Pregunta
¿Qué eran las ruedas en Ezequiel 1?
Respuesta
La visión de Ezequiel sobre las cuatro ruedas ilustra de forma impactante la omnipresencia y la omnisciencia de Dios. Estas ruedas estaban asociadas con los "cuatro seres vivientes" (Ezequiel 1:5), que más adelante se identifican (Ezequiel 10:5, 20) como querubines, seres angelicales designados para custodiar la santidad de Dios.
Cada rueda parecía ser en realidad dos ruedas en una, con una dentro de la otra colocada en ángulo recto. Esto permitía que los seres vivientes se movieran en cualquier dirección de inmediato, sin necesidad de girar, como un relámpago. Las ruedas brillaban como crisólito, posiblemente un topacio u otra piedra semipreciosa. El borde exterior de cada rueda era alto e imponente, y estaba cubierto de lo que parecían “ojos” (Ezequiel 1:14–18).
El espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas (Ezequiel 1:20-21). Por eso, los seres podían moverse en cualquier dirección en que se movieran las ruedas. La mayoría de los estudiosos bíblicos coinciden en que el Espíritu de Dios guiaba las ruedas mediante su conocimiento directo y su acceso a la voluntad divina. La movilidad de las ruedas representa la omnipresencia de Dios; los ojos, Su omnisciencia; y Su posición elevada, Su omnipotencia.
Esta visión se le presentó a Ezequiel como una imagen poderosa de movimiento y acción, que revela aspectos del carácter divino. Dios aparece sobre un trono similar a un carro, y Su gloria se muestra como suprema e inmanente, presente en todo el universo creado. La revelación completa—los querubines, el carro, el Espíritu y las ruedas—destaca la unidad y coordinación en la manifestación de la gloria de Dios.
Aunque la visión resultaba imponente e incluso aterradora, revelaba con claridad la majestad y la gloria del Señor (Ezequiel 1:28), quien se manifestó a Ezequiel y a los israelitas en medio de su exilio en Babilonia. Recordaba al pueblo la santidad y el poder de Dios como Señor de toda la creación. El mensaje era claro: aunque Su pueblo estuviera en el exilio y su nación a punto de ser destruida, Dios seguía en Su trono y tenía control absoluto sobre cada situación. Esta lección también aplica hoy: mediante Su admirable providencia, Dios actúa en los asuntos de las naciones para cumplir Su plan invisible, perfectamente diseñado, siempre puntual y nunca equivocado (Romanos 8:28).
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¿Qué eran las ruedas en Ezequiel 1?
