Pregunta
¿Qué les sucede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37)?
Respuesta
En Daniel 4, el rey Nabucodonosor de Babilonia tuvo la inusual oportunidad de aprender lo que les sucede a los que andan con soberbia. Fue una lección difícil de aprender, pero importante.
El rey tuvo un sueño que le turbó, y solo el profeta Daniel fue capaz de proporcionarle la interpretación (Daniel 4:6-7). Nabucodonosor explicó el sueño: había visto un árbol grande y glorioso (Daniel 4:10-12). Mientras observaba el árbol, vio que alguien bajaba del cielo y daba la orden de que el árbol fuera talado, pero la cepa debía permanecer (Daniel 4:14-15). Sorprendentemente, el que había bajado del cielo empezó a hablar del árbol como si fuera una persona. A partir de esas palabras, el rey comprendió que la persona que el árbol representaba compartiría con los animales la hierba de la tierra (Daniel 4:15) y su mente cambiaría de la de un hombre a la de una bestia durante siete períodos de tiempo (Daniel 4:16). Esta sentencia fue pronunciada para que todos supieran lo que les sucede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37), que Dios es el Gobernante de todo y que otorga autoridad a quien Él desea (Daniel 4:17).
Cuando Daniel explica el significado del sueño, se alarma al darse cuenta de que se trata de Nabucodonosor (Daniel 4:19). El rey caminaba ciertamente con orgullo (Daniel 4:37), y Dios planeaba humillarlo. El árbol talado en el sueño era Nabucodonosor (Daniel 4:20-22), que perdería su gloria y se volvería como una bestia durante "siete veces", para que aprendiera que Dios es quien da la autoridad (Daniel 4:23-25). Una vez que Nabucodonosor se humillara ante Dios, le sería devuelto su reino (Daniel 4:26-27).
A medida que continúa la narración de Daniel 4, Nabucodonosor describe que todas estas cosas sucedieron tal como predijo el sueño. Un año después, Nabucodonosor se llenó de orgullo al elogiarse a sí mismo por la grandeza del reino que había construido (Daniel 4:29-30). Mientras seguía hablando, Nabucodonosor perdió la razón y se volvió como una bestia (Daniel 4:30-33). Transcurrido el tiempo profetizado, Nabucodonosor recobró la razón y se humilló ante Dios, exclamando que Dios es soberano y hace según Su voluntad (Daniel 4:34-35). El reino de Nabucodonosor fue restaurado y, esta vez, en lugar de considerarlo con orgullo personal, alabó, exaltó y honró a Dios:
"Porque Su dominio es un dominio eterno,
Y Su reino permanece de generación en generación.
Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada,
Mas Él actúa conforme a Su voluntad en el ejército del cielo
Y entre los habitantes de la tierra.
Nadie puede detener Su mano,
Ni decirle: "¿Qué has hecho?"" (Daniel 4:34-35, NBLA).
Nabucodonosor había aprendido lo que les sucede a los que andan con soberbia.
Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes (ver Salmo 138:6; Proverbios 3:34; Mateo 23:12; Santiago 4:6; 1 Pedro 5:5). Jesús modeló la importancia de la humildad: la disposición a tratar a los demás como dignos de más honor que uno mismo (Filipenses 2:1-11). La cualidad de ser humilde ante Dios (Miqueas 6:8) y tratar a los demás en consecuencia se demuestra claramente de muchas maneras en la Biblia. Algunas de las lecciones sobre la humildad muestran lo que les sucede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37).
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¿Qué les sucede a los que andan con soberbia (Daniel 4:37)?