Pregunta
¿Qué dice la Biblia acerca de la meditación?
Respuesta
La palabra "meditación" puede evocar imágenes diferentes para cada persona. Para algunos, meditar es sentarse en cierta posición y despejar la mente para relajarse; otros piensan que es una disciplina espiritual que consiste en concentrarse en una palabra o imagen clave por un tiempo prolongado; y hay quienes entienden la meditación como vaciarse de todos los pensamientos y emociones. La Biblia presenta una definición distinta de meditación, enfocada exclusivamente en la Palabra de Dios y lo que esta revela acerca de Él.
A Josué se le ordenó meditar en la ley de Dios día y noche para tener éxito en sus proyectos (Josué 1:8). David habla de su amor y de su constante meditación en la ley (Salmo 119:97). La Biblia también menciona personas que meditan en lo que la Palabra de Dios revela sobre Él: Sus obras (Salmo 143:5), Sus hechos (Salmo 119:27), Sus promesas (Salmo 119:148) y Su amor inagotable (Salmo 48:9). La meditación bíblica implica reflexionar profundamente en la Palabra de Dios y en sus verdades.
Cuando Josué fue instruido a meditar constantemente en la ley, esa meditación tenía el propósito de que "[tenga cuidado] de hacer todo lo que en él está escrito" (Josué 1:8, NBLA). Pensar en la Palabra de Dios y en Su carácter es el centro de la meditación, cuyo objetivo es la obediencia. Enfocarnos en la Biblia y en los caminos de Dios nos ayuda en nuestro caminar con Él: "En mi corazón he atesorado Tu palabra, para no pecar contra Ti" (Salmo 119:11, NBLA).
En el Nuevo Testamento, se le dice a Timoteo que "reflexione" o medite en lo que Pablo ha escrito (1 Timoteo 4:15); la RV1960 traduce "ocúpate en estas cosas". A todos los creyentes se les exhorta en Filipenses 4:8 a controlar sus pensamientos: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten" (NBLA). Meditar en lo que es bueno y justo tiene el fin de transformar nuestros pensamientos en acciones prácticas (Filipenses 4:9). El contacto con la Biblia debe promover un cambio real en la vida (Santiago 1:22-25), y la meditación bíblica ayuda a asegurar ese cambio adecuado.
La visión bíblica de la meditación es distinta de la que el mundo ofrece. Las enseñanzas modernas sobre meditación provienen de religiones falsas: por ejemplo, la meditación trascendental tiene raíces en el hinduismo. Las visiones seculares la ven como una forma saludable de relajarse y eliminar el estrés. Pero las formas no bíblicas de meditación, ya sean religiosas o seculares, no pueden dar una paz duradera, porque solo Cristo ofrece verdadera y permanente paz (Juan 14:27).
Los cristianos deben seguir la enseñanza bíblica sobre la meditación y meditar en Dios y Su Palabra, no en nosotros mismos ni en las cosas de este mundo. No debemos participar en la meditación que propone el mundo, sino meditar en la Palabra de Dios y permitir que nos transforme (Romanos 12:2).
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¿Qué dice la Biblia acerca de la meditación?
