Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre el cinismo?
Respuesta
Un cínico es alguien que cree que las personas están motivadas únicamente por el interés propio y que, como resultado, no se puede confiar en nadie. El cinismo muestra desprecio por la naturaleza humana en general y revela una gran desconfianza. Ya que las personas cínicas desprecian a sus semejantes, los cristianos no deberían ser conocidos como cínicos.
La Biblia tiene ejemplos de personas cínicas. Job luchó contra el pesimismo en los días de su tormento, maldiciendo el día de su nacimiento (Job 3). Jonás mostró una actitud cínica hacia Nínive al creer que los asirios no merecían el perdón de Dios (Jonás 4). Cuando Felipe fue a buscar a su amigo Natanael para llevarlo a Jesús, le dijo: "Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret" (Juan 1:45). La respuesta de Natanael rebosa cinismo: "¿Puede algo bueno salir de Nazaret?" (versículo 46). Después de que Natanael conociera a Jesús por sí mismo, su cinismo se desvaneció y se convirtió en uno de los primeros discípulos de Jesús.
En la época del profeta Jeremías, el juicio de Dios cayó sobre la nación de Judá por su maldad e idolatría. Como parte de la acusación de Dios contra los judíos, Él pronuncia unas palabras que podrían interpretarse como cínicas:
"Guárdese cada uno de su prójimo,
y no confíe en ningún hermano;
porque todo hermano obra con engaño,
y todo prójimo anda calumniando.
Cada uno engaña a su prójimo,
y no habla la verdad,
han enseñado sus lenguas a hablar mentiras;
se afanan por cometer iniquidad.
Tu morada está en medio del engaño;
por causa del engaño rehúsan conocerme" (Jeremías 9:4-6).
Por supuesto, Dios no está defendiendo el cinismo entre los justos, sino que está revelando cómo la nación, en su búsqueda de la ilegalidad, había abandonado toda verdad.
Los cínicos son, por definición, pesimistas sobre la vida. Dado que, en opinión del cínico, el altruismo no existe y nadie actúa por buenos motivos, ninguna promesa se cumplirá jamás. Los que son tan necios como para confiar en alguien están destinados a ser víctimas. La Biblia no enseña tal pesimismo. El amor "todo lo cree, todo lo espera" (1 Corintios 13:7).
Las personas cínicas son críticas. Ven fácilmente las cualidades negativas de una persona, cosa o idea y se apresuran a señalarlas. Algunos cristianos pueden caer en la trampa del cinismo y disfrazarlo de "espiritualidad" o "discernimiento", al criticar a ciertos músicos cristianos, burlarse de ciertos clichés cristianos o menospreciar a ciertas denominaciones cristianas. La Biblia nos advierte contra la crítica a los demás creyentes: "Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano" (Romanos 14:13).
Las personas cínicas tienden a ser sarcásticas. Su humor es mordaz y, a menudo, resulta cruel. El sarcasmo rara vez, o nunca, sirve a los propósitos de Dios. "Pero si ustedes se muerden y se devoran unos a otros, tengan cuidado, no sea que se consuman unos a otros" (Gálatas 5:15). El lenguaje cínico es a menudo un síntoma de desilusión y amargura en el corazón, y las Escrituras nos advierten contra ese veneno: "Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15).
La base principal del cinismo es la falta de amor. El orgullo y la falta de conciencia de uno mismo también influyen, ya que el cínico coloca su opinión del mundo en el pedestal más alto. Por ejemplo, un cínico puede culpar de su falta de novia a la inmadurez de todas las chicas que conoce, en lugar de examinar sus propios defectos.
El cinismo es producto de nuestra naturaleza caída, no fruto del Espíritu. Somos pecadores y, cuando caminamos según la carne, es fácil que adoptemos una actitud cínica en respuesta al sufrimiento o la desilusión. Sin embargo, Dios tiene mejores planes para nosotros. Él quiere sanarnos y librarnos del cinismo en nuestras vidas.
Si el cinismo ha tomado un papel activo en tu vida, entonces es hora de buscar la sanidad de Dios. La oración es la clave. "Yo te he invocado, oh Dios, porque Tú me responderás; inclina a mí Tu oído, escucha mi palabra" (Salmo 17:6). El Señor quiere escuchar tus clamores de ayuda, y Él desea redimir a los cínicos.
"Oh Señor, ten piedad de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado" (Salmo 41:4). El perdón no es algo que un cínico empedernido pueda pedir fácilmente, pero es esencial. El perdón es lo contrario de lo que Satanás quiere; él quiere cultivar una naturaleza cínica y continuar con el pecado.
En última instancia, la clave para lidiar con el cinismo en nuestras vidas es Cristo mismo. Necesitamos a Cristo en nuestros corazones para eliminar la ira, disolver la amargura y convertirnos en una nueva creación. La oración constante del que fuera cínico será esta: "Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh Señor, roca mía y Redentor mío" (Salmo 19:14).
