Pregunta
¿Cuál es el significado de Éfeso en la Biblia?
Respuesta
Éfeso era la capital de una provincia romana en Asia. Éfeso era un importante centro comercial, situado cerca de un puerto en la desembocadura del río Cayster, en el oeste de Asia Menor. La ciudad se encontraba en un valle largo y fértil. Las principales carreteras conectaban Éfeso con todas las demás ciudades importantes de Asia Menor.
Éfeso era conocido por su anfiteatro, el más grande del mundo, diseñado para albergar hasta 50.000 espectadores. Éfeso era también la ubicación del gran templo de Artemisa, o Diana, construido en el año 550 a. C. Este templo, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, tenía "129 metros de largo y 67 metros de ancho; cada uno de sus 127 pilares que sostenían el techo de su columnata tenía 18 metros de altura" (International Standard Bible Encyclopedia). Gran parte de la industria de Éfeso estaba relacionada con este templo. Los artesanos vendían santuarios e imágenes domésticas de la diosa que los fieles podían llevar consigo en sus largos viajes. Los efesios estaban orgullosos de su herencia religiosa y de las leyendas que la acompañaban (Hechos 19:35).
A menudo se menciona a Éfeso en las Escrituras. Pablo viajó a Éfeso durante su tercer viaje misionero y permaneció allí más de dos años, de modo que "todos los que vivían en Asia oyeron la palabra del Señor, tanto judíos como griegos" (Hechos 19:10). Éfeso era un lugar privilegiado para evangelizar toda la provincia, debido a la accesibilidad y la importancia de la ciudad en la región. Fue en Éfeso donde los compañeros de Pablo fueron llevados al enorme anfiteatro, donde durante dos horas la multitud gritó: "¡Grande es Diana de los efesios!" (Hechos 19:23-41). A pesar de las fuertes objeciones al evangelio, muchos efesios llegaron a creer en Cristo gracias al fiel ministerio de Pablo y sus compañeros. Allí se fundó una iglesia y, unos años más tarde, Pablo les escribió una carta que ahora llamamos Libro de Efesios. Cuatrocientos años después, Éfeso fue el escenario de una importante reunión eclesiástica conocida como el Concilio de Éfeso.
Éfeso fue el escenario de muchos acontecimientos del Nuevo Testamento:
• Dios realizó milagros extraordinarios a través de Pablo, de tal manera que incluso los pañuelos y delantales que él tocaba producían sanidad y expulsaban demonios (Hechos 19:11).
• Pablo escribió la epístola de 1 Corintios.
• Los siete hijos de Esceva, exorcistas judíos, intentaron imitar el poder de Pablo y fueron atacados por demonios porque estos no reconocían su autoridad espiritual (Hechos 19:13-16).
• Muchos nuevos creyentes "que practicaban la magia, juntando sus libros, los quemaban a la vista de todos" (Hechos 19:19). El valor total de los libros de hechicería que destruyeron era de 50.000 piezas de plata.
• Priscila y Aquila discipularon a Apolos (Hechos 18:24-26).
• Timoteo tuvo su primer ministerio pastoral (1 Timoteo 1:3).
• Se cree que el apóstol Juan y la madre de Jesús, María, vivieron en Éfeso después de que Jesús regresara al cielo (ver Juan 19:26-27).
• Es posible que Pablo se enfrentara a fieras en el anfiteatro (1 Corintios 15:32).
• Jesús dirigió a Éfeso una de sus siete cartas del libro del Apocalipsis (Apocalipsis 2:1-7).
La carta de Jesús a la iglesia de Éfeso contiene la famosa reprimenda de Jesús: "has dejado tu primer amor" (Apocalipsis 2:4). Los creyentes de Éfeso, que luchaban bajo el peso de una cultura impía e inmoral, habían mantenido la letra de la ley, pero habían perdido el espíritu de la ley (ver Romanos 2:29). Jesús los elogió por su arduo trabajo, perseverancia, rechazo de las falsas enseñanzas y odio al pecado. Pero le entristecía que se hubieran vuelto rutinarios en su servicio a Él, en lugar de servirle con la pasión que alguna vez tuvieron. Sus acciones estaban allí, pero sus corazones no.
Las palabras de Jesús a los creyentes de Éfeso deberían desafiar a todos los siervos del Señor. Es fácil dejarse llevar por el ajetreo del ministerio, el trabajo de la iglesia o el voluntariado y no darse cuenta de que nuestra pasión por el Señor se ha enfriado. Ya no nos impulsa al servicio el amor, sino alguna otra motivación egoísta o mundana. Podemos pensar que a Dios no le importa, siempre y cuando obedezcamos exteriormente, pero a Él sí le importa. Esto le hiere y viola el mandamiento más importante: "y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza" (Marcos 12:30).
Jesús le dio tiempo a la iglesia de Éfeso para arrepentirse, y también nos da tiempo a nosotros. Cada momento que resistimos Su llamado a humillarnos y volver a nuestro primer amor es un momento más en el que perdemos el amor, el gozo y la paz que Él nos ofrece (1 Pedro 5:6; Gálatas 5:22-23). Jesús estaba tan preocupado por la iglesia de Éfeso que dictó una carta a través del apóstol Juan (Apocalipsis 1:1-2). Y Él está tan preocupado por la iglesia de hoy que se aseguró de que esa carta se conservara para nosotros (Apocalipsis 1:3; 22:18-19).
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