Pregunta
¿Por qué Jehú destruyó la adoración a Baal en Israel, pero no la adoración a los becerros de oro?
Respuesta
Jehú fue ungido por el profeta Eliseo como rey sobre Israel en lugar del malvado Acab. Esto ocurrió como parte del juicio sobre Acab por su adoración a Baal. Por lo tanto, el papel de Jehú era poner fin a la adoración a Baal en Israel.
En ese papel, Jehú claramente tuvo éxito. Primero, hizo que mataran a todas las personas que adoraban a Baal (2 Reyes 10:18–26). Después de eso, por orden de Jehú, "derribaron el pilar sagrado de Baal y demolieron la casa de Baal, y la convirtieron en una letrina, hasta hoy. Así Jehú extirpó a Baal de Israel" (versículos 27–28, NBLA). El objetivo de Dios de eliminar la adoración a Baal en la tierra se había cumplido.
Sin embargo, el siguiente versículo (2 Reyes 10:29) declara: "Sin embargo, en cuanto a los pecados con que Jeroboam, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel, Jehú no se apartó de estos, o sea, de los becerros de oro que estaban en Betel y en Dan" (NBLA). Así que, aunque Baal fue eliminado, otros tipos de idolatría permanecieron en Israel.
Según 1 Reyes 12:28–29, fue el mismo Jeroboam quien fabricó los becerros de oro en Betel y en Dan. Algunos estudiosos suponen que, como Baal era originalmente un dios extranjero, Jehú pudo haber limitado su obra únicamente a eliminar a los dioses foráneos. Dejó intactos a los dioses "domésticos", es decir, aquellos que fueron creados e instalados por Israel.
Una explicación más probable es que los sitios de adoración a los becerros fueron dejados intactos porque Israel seguía siendo un reino dividido. La alternativa habría sido alinearse nuevamente con Judá y adorar conforme a la Ley en el templo de Jerusalén. Esto no iba a suceder, ya que Jehú estaba en guerra con Judá (2 Crónicas 22:7–9).
Jehú fue uno de una larga lista de reyes malvados en el reino del norte de Israel, pero fue uno de los "menos malos" entre los reyes perversos. Otros fueron mucho peores. Dios le concedió a Jehú un largo reinado de 28 años y le dio una promesa: "Porque has hecho bien al hacer lo recto ante Mis ojos, y has hecho a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en Mi corazón, tus hijos hasta la cuarta generación se sentarán en el trono de Israel" (2 Reyes 10:30, NBLA). Jehú reinó aproximadamente entre los años 841 y 814 a.C.
La influencia de Jehú en el reino del norte se extendería por un siglo; sin embargo, Siria comenzó a apoderarse de grandes porciones de Israel: "desde el Jordán hacia el oriente, toda la tierra de Galaad, de Gad, de Rubén y de Manasés; desde Aroer, que está junto al valle del Arnón, y hasta Galaad y Basán" (2 Reyes 10:33, NBLA). Las reformas de Jehú fueron, en última instancia, solo un esfuerzo parcial y de corta duración. Israel continuó en el camino hacia la destrucción, siendo finalmente derrotado por sus enemigos, tal como fue profetizado (Oseas 1:4).
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¿Por qué Jehú destruyó la adoración a Baal en Israel, pero no la adoración a los becerros de oro?
