Pregunta
¿Qué significa soportarse unos a otros (Colosenses 3:13)?
Respuesta
En Colosenses 3, el apóstol Pablo presenta una enseñanza práctica sobre la transformación del creyente, desde la antigua vida antes de la salvación hasta la nueva vida que ahora está "escondida con Cristo en Dios" (Colosenses 3:3). Él compara este «dar muerte» o desechar la antigua forma de vida pecaminosa con el proceso de quitarse la vestimenta vieja (Colosenses 3:5-11). A cambio de sus vestidos viejos, los creyentes se ponen vestidos nuevos: "Entonces, ustedes como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguien tiene queja contra otro. Como Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes. Sobre todas estas cosas, vístanse de amor, que es el vínculo de la unidad" (Colosenses 3:12-14, NBLA).
Cada prenda de ropa recién puesta (compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia, etc.) se refiere a las relaciones interpersonales del creyente en la comunidad cristiana. Pablo comprendía el desafío casi imposible de desarrollar una coexistencia pacífica y armoniosa entre los seres humanos: entre esclavos y amos, entre judíos y gentiles, entre ricos y pobres. Para que la iglesia sea verdaderamente el cuerpo de Cristo en la tierra, debe tener lugar una auténtica revolución espiritual en los corazones y las vidas de sus miembros.
La comunión que honra a Cristo solo es posible cuando los creyentes se soportan unos a otros con espíritu de amor. La palabra "soportar" en el griego original significa "aguantar algo desagradable o difícil". Soportarse unos a otros implica la voluntad de aguantar a los demás creyentes, a pesar de las diferencias y frustraciones. Debemos vivir con espíritu de humildad y tratarnos con paciencia y compasión. Las relaciones auténticas, especialmente en una comunidad tan diversa como la iglesia (Colosenses 3:11), siempre requerirán tolerancia. Pero esto no significa simplemente aguantarse unos a otros o pasar por alto las dificultades mientras se alberga rencor o se permite que los comportamientos pecaminosos proliferen (Colosenses 3:5-11; Gálatas 6:1-5; Santiago 5:19-20). Debemos esforzarnos "por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (Efesios 4:3, NBLA). Esto se basa en la obra de Cristo y se fundamenta en la verdad de quién es Dios y lo que ha hecho (Efesios 4:4-6; Juan 17:20-23). Con ese fin, los creyentes están llamados a perdonarse unos a otros como el Señor nos perdona (Colosenses 3:13; Efesios 1:7; 2 Corintios 5:19). Jesucristo es nuestro modelo a seguir para soportarnos unos a otros y demostrar perdón (Colosenses 2:13). Él nunca compromete la verdad y siempre actúa con amor (Efesios 4:15–16).
Pablo deja para el final la prenda más importante que hay que ponerse: "Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía" (Colosenses 3:14, NTV). El amor ágape, abnegado, es el tipo de amor del que habla Pablo aquí. Solo el amor incondicional puede tejer un hilo lo suficientemente fuerte como para unir el tapiz de los creyentes en perfecta unidad. Pablo hace una advertencia similar a la iglesia de Éfeso: "Vivan una vida llena de amor, siguiendo el ejemplo de Cristo. Él nos amó y se ofreció a sí mismo como sacrificio por nosotros, como aroma agradable a Dios" (Efesios 5:2, NTV).
Pablo también ora para que los creyentes de Roma se soporten unos a otros: "Y que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acéptense los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios" (Romanos 15:5-7, NBLA). Nuestra disposición a aceptarnos unos a otros con paciencia y a vivir juntos en paz y armonía trae alabanza y gloria a Dios.
La tolerancia, o la paciencia, es una cualidad del carácter de Dios de la que los seres humanos se han beneficiado: "¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?" (Romanos 2:4, NTV; ver también Salmos 103:8). Dios nos llama a ser santos, como Él es, en todo lo que hacemos (1 Pedro 1:15), pero todos fallamos. Dado que la naturaleza de Dios es ser tolerante, misericordioso y paciente con nosotros, debemos ser iguales con los demás. A medida que desechamos el viejo yo pecaminoso y nos revestimos de los atributos santos de Dios, somos transformados a Su imagen. Nos volvemos "amables unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también Dios los perdonó en Cristo" (Efesios 4:32, NBLA).
Como miembros del cuerpo de Cristo, todos somos "miembros los unos de los otros" (Romanos 12:5). Soportamos las dificultades y las cosas desagradables unos con otros porque todos somos uno, partes de un mismo todo. Nos soportamos unos a otros cuando perdonamos, cuando permitimos que el amor cubra multitud de pecados (Proverbios 10:12) y cuando tendemos la mano a un hermano o hermana que ha caído en el pecado y lo restauramos con delicadeza (Gálatas 6:1). Solo cuando "la paz de Cristo" reina en nuestros corazones, podemos soportarnos unos a otros y vivir en unidad, tal como estamos llamados a hacer como miembros de un solo cuerpo (Colosenses 3:15).
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¿Qué significa soportarse unos a otros (Colosenses 3:13)?
