Pregunta
¿Cuál es la manifestación del Espíritu en 1 Corintios 12:7?
Respuesta
En 1 Corintios 12:7, el apóstol Pablo escribe: "Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común" (NBLA). Este versículo habla al corazón de los dones espirituales dentro del cuerpo de Cristo, enfatizando que cada creyente, incluyéndote a ti, no es solo un receptor pasivo, sino una parte vital del plan divino. Cuando eres salvo, recibes una expresión única del poder y la presencia del Espíritu Santo, lo que te convierte en una parte indispensable de la comunidad de fe. La frase "manifestación del Espíritu" se refiere a cómo la obra invisible del Espíritu Santo se hace visible y tangible en tu vida como cristiano. Comprender el significado más profundo de esta frase te ayuda a apreciar cómo opera el Espíritu de Dios en ti y dentro de la comunidad de fe.
La manifestación del Espíritu se refiere a cómo el Espíritu Santo se revela en y a través de la vida de los creyentes. En este contexto, Pablo se dirige a la iglesia de Corinto, conocida por su diversidad (y mal uso) de dones espirituales, como la profecía, la sanidad y el hablar en lenguas. El propósito de estos dones no es la glorificación personal, sino la edificación y el beneficio de toda la iglesia. Como dice 1 Corintios 12:4-6: "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos" (NBLA). La manifestación del Espíritu, entonces, destaca la unidad dentro de la diversidad que existe en la iglesia: el Espíritu de Dios obra a través de diferentes personas de diversas maneras, pero siempre con el objetivo de edificar la comunidad de creyentes.
Otro aspecto clave de la manifestación del Espíritu es su inclusividad. Pablo escribe que la manifestación del Espíritu se da "a cada uno", lo que significa que ningún creyente está excluido de recibir dones espirituales. Esta verdad refleja lo que Pablo dice en 1 Corintios 12:12-14, donde compara la iglesia con un cuerpo humano compuesto de muchas partes: "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero, todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo" (NBLA). La manifestación del Espíritu garantiza que cada parte, cada persona, no sea solo un observador pasivo, sino un participante activo en el funcionamiento del todo. Esto debería reafirmarnos en nuestro lugar en el cuerpo más amplio de Cristo.
La manifestación del Espíritu también tiene una función práctica: es "para el bien común". Los dones espirituales no son para acumularlos o utilizarlos con fines egoístas, sino para beneficiar a los demás. Esto es coherente con la enseñanza más general de Pablo sobre el amor y el altruismo dentro del cuerpo de Cristo. En 1 Corintios 13:1-3, advierte que incluso los dones espirituales más espectaculares no tienen ningún valor sin amor. Por lo tanto, la manifestación del Espíritu es inseparable del carácter y el corazón de Dios, que desea que Su pueblo refleje Su amor en el uso que hace de sus dones. Los dones tienen por objeto edificar, animar y fortalecer a la iglesia, no dividir ni causar envidia entre los creyentes.
En cuanto a cómo se manifiesta el Espíritu, es esencial reconocer que estos dones son soberanamente distribuidos por el Espíritu Santo. Pablo enfatiza esto en 1 Corintios 12:11: "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente a cada uno según Su voluntad" (NBLA). Los creyentes no eligen qué don espiritual recibirán, sino que el Espíritu Santo asigna los dones como Él lo considera conveniente. Esto refuerza la idea de que la manifestación del Espíritu no tiene que ver con la capacidad o el mérito personal, sino con la gracia de Dios que obra a través de cada creyente para el bien común. Los dones son un recordatorio de que Dios está obrando y que Su Espíritu está activo dentro de la iglesia para cumplir Su voluntad.
Además, la manifestación del Espíritu demuestra el deseo de Dios de que Su iglesia funcione como un cuerpo unificado en el que cada persona desempeña un papel fundamental. El uso que Pablo hace de la palabra manifestación indica que estos dones espirituales no deben ocultarse ni mantenerse en secreto, sino que deben ser visibles y activos. Por eso se anima a los creyentes a buscar los mejores dones (1 Corintios 12:31) y a usarlos con amor para el crecimiento de la iglesia (1 Corintios 14:12). La manifestación del Espíritu muestra que la obra del Espíritu Santo tiene como objetivo beneficiar no solo al individuo, sino a todo el cuerpo de Cristo.
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¿Cuál es la manifestación del Espíritu en 1 Corintios 12:7?
