su carácter o comportamiento. Pablo instruyó repetidamente a los nuevos creyentes que lo imitaran como él imitaba a Cristo (1 Corintios 4:16; 11:1; Filipenses 3:17). Nuestra meta como cristianos es imitar a Jesús como Él imitó al Padre (Juan 5:19; 14:12). Las emulaciones o celos pecaminosos, están relacionados con la codicia, la contienda y las emociones fuertes y negativas (ver Proverbios 27:4). Los corazones llenos de celos impulsaron a los hermanos de José a tratarlo mal (Génesis 37:4). Los celos llevaron a la caída de Giezi (2 Reyes 5:15-27). Las mentiras que dijeron Ananías y Safira se debieron probablemente al deseo pecaminoso de esa pareja de alcanzar el lugar de honor que Bernabé se había ganado en la iglesia (Hechos 4:36-5:10). Sin embargo, al imitar la generosidad de Bernabé, Ananías y Safira no imitaron su honestidad.
Cuando deseamos imitar a los malvados o albergamos envidia hacia los demás, no podemos vivir en amor y humildad como Dios nos ordena (Efesios 5:2; Salmo 73:2-3). Las imitaciones pecaminosas no cumplirán el propósito de Dios en nuestras vidas, y debemos evitar que la envidia o los celos habiten en nuestros corazones.