Pregunta
¿Qué dice la Biblia sobre la disciplina?
Respuesta
En la Biblia, disciplina se refiere a la formación moral, la instrucción y la corrección que conducen al crecimiento espiritual, el desarrollo del carácter y la madurez cristiana. El libro de Proverbios enfatiza la sabiduría de aceptar la disciplina con humildad para experimentar una vida plena y exitosa (Proverbios 1:1–6; 5:23; 12:1; 13:24; 16:32; 21:23; 29:15). A veces, la disciplina de Dios llega a nosotros en forma de castigo o experiencias difíciles, pero siempre está motivada por Su amor y preocupación por nuestro bienestar (Proverbios 3:11–12; Hebreos 12:6; Apocalipsis 3:19).
Las palabras hebreas y griegas traducidas como “disciplina” en la Biblia significan "instrucción, entrenamiento, reprensión, corrección, advertencia y amonestación". La disciplina es un aspecto esencial de la vida espiritual de la iglesia y de todo seguidor de Jesucristo. El discipulado cristiano es un proceso de aprendizaje que dura toda la vida, siguiendo a Jesús y Su estilo de vida.
En el Antiguo Testamento, la disciplina tiene un tono notablemente más severo que en el Nuevo Testamento debido a los aspectos legales del pacto de Dios con Israel (Levítico 26:14–46; Deuteronomio 4:36; 27:26). Algunos cristianos temen la disciplina de Dios, pero la Biblia nos dice que no debemos desanimarnos por ella ni rechazar Su corrección. En cambio, debemos recibirla con gratitud, ya que proviene de un Padre amoroso que se deleita en corregir a Sus hijos amados (Deuteronomio 8:5; Proverbios 3:11–12). Lo que las personas deben temer es la ira de Dios, pero esa ira está dirigida únicamente contra Sus enemigos (Romanos 1:18–20; Mateo 25:31–33, 41–45; Efesios 5:6; Colosenses 3:6; 2 Pedro 2:4–9). Tanto bajo el Antiguo como el Nuevo Pacto, el objetivo de la disciplina de Dios siempre fue el mismo: entrenar a Su pueblo en justicia y llevarlo a una sumisión respetuosa a Su voluntad y Su Palabra (Salmo 119:67, 71, 75; Proverbios 1:3; Hebreos 12:9–11; Santiago 5:19–20).
La Biblia misma es uno de los principales medios de disciplina de Dios en la vida del creyente (Deuteronomio 4:36; 29:29). El apóstol Pablo le dice a Timoteo: "Desde la niñez, se te han enseñado las sagradas Escrituras, las cuales te han dado la sabiduría para recibir la salvación que viene por confiar en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra" (2 Timoteo 3:15–17, NTV).
Otros instrumentos de la disciplina divina incluyen el conocimiento de Su gracia (Tito 2:11–12), experiencias educativas en la vida (Deuteronomio 8:1–5; 11:2–7; Isaías 48:17), las dificultades (Hebreos 12:7; 2 Corintios 12:7–10; 1 Pedro 1:6–7) y el castigo (Hebreos 12:6; Levítico 26:21; 2 Samuel 7:14; Oseas 5:2; 1 Corintios 11:32). La Biblia enseña que la disciplina es la forma en que Dios nos prepara para la eternidad (1 Corintios 9:24–27; 2 Corintios 4:17–18; Romanos 8:18; Santiago 1:12).
Las Escrituras animan a los creyentes a amar la disciplina de Dios (Proverbios 12:1; Salmo 141:5) y a esperarla: "Pero si están sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces son hijos ilegítimos y no hijos verdaderos" (Hebreos 12:8). Quienes aceptan la disciplina del Señor son bendecidos con gozo y plenitud (Salmo 94:12; Santiago 1:12). Según Proverbios 6:23, "su disciplina correctiva es el camino que lleva a la vida" (NTV). La Biblia también dice mucho a los padres sobre cómo instruir y corregir a sus hijos (Proverbios 13:24; 22:6; Efesios 6:4).
La disciplina en la iglesia es una responsabilidad pastoral (2 Timoteo 2:25). Jesús estableció el proceso en Mateo 18:15–20, y el apóstol Pablo mencionó casos específicos de comportamiento público pecaminoso, divisiones y falsas enseñanzas en los que la disciplina eclesiástica era necesaria (1 Corintios 5:1–13; Romanos 16:17–18; Tito 3:10–11). La disciplina siempre debe ejercerse con bondad, mansedumbre y amor (2 Corintios 2:6–8; Gálatas 6:1). En todos los casos, su propósito es llevar al arrepentimiento y la restauración (Gálatas 6:1; 2 Corintios 7:8–10).
La Palabra de Dios también menciona varias disciplinas espirituales que podemos practicar como creyentes, tales como la oración (Lucas 6:12; Hechos 6:4; Romanos 12:12; Efesios 6:18; 1 Tesalonicenses 5:17; 1 Pedro 4:7), el ayuno (Mateo 6:16–18), el estudio de la Biblia (Hechos 17:11; 2 Timoteo 2:15; 3:16–17) y el dar a los necesitados (Mateo 6:1–4; Hechos 11:29–30; 2 Corintios 9:1–15; 1 Timoteo 6:17–19).
English
¿Qué dice la Biblia sobre la disciplina?
