Pregunta
¿Cómo puedo tener un matrimonio piadoso?
Respuesta
Entender el propósito de Dios para el matrimonio es crucial para tener un matrimonio piadoso. Dios creó el matrimonio para ser un pacto entre dos personas, un hombre y una mujer, y Él mismo (Mateo 19:6; Malaquías 2:14). Como esposo y esposa, la pareja es unida por Dios como "una sola carne" tanto legal como espiritualmente (Génesis 2:24). Esta unión tripartita, con Dios en el centro, forma la base sobre la cual construir un matrimonio piadoso.
Dios tiene un propósito único para el pacto del matrimonio. Un buen recurso sobre este tema es el libro "Matrimonio Sagrado" de Gary Thomas. En el libro, el autor explora la idea bíblica que la intención de Dios para el matrimonio es hacernos más santos, no hacernos felices. El matrimonio cristiano es una imagen divina de la relación de Cristo con su novia, la iglesia. A través de su demostración de amor por nosotros, Jesucristo modeló cómo amar a nuestro compañero en el matrimonio: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado con el lavamiento de agua con la palabra, que presentase a la iglesia para sí gloriosa; que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. . . . Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia . . .y la mujer respete a su marido" (Efesios 5:25-33). Jesús vino a servir y a darse a sí mismo sacrificialmente por la iglesia, lo que es lo que los esposos y las esposas están llamados a hacer el uno por el otro en el matrimonio.
Si has estado casado durante algún tiempo, entiendes los desafíos de combinar las vidas y aspiraciones de dos personas defectuosas y pecadoras en una sociedad cohesiva. Las relaciones de matrimonio son complejas y complicadas. Traemos nuestro equipaje emocional y la herida proveniente de heridas pasadas a la mezcla. La única forma de hacer que un matrimonio funcione es que ambos socios "imiten a Dios, como hijos amados, y anden en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante" (Efesios 5:1–2). Debemos obedecer el mandamiento del Señor de amar a nuestro cónyuge desinteresadamente, abandonando nuestros deseos "como Cristo también la puso en nosotros" (1 Juan 3:16).
El propósito de Dios en la vida de cada creyente, ya sea casado o soltero, es la transformación espiritual, ya que el creyente es santificado por el trabajo del Espíritu Santo y conformado a la imagen de Cristo (1 Pedro 1:15-16; Romanos 8:29; 12:1-2; 1 Tesalonicenses 4:3–7; 2 Corintios 3:18; Hebreos 12:14). ¿Cómo serían diferentes nuestros matrimonios si hiciera nuestra misión de vida ayudar, apoyar, servir y orar por nuestro cónyuge en su caminata con Cristo cada día? ¿Qué tal si en vez de enfocarnos en las fallas de nuestra pareja o nuestras necesidades insatisfechas, buscáramos maneras de amarnos uno al otro en la plenitud del amor de Dios (1 Juan 4:12)? ¿Y si siguiéramos las instrucciones para "animaros unos a otros todos los días" (Hebreos 3:13), "estimularnos al amor y a las buenas obras" (Hebreos 10:24), "servirnos humildemente los unos a los otros" (Gálatas 5:13), "ser devotos uno al otro" y "honrar uno al otro" sobre nosotros mismos (Romanos 12:10), y " ser amables y compasivos unos con otros, perdonándonos unos a otros, así como en Cristo Dios os perdonó" (Efesios 4:32)?
Un matrimonio piadoso requiere un esfuerzo deliberado y sacrificio. La base comienza con nuestra fe en Dios y nuestro compromiso con nuestro pacto con Él y con nuestro cónyuge. Mantener a Cristo en el centro de nuestra relación es vital para mantener la salud y el éxito de nuestro matrimonio.
Aquí hay algunas pautas prácticas básicas para fomentar un matrimonio piadoso:
• Oren juntos regularmente (Colosenses 4:2). Orar como pareja fortalecerá su vínculo espiritual y los acercará ambos al Señor. Sean auténticos el uno con el otro, confiesen sus pecados y compartan sus luchas.
• Lean la Biblia juntos regularmente (2 Timoteo 3:16–17; Salmo 119:105).
• Asistan a la iglesia, adoren juntos y se integren al cuerpo de Cristo. Servir y compartir sus vidas con otros creyentes les fortalecerá en la fe y proporcionará una red de amigos y consejeros que les apoyarán en tiempos de desafío (Hebreos 10:24–25).
• Tomar decisiones importantes juntos (Amos 3:3).
• Mantener las líneas de comunicación abiertas (Santiago 1:19). Escucha a tu cónyuge para oír lo que dice. Sean honestos y sinceros. Tratense el uno al otro con amabilidad y respeto. Ahora perdón pronto.
• Cuiden el lado romántico de su relación (Proverbios 5:18). Recuerden divertirse juntos, tomar de las manos, reírse juntos y admirar los logros del otro.
Puedes tener un matrimonio piadoso. Incluso si tu matrimonio parece irreparable, no te rindas. Asegúrate de haber hecho todo lo que esté a tu alcance para darle tiempo a Dios a restaurar la relación. Busca a un consejero de matrimonios con formación. Considera que Dios puede haberte llevado a este lugar en tu matrimonio para trabajar un buen propósito en tu vida y la vida de tu cónyuge (Romanos 8:28). Nada es demasiado difícil para Dios (Génesis 18:14; Jeremías 32:17; Mateo 19:26). El Señor quiere hacerte santo, entero y completo. Tus dificultades en el matrimonio pueden ser el camino que Él ha escogido para transformarte.
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