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Pregunta

¿Qué dice la Biblia sobre el alcohol?

Respuesta


La Biblia tiene bastante que decir sobre el alcohol. La palabra "vino" aparece 232 veces en la Escritura, y la expresión "bebida fuerte" (en referencia a bebidas alcohólicas más potentes) unas 20 veces. Veamos un panorama general del tema.

Para los antiguos israelitas, poseer abundancia de vino y de mosto era señal de la bendición de Dios. En Deuteronomio 7:13, al prometer prosperidad material a los que le obedecieran fielmente, el Señor incluyó "el vino nuevo". En Proverbios 3, la fidelidad amorosa al Señor también es recompensada con granos y lagares rebosantes de vino nuevo (versículo 10). Estos pasajes, junto con otros, muestran que el vino era considerado un don de Dios, destinado a ser disfrutado. En las fiestas en Jerusalén, los israelitas debían llevar o comprar vino u otra bebida fermentada para gozar y alegrarse delante del Señor (Deuteronomio 14:26). Jesús mismo no se opuso al consumo de vino, como se ve en las bodas de Caná (Juan 2:1–10). Pablo aconsejó a Timoteo: "Usa un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades" (1 Timoteo 5:23, NBLA). Estos ejemplos muestran que la Biblia presenta el vino de forma positiva como bendición de Dios.

El vino también formaba parte de las ofrendas que Dios mandó. En Números 15:1–10, se describe cómo se debía ofrecer el vino al Señor en obediencia amorosa, y se consideraba "aroma suave al Señor" (versículo 7, NBLA).

Por otro lado, la Biblia contiene advertencias muy fuertes contra la embriaguez y la adicción, tanto por ejemplo como por mandamiento. Génesis 9:20–27 y 19:30–38 narran, respectivamente, las borracheras de Noé y de Lot, con sus terribles consecuencias. Proverbios 20:1 advierte: "El vino es provocador, la bebida fuerte alborotadora, y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio" (NBLA). Proverbios 23:29–30 describe los males del abuso del alcohol: "¿De quién son los ayes? ¿De quién las tristezas? ¿De quién las luchas? ¿De quién las quejas? ¿De quién las heridas sin causa? ¿De quién los ojos enrojecidos? De los que se demoran mucho con el vino, de los que van en busca de vinos mezclados" (NBLA). Más adelante dice que el vino "muerde como serpiente, y pica como vibora" (v. 32, NBLA). El cristiano recibe la instrucción de Pablo en Efesios 5:18: "Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu" (NBLA). Además, para servir como obispo o diácono en la iglesia, se requiere no ser "dado a la bebida" ni indulgente en "mucho vino" (1 Timoteo 3:3, 8).

En resumen, la Biblia habla con equilibrio sobre el alcohol. Un cristiano puede vivir una vida santa y obediente delante del Señor y beber con moderación. Sin embargo, las advertencias contra la embriaguez y la dependencia son contundentes: no se puede agradar a Dios mientras se abusa del alcohol. Por lo tanto, un creyente puede decidir consumirlo, pero si existe el riesgo de caer en adicción o tropiezo, la sabiduría aconseja abstenerse. También se nos exhorta a considerar el bienestar de los demás cuando tomamos decisiones sobre el consumo de alcohol (Romanos 14:19–21).

Finalmente, Pablo da un principio que debe guiarnos: "Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31, NBLA). Si eliges disfrutar del alcohol, hazlo con prudencia, en cantidades limitadas, con consideración hacia los demás, y asegurándote de hacerlo para la gloria de Dios.

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