Pregunta
¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo que no echáramos nuestras perlas a los cerdos (Mateo 7:6)?
Respuesta
"No echen sus perlas delante de los cerdos" es parte del Sermón del Monte y, para entender su significado, necesitamos considerar su contexto y su ubicación dentro del sermón. Cristo acababa de instruir a la multitud acerca del juicio y la reprensión: "No juzguen para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que ustedes juzguen, serán juzgados; y con la medida con que midan, se les medirá" (Mateo 7:1-2), y "¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano" (Mateo 7:5). Luego, en el versículo 6, Jesús equilibra estas amonestaciones y muestra la diferencia entre "juzgar" y "discernir". No debemos juzgar con hipocresía, pero sí debemos discernir quiénes son los "cerdos", para no echar nuestras perlas delante de ellos.
Antes de decir "No echen sus perlas delante de los cerdos", Jesús declara: "No deis lo santo a los perros". En Proverbios también aparece una imagen similar: "Como perro que vuelve a su vómito es el necio que repite su necedad" (Proverbios 26:11). Una referencia doble a perros y cerdos aparece también en 2 Pedro 2:22: "Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: "El perro vuelve a su propio vómito", y: "La puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno"". En Su sermón, Jesús usa perros y cerdos como representación de quienes ridiculizarían, rechazarían o blasfemarían el evangelio cuando lo escucharan. No debemos exponer el evangelio de Jesucristo a quienes solo buscan pisotearlo y luego regresar a sus malos caminos. Compartir repetidamente el evangelio con alguien que constantemente se burla y ridiculiza a Cristo es como echar perlas a los cerdos. Podemos identificar a esas personas mediante el discernimiento, una capacidad que, en cierta medida, Dios concede a todos los creyentes (1 Corintios 2:15-16).
El mandamiento de no echar las perlas a los cerdos no significa que debemos abstenernos de predicar el evangelio. Jesús mismo comió con pecadores y recaudadores de impuestos y les enseñó (Mateo 9:10). En esencia, la instrucción de Mateo 7:6 coincide con lo que Jesús dijo a Sus apóstoles: "Cualquiera que no los reciba ni oiga sus palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudan el polvo de sus pies" (Mateo 10:14). Debemos compartir el evangelio, pero cuando se hace evidente que no será recibido, debemos continuar nuestro camino. Somos responsables de anunciar las buenas nuevas, no de la respuesta de quienes las escuchan. Los cerdos no valoran las perlas, y algunas personas no valoran lo que Cristo hizo por ellas. Nuestro trabajo no es forzar conversiones ni presionar a nadie; no tiene sentido predicar el valor de las perlas a los cerdos. La instrucción de Jesús a Sus apóstoles frente al rechazo fue simplemente seguir adelante. Hay otras personas que necesitan oír el evangelio y están dispuestas a escucharlo.
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¿Qué quiso decir Jesús cuando dijo que no echáramos nuestras perlas a los cerdos (Mateo 7:6)?
