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Pregunta

¿Qué significa llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo (Isaías 5:20)?

Respuesta


En Isaías 5:8-30, el profeta pronuncia "ayes" o juicios sobre Judá por su comportamiento inicuo. Judá había producido el "fruto malo" de la injusticia, como se ilustra en el canto de la viña (versículos 4-7). Su maldad les llevó incluso a proclamar cosas pecaminosas como buenas, por lo que Isaías exclama: "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!" (versículo 20). Luz y tinieblas son opuestos, lo que añade gravedad al hecho de que los hombres de Judá llamaran "bueno" al mal.

Un problema importante en Judá durante la época de Isaías era la embriaguez generalizada. La gente se levantaba temprano por la mañana para beber alcohol y continuaba hasta altas horas de la noche (Isaías 5:11). En vez de respetar "las obras del Señor", se deleitaban en su pecado y su embriaguez (versículos 11-12). No veían su pecado como maldad, sino que llamaban "bueno" a su maldad.

Un mundo en rebelión contra Dios tendrá una perspectiva sesgada y adoptará una moral al revés. Hoy en día hay muchas personas que siguen llamando "bueno" a lo malo y "malo" a lo bueno, pues promueven comportamientos que la Biblia califica específicamente de pecaminosos. La celebración de la homosexualidad y la defensa del aborto a demanda suelen ir acompañadas de una burla de quienes valoran la vida y promueven el matrimonio tradicional. Lo malo se llama "bueno", y lo bueno se difama como "malo".

Aparte de Dios, nuestro sistema de valores siempre será confuso. Empezaremos a confundir lo dulce y lo amargo, la luz y las tinieblas, y el bien y el mal. Etiquetaremos la moral bíblica de "intolerante" y "opresiva". Nos ofenderemos ante la verdad de que Jesús es el único camino de salvación (Juan 14:6). "Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas" (Juan 3:20, NBLA).

Llamar "malo" a lo bueno y "bueno" a lo malo es una señal evidente de maldad espiritual: "El dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Corintios 4:4). Pablo advierte que aumentará la intensidad de la batalla espiritual: "Pero debes saber esto: que en los últimos días vendrán tiempos difíciles. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, avaros, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, irreverentes, sin amor, implacables, calumniadores, desenfrenados, salvajes, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los placeres en vez de amadores de Dios; teniendo apariencia de piedad, pero habiendo negado su poder. A los tales evita" (2 Timoteo 3:1-5, NBLA).

La Biblia rompe la confusión sobre el bien y el mal e ilumina las mentes espiritualmente oscurecidas: "De tus mandamientos he adquirido inteligencia... . Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Salmo 119:104-105). En su condición caída, los humanos no pueden determinar con exactitud lo que está bien y lo que está mal. Solo Dios puede dar respuestas definitivas sobre el bien y el mal. La Biblia es "inspirada por Dios", la única fuente segura para guiar a la humanidad (2 Timoteo 3:16).

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