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Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre los aros en la nariz?

Respuesta


Los aros en la nariz se mencionan en la Biblia ya en el libro del Génesis. Cuando Abraham envió a su siervo en busca de una esposa para Isaac, el siervo oró para que Dios le revelara a la joven apropiada (Génesis 24:12-14). Rebeca fue la respuesta a su oración, y cuando ella se comprometió a darle alojamiento en la casa de su padre, él le entregó algunos regalos de su amo, Abraham. Entre esos regalos había "un anillo de oro para la nariz" (Génesis 24:22, NTV). Esto revela que los aros nasales estaban de moda en esa época y representaban riqueza y estatus cuando se regalaban. También se consideraban un adorno femenino. La única ocasión en que los hombres llevaban algo en la nariz era cuando eran llevados como esclavos (2 Crónicas 33:10-11, NTV).

En Ezequiel 16, Dios describe el afecto que había derramado sobre Israel en términos de un hombre que colma a su novia de regalos: "Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza" (versículo 12). El Señor solía utilizar un lenguaje figurado y objetos y costumbres familiares para comunicar verdades desconocidas a Su pueblo. Los lujosos adornos, incluido el anillo en la nariz, que se describen en este pasaje, eran la forma en que un marido rico y amoroso habría provisto a su amada.

Los aros o anillos en la nariz se llevan por diferentes motivos en las distintas culturas. En algunas comunidades hindúes, perforar la nariz de una mujer indica que está casada o preparada para el matrimonio. También hay quienes creen que perforarse la nariz alivia el dolor durante el parto. En culturas más primitivas, la perforación de las fosas nasales o del tabique es común y ha tenido diversos significados según la región, la tribu o la época histórica.

En el pasado reciente, los anillos en la nariz no se consideraban algo habitual en la cultura occidental. Llevar un anillo en la nariz indicaba rebeldía o solidaridad con la contracultura. Sin embargo, hoy en día, en la mayoría de las culturas occidentales, los aros en la nariz son simplemente una cuestión de estilo y preferencia personal. Suelen llevarse en forma de diminutos pendientes de diamantes o pequeños anillos que se sujetan a una fosa nasal. Llevar un aro en la nariz no es ni bueno ni malo, sino que refleja el gusto personal. Sin embargo, si representa algo malo, no es correcto. Por ejemplo, una adolescente puede perforarse la nariz como acto de rebeldía contra los valores conservadores de su familia. Quiere un aro en la nariz simplemente porque nadie más en su círculo lo tiene y porque suscitará controversia. Sus padres le han dicho que "no", pero ella se hace un piercing en la nariz de todos modos. Para esa joven, llevar un anillo en la nariz está mal porque es una declaración abierta y visible de rebeldía.

Para un cristiano, el único principio que debe definir todas las elecciones se encuentra en 1 Corintios 10:31: "Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios". La mención de comer y beber nos lleva al punto de que cada elección que hace un creyente puede tener significado. Lo que hacemos, adónde vamos y cómo nos vestimos, reflejan nuestra relación con Jesús. Podemos traerle gloria con nuestras elecciones o deshonrar Su nombre. En la decisión de usar o no un aro en la nariz, podemos hacernos algunas preguntas:

1. En mi círculo de influencia, ¿es probable que llevar un piercing en la nariz cause ofensa y atraiga una atención negativa hacia mí en lugar de atraer una atención positiva hacia Cristo?

2. ¿Qué mensaje creo que estoy transmitiendo al llevar un piercing en la nariz? ¿Qué mensaje podrían estar recibiendo realmente los demás?

3.¿Tengo antecedentes de infecciones o irritaciones cutáneas que un piercing en la nariz poco higiénico podría empeorar?

4. ¿Mi piercing en la nariz distraerá tanto la atención que se convertirá en el centro de atención de los demás más que mis ojos o mis palabras?

Manteniendo 1 Corintios 10:31 como guía para cada decisión -ya sea el estilo de ropa que usamos, la forma en que arreglamos nuestro cabello o los piercings que nos hacemos- también mantenemos puros nuestros motivos. Cuando nuestro objetivo en la vida es magnificar la pureza y la belleza de Cristo en nuestras vidas, Él nos ayuda a alejarnos de lo sensacional y a buscar la modestia y la humildad (1 Corintios 8:9; Gálatas 5:13). Con estas cualidades, tenemos la libertad de expresar la belleza de Cristo de diversas maneras, incluido el uso de aros en la nariz.

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