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Pregunta

¿Cómo puedo identificar las profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento?

Respuesta


Según algunos cálculos, hay más de 300 profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento. Por eso, en el Nuevo Testamento a veces encontramos declaraciones como esta: “Estas cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura” (Juan 19:36). Algunas profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento son bastante directas; otras son más indirectas. Aquí hay algunos consejos para identificar las profecías del Mesías:

Estudia la Palabra. Esto debería sobreentenderse, pero para entender la Biblia no hay nada mejor que leerla y buscar en oración la sabiduría de lo alto (Santiago 1:5). Algunas profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento están claramente identificadas como tales por los profetas que las escribieron. La palabra Mesías significa “Ungido” o “Elegido”, y esos títulos se encuentran en varias profecías. Daniel 9:25-26 es una profecía importante acerca de la muerte del Mesías. El Salmo 2:2 también se refiere al Ungido del Señor.

Por supuesto, el contexto siempre es importante cuando interpretamos las Escrituras. No todas las menciones de un "ungido" en el Antiguo Testamento son una referencia al Mesías prometido. Al rey Ciro de Persia se le llama ungido de Dios en Isaías 45:1, y también al rey Saúl en 1 Samuel 24:10; ambos reyes fueron escogidos por Dios para un trabajo especial, que es el significado de ser "ungido".

Las referencias de David como el Ungido de Dios en el Salmo 132 son un ejemplo de cómo puede tener un doble significado. David ora, "Por amor de David tu siervo no vuelvas de tu ungido el rostro" (Salmo 132:10). Aquí, David se refiere a sí mismo dos veces, llamándose siervo de Dios y ungido de Dios —David había sido literalmente ungido por el profeta Samuel para ser rey (1 Samuel 16:13). Pero la palabra que David usa es la palabra hebrea para "Mesías", y el Salmo 132:10 se puede aplicar fácilmente a Jesucristo en el Nuevo Testamento. Lo que hace que este pasaje sea aún más fascinante es que, inmediatamente después de la mención de David como el ungido, el Salmo 132 empieza a hablar del Mesías: uno de los descendientes de David gobernará desde el trono (Salmo 132:11), y el linaje de David será eterno (versículo 12). Luego, un giro: el mismísimo Señor gobernará desde Sion por siempre (versículos 13–14); como Rey, el Señor traerá la abundancia, salvación y gozo (versículos 15–16); este Rey que viene de David tendrá poder divino, y todos Sus enemigos serán derrotados (versículos 17–18). El versículo 17 contiene otra mención del "ungido" de Dios. Si juntamos todo esto con el hecho de que al Mesías se le llamaba comúnmente "el Hijo de David" (ver Mateo 22:42), el Salmo 132 es claramente una profecía mesiánica. A David, el ungido de Dios, se le prometió que un Ungido aún mayor se sentaría en el trono de Sión para siempre.

Aprende los distintos títulos del Mesías. Algunas profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento usan diferentes nombres para el Mesías. Por ejemplo, Isaías 42:1 habla del Mesías como el "Siervo" del Señor. La profecía de Números 24:17 llama al Mesías la "Estrella" que viene de Judá. En Isaías 11:1, el Mesías es un "Renuevo" que da mucho fruto. A menudo, el Mesías se presenta en el Antiguo Testamento como un rey que gobernará en justicia (ver Isaías 9:6-7; 32:1; Jeremías 23:5; Zacarías 9:9).

Compara Escritura con Escritura. Algunas profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento son identificadas por los autores del Nuevo Testamento. Mateo es especialmente útil para relacionar las profecías del Antiguo Testamento con su cumplimiento en la vida de Cristo. El nacimiento de Jesús es el cumplimiento de Isaías 7:14 (cp. Mateo 1:18-23). La huida de Jesús a Egipto resulta ser el cumplimiento de una profecía indirecta en Oseas 11:1 (cp. Mateo 2:15). La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén está relacionada con Zacarías 9:9 (cp. Mateo 21:1-5). La muerte de Jesús en la cruz cumplió muchas profecías del Antiguo Testamento, incluyendo el Salmo 34:20 y Zacarías 12:10 (cp. Juan 19:31-37).