La Biblia tiene ejemplos de personas cínicas. Job luchó contra el pesimismo en los días de su tormento, maldiciendo el día de su nacimiento (Job 3). Jonás mostró una actitud cínica hacia Nínive al creer que los asirios no merecían el perdón de Dios (Jonás 4). Cuando Felipe fue a buscar a su amigo Natanael para llevarlo a Jesús, le dijo: "Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret" (Juan 1:45). La respuesta de Natanael rebosa cinismo: "¿Puede algo bueno salir de Nazaret?" (versículo 46). Después de que Natanael conociera a Jesús por sí mismo, su cinismo se desvaneció y se convirtió en uno de los primeros discípulos de Jesús.
En la época del profeta Jeremías, el juicio de Dios cayó sobre la nación de Judá por su maldad e idolatría. Como parte de la acusación de Dios contra los judíos, Él pronuncia unas palabras que podrían interpretarse como cínicas:
"Guárdese cada uno de su prójimo,
y no confíe en ningún hermano;
porque todo hermano obra con engaño,
y todo prójimo anda calumniando.
Cada uno engaña a su prójimo,
y no habla la verdad,
han enseñado sus lenguas a hablar mentiras;
se afanan por cometer iniquidad.
Tu morada está en medio del engaño;
por causa del engaño rehúsan conocerme" (Jeremías 9:4-6).
Por supuesto, Dios no está defendiendo el cinismo entre los justos, sino que está revelando cómo la nación, en su búsqueda de la ilegalidad, había abandonado toda verdad.
Los cínicos son, por definición, pesimistas sobre la vida. Dado que, en opinión del cínico, el altruismo no existe y nadie actúa por buenos motivos, ninguna promesa se cumplirá jamás. Los que son tan necios como para confiar en alguien están destinados a ser víctimas. La Biblia no enseña tal pesimismo. El amor "todo lo cree, todo lo espera" (1 Corintios 13:7).
Las personas cínicas son críticas. Ven fácilmente las cualidades negativas de una persona, cosa o idea y se apresuran a señalarlas. Algunos cristianos pueden caer en la trampa del cinismo y disfrazarlo de "espiritualidad" o "discernimiento", al criticar a ciertos músicos cristianos, burlarse de ciertos clichés cristianos o menospreciar a ciertas denominaciones cristianas. La Biblia nos advierte contra la crítica a los demás creyentes: "Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan esto: no poner obstáculo o piedra de tropiezo al hermano" (Romanos 14:13).
Las personas cínicas tienden a ser sarcásticas. Su humor es mordaz y, a menudo, resulta cruel. El sarcasmo rara vez, o nunca, sirve a los propósitos de Dios. "Pero si ustedes se muerden y se devoran unos a otros, tengan cuidado, no sea que se consuman unos a otros" (Gálatas 5:15). El lenguaje cínico es a menudo un síntoma de desilusión y amargura en el corazón, y las Escrituras nos advierten contra ese veneno: "Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15).
La base principal del cinismo es la falta de amor. El orgullo y la falta de conciencia de uno mismo también influyen, ya que el cínico coloca su opinión del mundo en el pedestal más alto. Por ejemplo, un cínico puede culpar de su falta de novia a la inmadurez de todas las chicas que conoce, en lugar de examinar sus propios defectos.
El cinismo es producto de nuestra naturaleza caída, no fruto del Espíritu. Somos pecadores y, cuando caminamos según la carne, es fácil que adoptemos una actitud cínica en respuesta al sufrimiento o la desilusión. Sin embargo, Dios tiene mejores planes para nosotros. Él quiere sanarnos y librarnos del cinismo en nuestras vidas.
Si el cinismo ha tomado un papel activo en tu vida, entonces es hora de buscar la sanidad de Dios. La oración es la clave. "Yo te he invocado, oh Dios, porque Tú me responderás; inclina a mí Tu oído, escucha mi palabra" (Salmo 17:6). El Señor quiere escuchar tus clamores de ayuda, y Él desea redimir a los cínicos.
"Oh Señor, ten piedad de mí; sana mi alma, porque contra Ti he pecado" (Salmo 41:4). El perdón no es algo que un cínico empedernido pueda pedir fácilmente, pero es esencial. El perdón es lo contrario de lo que Satanás quiere; él quiere cultivar una naturaleza cínica y continuar con el pecado.
En última instancia, la clave para lidiar con el cinismo en nuestras vidas es Cristo mismo. Necesitamos a Cristo en nuestros corazones para eliminar la ira, disolver la amargura y convertirnos en una nueva creación. La oración constante del que fuera cínico será esta: "Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh Señor, roca mía y Redentor mío" (Salmo 19:14).