Pregunta
¿Qué dice la Biblia acerca de la entrega total a Dios?
Respuesta
En un mundo tan ocupado y acelerado como el nuestro, puede resultar difícil mantenernos enfocados y comprometidos con Dios. Sin embargo, la Biblia está llena de sabiduría acerca del inmenso valor de la entrega total en nuestra relación con Dios y con los demás.
Vivir con entrega total implica mostrar sinceridad absoluta y un compromiso completo, lo cual se expresa en el Shemá: "Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza" (Deuteronomio 6:4–5). En este pasaje, el término hebreo para "corazón" representa la totalidad de nuestro ser: pensamientos, voluntad y emociones (ver Proverbios 4:23). La idea es que debemos rendirlo todo en devoción completa a Dios, sin dejar espacio para la infidelidad ni para un compromiso dividido.
El libro de los Salmos ofrece expresiones poéticas que describen bellamente la esencia de esta devoción completa. Por ejemplo, en el Salmo 119:10–11, el salmista declara con pasión: "Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos. En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti". Sigamos el ejemplo del salmista al buscar a Dios con todo nuestro corazón e interiorizar Su Palabra, lo cual produce santidad y justicia personal.
El Nuevo Testamento refuerza esta entrega total en las palabras de Jesús en Mateo 22:37–40. Cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante, Él respondió: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas". El primer mandamiento es amar a Dios con todo nuestro ser, y al hacerlo demostramos—a nosotros mismos y al mundo—que Él es lo más importante en nuestra vida.
El segundo mandamiento es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. La palabra "prójimo" incluye a todas las personas, no solo a nuestros amigos y familiares. Los creyentes están llamados a amar a todos porque todos fueron creados a imagen de Dios (Génesis 1:27). Por lo tanto, también debemos amar a los demás con entrega total.
El apóstol Pablo utiliza con frecuencia metáforas atléticas para transmitir verdades espirituales, especialmente al hablar sobre vivir el evangelio con entrega total. En 1 Corintios 9:24–27, usa la metáfora de una carrera para animar a los creyentes a vivir su fe con determinación absoluta:
"¿No saben que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero solo uno obtiene el premio? Corran de tal modo que ganen. Y todo el que compite en los juegos se abstiene de todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Por tanto, yo de esta manera corro, no como sin tener meta; de esta manera peleo, no como dando golpes al aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado".
Este pasaje refleja la tensión entre el "ya" y el "todavía no" de la vida vivida con entrega total. Pablo reconoce la fragilidad humana y nuestra lucha continua con el pecado, al mismo tiempo que mantiene la esperanza de la transformación a través de la obra redentora de Cristo. Esta tensión nos impulsa a avanzar constantemente en la búsqueda de una vida completamente entregada (véase Filipenses 3:12–21).
Vivir con entrega total es una meta alcanzable, y la Biblia nos llama a tener un compromiso sincero y auténtico con Dios y con los demás. Nunca debemos olvidar esta oración: "Enséñame, oh Señor, tu camino; andaré en tu verdad; unifica mi corazón para que tema Tu nombre" (Salmo 86:11).
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¿Qué dice la Biblia acerca de la entrega total a Dios?
