Pregunta
¿Cómo puedo ver la mano de Dios moviéndose en mi vida?
Respuesta
Varias Escrituras describen la mano de Dios que mueve y guía a las personas (1 Samuel 5:11; 2 Crónicas 30:12; Job 19:21; 27:11; Eclesiastés 2:24; 9:1). Estos pasajes no significan que Dios tenga literalmente una mano. La Biblia declara que Dios es espíritu (Juan 4:24), que no tiene, en Su esencia, una forma física. Sin embargo, esto no significa que Dios sea incapaz de adoptar una forma física; muchas veces en las Escrituras Dios sí adopta una forma física. La mano de Dios no se refiere a una parte literal del cuerpo. Más bien, al igual que un padre, guía amorosamente y disciplina pacientemente a un hijo con su mano, así somos guiados por la mano de Dios.
El movimiento de la mano de Dios parece ser un área en la que el dicho "la retrospectiva es 20/20" es particularmente cierto. Muchas veces, cuando atravesamos un momento difícil o confuso, no somos conscientes de cómo nos está guiando Dios. Años después, resulta muy claro por qué Dios nos hizo pasar por esa experiencia del modo en que lo hizo. Mirando hacia atrás, se puede ver claramente la mano de Dios moviéndose, guiando, protegiendo, etc. Los tiempos de prueba casi nunca son agradables. Al mismo tiempo, hay muchos casos en los que una prueba o una lucha se consideran el momento espiritual más significativo de la vida de una persona. Por eso Santiago nos exhorta a considerarlo "por sumo gozo" (Santiago 1:2) cuando nos enfrentamos a diversas pruebas, porque son inmensamente valiosas para nuestra vida espiritual.
¿Cómo podemos reconocer mejor la mano de Dios que se mueve en nuestras vidas? En primer lugar, debemos familiarizarnos con la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17), que nos habla de quién es Dios y de lo que hace. Del mismo modo que un manual de instrucciones nos ayuda a comprender un aparato específico, la lectura de la Palabra de Dios nos ayuda a entender cómo actúa Dios y cómo debemos responderle. En segundo lugar, debemos comunicarnos con Dios mediante la oración. Podemos pedir a Dios sabiduría (Santiago 1:5). Podemos pedir a Dios que nos ayude a reconocer Su mano y a someternos a ella. Podemos agradecerle la forma en que Su mano nos ha guiado. Podemos pedirle que nos ayude a aprender Su lección, en Su tiempo, para cualquier momento que Su mano nos haga atravesar.
En tercer lugar, debemos confiar en Dios. Del mismo modo que un hijo con frecuencia se rebela contra la guía de su padre -no confía en su juicio o no acepta su disciplina-, así también nosotros luchamos a menudo contra la mano de Dios: "¿Por qué has permitido esto? ¿Por qué debo hacer eso? ¿No hay otro camino?". Aunque no está mal plantearse estas preguntas con espíritu de humildad, sí lo está dudar de la bondad de Dios o de la calidad de Su plan. Muchas veces en nuestra vida, empeoramos una prueba por no confiar en Dios y obedecerle, y por no aprender rápidamente la lección prevista.
La mano de Dios es un símbolo de la guía, la instrucción y la disciplina de Dios. Cuanto más reconozcamos la mano de Dios, mejor podremos seguir Su guía. Mediante el estudio de la Palabra de Dios, una vida de oración sólida y una confianza permanente en Dios, podemos aprender a reconocer, confiar y disfrutar de la mano de Dios que se mueve en nuestras vidas.
English
¿Cómo puedo ver la mano de Dios moviéndose en mi vida?