En ocasiones Jesús citaba una profecía mesiánica y la aplicaba a sí mismo. En la sinagoga de Nazaret, Jesús leyó un pasaje mesiánico de Isaías 61 y dijo, “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:21). Justo antes de Su arresto, Jesús cita a Zacarías 13:7, afirmando que esa profecía está a punto de cumplirse (Mateo 26:31). También cita a Isaías 53:12 (en Lucas 22:37), y cuando estudiamos todo Isaías 53, descubrimos que gran parte de ese capítulo corresponde directamente a la pasión de Jesús. Cuando Jesús cita un pasaje del Antiguo Testamento y dice que Él es el cumplimiento de la misma, sabemos con seguridad que ese pasaje era mesiánico.

A veces la alusión de Jesús a un pasaje nos da pistas de que estamos tratando con una profecía mesiánica. Por ejemplo, en la cruz Jesús clamó: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46). Resulta que esas son las palabras exactas del Salmo 22:1. Cuando vamos al Salmo 22, encontramos muchos detalles de la crucifixión: las burlas que Jesús sufrió (Salmo 22:7; cp. Mateo 27:38-44), la sed de Jesús (Salmo 22:14; cp. Juan 19:28), la perforación de Sus manos y pies (Salmo 22:16; cp. Juan 20:20), y el sorteo de su túnica (Salmo 22:18; cp. Lucas 23:34). El grito angustiado de Jesús sirve como un letrero que nos señala un tesoro de profecías mesiánicas en los Salmos.

Busca temas, circunstancias similares y detalles que coincidan. Algunas profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento se presentan en forma de tipología. Los sacrificios del Antiguo Testamento son sin duda tipología del Mesías que derramaría Su sangre por nuestro pecado. El candelabro del templo, el altar de incienso y la mesa del pan de la proposición también son clara tipología de la luz de Cristo, Su intercesión y provisión.

Los sueños de José de que su familia se inclinaba ante él en Génesis 37 se hicieron realidad, aunque los hermanos de José lo odiaban. El rechazo y eventual exaltación de José se pueden ver como un presagio del rechazo de Cristo y Su exaltación a la diestra de Dios. Del mismo modo, las acciones de Booz en el libro de Rut pueden verse como una profecía indirecta de la obra de Cristo en nuestro favor. La vida de Josué, tan llena de fe y victoria, también se puede ver como precursora de Cristo, especialmente cuando consideramos que Josué y Jesús son ambas formas del mismo nombre hebreo, Yeshua. Ver las historias de José, Booz y Josué como profecías mesiánicas requiere cierto grado de deducción, pero no es un mal uso de las Escrituras reconocer que existen paralelismos. El mismo Jesús utilizó elementos de la historia de Jonás como profecía de Su resurrección (Lucas 11:29-30).

Las profecías mesiánicas tratan con algún aspecto del carácter, el ministerio, o relaciones del Mesías. Por ejemplo, Génesis 3:15 predice un Salvador que aplastará a la serpiente y que será la "simiente de la mujer". Esta profecía sugiere el nacimiento virginal, así como la victoria de Cristo sobre Satanás. Jeremías 31:15 predice la matanza de Herodes de los niños en Belén (ver Mateo 2:16-18). E Isaías 35:5-6 profetiza que el Mesías sanará a los ciegos, cojos y mudos (cp. Lucas 7:22).

En el camino a Emaús, Jesús le dijo a dos de Sus discípulos: "Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos" (Lucas 24:44). Todo el Antiguo Testamento - Ley, Profetas y Escritos - Contiene profecías mesiánicas. Y todas esas profecías "deben" cumplirse. El estudio de las profecías y su cumplimiento es realmente el estudio de la fidelidad de Dios. En particular, las profecías mesiánicas revelan la fidelidad de Dios en salvar a Su pueblo. Tal estudio es infinitamente gratificante.

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