Pregunta
¿Qué significa "Para que su gozo sea completo" en Juan 16:24?
Respuesta
En Juan 16:16-24, cuando Jesús les habla a Sus discípulos acerca de que los va a dejar y se va a ir al Padre, ellos están confundidos, temerosos y llenos de preguntas. Reconociendo su desesperada necesidad de fortaleza, Jesús les enseña acerca del Espíritu Santo, quien le sería dado a los creyentes después de que Cristo regresara al cielo (ver Juan 16:1-22). El Espíritu Santo sería su Consejero y Aquel que los llenaría con un suministro divino de poder y gozo (Hechos 13:52; 1 Tesalonicenses 1:6; Romanos 14:17; 15:13).
Antes de la muerte de Cristo, los discípulos podían hablar directamente con Jesús y hacerle preguntas. Después de Su resurrección y ascensión, orarían al Padre en Su nombre, por medio del Espíritu Santo: "En aquel día no me preguntarán nada. En verdad les digo, que si piden algo al Padre en Mi nombre, Él se lo dará. Hasta ahora nada han pedido en Mi nombre; pidan y recibirán, para que su gozo sea completo" (Juan 16:23-24, NBLA). Con estas palabras, Jesús presentó la gran promesa y el privilegio de pasar tiempo con el Padre en oración.
La palabra griega para "gozo" (chara) en Juan 16:24 suele expresar una emoción de "tristeza que se transforma en gozo". El gozo que sigue a un gran dolor es un sentimiento intensificado de alegría debido al contraste extremo de las emociones. Es el gozo del pastor solícito que encuentra su oveja perdida (Lucas 15:1-7), el gozo de la mujer que encuentra su moneda perdida (Lucas 15:8-10) y el gozo del padre cuyo hijo perdido regresa a casa (Lucas 15:11-32).
Los discípulos llorarían por la muerte de Cristo y estarían angustiados por un tiempo. Pero después de la resurrección, "su dolor se convertirá de pronto en una alegría maravillosa" (Juan 16:20, NTV), explicó Jesús, porque "volveré a verlos; entonces se alegrarán, y nadie podrá robarles esa alegría" (Juan 16:22, NTV). Jesús comparó esa clase de gozo que experimentarían "como una mujer que sufre dolores de parto, pero cuando nace su hijo, su angustia se transforma en alegría, porque ha traído una nueva vida al mundo" (Juan 16:21, NTV).
La "plenitud de gozo" es un tema recurrente en los escritos de Juan (ver 1 Juan 1:4). Con frecuencia él destaca que Jesús llama a Sus seguidores a una vida de gozo. Cuando Jesús enseñó acerca de permanecer en Él y obedecer los mandamientos del Padre, dijo: "Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto" (Juan 15:11, NBLA). Antes de Su arresto, Jesús oró al Padre diciendo: "Pero ahora voy a Ti; y hablo esto en el mundo para que tengan Mi gozo completo en sí mismos" (Juan 17:13).
"Para que su gozo sea completo" expresa un tipo de gozo completo, la máxima medida de gozo. Los discípulos pronto conocerían la experiencia más plena de gozo o todo el gozo posible (ver Lucas 24:51-52). El Espíritu Santo es quien trae esta plenitud de gozo a los creyentes, dándoles una sensación interna de bienestar, paz, felicidad y satisfacción que no depende de las circunstancias externas (ver 2 Corintios 7:4; Filipenses 2:17; Colosenses 1:24). Este es el mismo "gran gozo" prometido por los ángeles al nacer Jesús (Lucas 2:10). Este gozo llega a todos los que experimentan una relación correcta con Dios a través de Jesucristo (Salmo 13:5; Romanos 14:17; Filipenses 4:4; 1 Pedro 1:8-9).
El gozo es el fruto de una vida llena del Espíritu (Gálatas 5:22). Incluso cuando llegan la persecución y los problemas, los que "andan por el Espíritu" (Gálatas 5:16), son "guiados por el Espíritu" (Gálatas 5:18), "viven por el Espíritu" y "andan por el Espíritu" (Gálatas 5:25), pueden "regocijarse y alegrarse", porque su recompensa en el cielo será grande (Mateo 5:12). Al igual que Pablo, "también nos alegramos al enfrentar pruebas y dificultades porque sabemos que nos ayudan a desarrollar resistencia. Y la resistencia desarrolla firmeza de carácter, y el carácter fortalece nuestra esperanza segura de salvación" (Romanos 5:3-4, NTV).
Pedro fue testigo de cómo los creyentes soportaban aflicciones y duras pruebas de fe, pero como su confianza en Dios seguía siendo firme, "se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible" (1 Pedro 1:6-8, NTV). Santiago instó: "Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte" (Santiago 1:2-4, NBLA).
Jesús enseñó a los discípulos a pedir y recibir del Padre "para que su gozo sea completo". Quería que entendieran que eran completos y que nada les faltaba en la seguridad del amor del Padre. Ya se les había dado el mejor regalo posible —el Hijo— y el Padre seguiría dando buenos regalos: "El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?" (Romanos 8:32). Los discípulos experimentarían el pleno gozo gracias a su comunión con Dios, una relación que fue posible gracias a la muerte y resurrección de Jesucristo por el poder del Espíritu Santo. Jesús sigue consolándonos en los momentos difíciles, recordándonos el gozo que podemos experimentar si mantenemos nuestros ojos fijos en Él, "el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:2, NBLA).
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¿Qué significa "Para que su gozo sea completo" en Juan 16:24?
